El obispo de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino, exhortó a fieles y sacerdotes de la Diócesis a ser signo de Cristo en medio de las realidades tristes y dolorosas de la actualidad, entre las que destacó la violencia, la inseguridad, el crimen, la pobreza, la manipulación de los más débiles.
Esta tarde, en la Misa Crismal y de renovación de votos de todos los sacerdotes del territorio diocesano, dijo que otros problemas que sufre la gente en esta sociedad son la confusión y engaños.
“Que ante estas realidades que nos desafían, conscientes de nuestra unción con la Gracia de Dios, esparzamos el aroma del reino de la vida en Cristo y pasemos como comunidad cristiana de la muerte a la vida, del pecado a la gracia y de las tinieblas a la luz”.
Además, dijo confiar en que la unción pastoral diocesana de este año favorezca actitudes creativas para que las familias, decanatos y estructuras eclesiales sean más fuertes y este año, que está dedicado a los jóvenes, ellos se sientan en casa.
El prelado también pidió a los presbíteros no olvidar que tienen la responsabilidad de construir una pastoral que acerque a los jóvenes por atracción, por el ánimo, testimonio de entrega en favor del evangelio.
“En medio de las realidades que nos envuelven, limitadas por el pecado, anunciamos con la palabra y obras la Pascua que proclama a Cristo que está vivo en la Iglesia y en el hoy de nuestra historia construyamos un mundo más fraterno”.