Niño xalapeño vence a la muerte al salir bien de trasplante de células madre

Con lágrimas en los ojos y a la vez una sonrisa de tranquilidad, el señor Víctor Martínez Martínez, dijo que su pequeño Gerardo venció a la muerte y volvió a nacer al salir con bien del cuarto trasplante de células madre realizado en el Instituto Estatal de Cancerología.

“Fue un tratamiento bastante doloroso, muchas veces con malas noticias y el día de hoy estamos contentos porque hemos vencido a la muerte nuevamente, es una oportunidad de vida, él volvió a nacer (…) yo solamente quiero salud para mi hijo, salud para él nada más; el día de hoy ya no me importa lo material, yo quiero salud para mi hijo nada más”.

Hace un año que el pequeño de apenas cinco años de edad llegó con un tumor cancerígeno en el estómago y del cual los doctores no le daban muchas esperanzas de vida; sin embargo, el menor se aferró a la vida y después de una cirugía y varias quimioterapias se convirtió en el cuarto candidato al trasplante de células madre al cual fue sometido este fin de semana.

“Vengo saliendo de la cámara y está tranquilo, consciente, está bien, está un poquito con dolor de estómago pero está bien, fue uno de los candidatos y gracias a Dios y afortunadamente fue uno de los que recibió el trasplante; estamos agradecidos con eso, es una satisfacción, una alegría y una oportunidad de vida para él”.

Su padre ya pudo hablar con él y el pequeño le pidió que al salir del hospital después de su recuperación le hiciera una fiesta para celebrar que había vencido la enfermedad.

“Quiere al salir del hospital una fiesta, entonces sí se la prometimos y lo que queremos es que esté bien (…) la fiesta más que nada la quiere por la recuperación y el éxito de que venció la muerte”.

Recordó que hace un año la información que recibía de los médicos cuando su pequeño estaba en terapia intensiva, era de peligro, pero con el tratamiento empezó a evolucionar favorablemente y se detuvo el tumor.

Después de ello le dijeron que el menor era candidato a ser trasplantado, pero a pesar del miedo que los invadió por temor a que algo fallara, hoy pueden ver a su hijo con una segunda oportunidad de vida.

Al salir del hospital el pequeño irá a una casa de transición donde estará 105 días en observación y bajo los cuidados necesarios para no poner en riesgo el trasplante.