La jueza de control del Centro Integral de Justicia para las Mujeres en Xalapa, Victoria del Pilar Bonilla Salazar, lamentó que en ocasiones mujeres que denuncian violencia terminan siendo “ilocalizables”.
“En ocasiones no hay posibilidad de ubicar a las víctimas. A veces también las víctimas se vuelven ilocalizables y solicitamos auxilio a la Policía Ministerial a fin de que se avoque a la localización, investigación a fin de que se le dé seguimiento, sin embargo, en muchas ocasiones resulta complicado”.
En entrevista, reconoció que algunas víctimas igualmente optan por abandonar el proceso que inician contra sus agresores, aunque no hay estadísticas puntuales de esta situación.
“No tenemos el porcentaje de quiénes abandonan el proceso porque eso lo maneja otra área del Poder Judicial, sin embargo, con relación al comentario de por qué no se judicializan las carpetas eso no es una cuestión inherente a nuestra función, nosotros tratamos de dar seguimiento desde el momento en que se realiza la audiencia inicial.
“A veces dentro del proceso llegan a un acuerdo reparatorio para terminar el conflicto. Siempre y cuando se les repare el daño y dentro de la reparación del daño se les dé la asesoría psicológica que requiere para recuperar su estabilidad emocional”, observó.
La Juez dijo que una vez que un caso es judicializado se pueden imponer medidas cautelares que son de diferente naturaleza, con la finalidad de proteger a las víctimas.
Respecto a este año, destacó que se han abierto más de 60 procesos penales, aunque la mayoría se revisan con acuerdos reparatorios, procedimientos abreviados y después están las sentencias.
“El delito más grave que conocemos es pederastia y violación con algunas agravantes y obviamente más los procesos penales recurrente es el de violencia familiar en sus dos modalidades, física y psicológica”.
Respecto a los casos que han llegado a la etapa de juicio en el ejercicio actual indicó que aproximadamente son 10, aunque también hay procedimientos abreviados que tienen efectos de una sentencia.
“Es el espíritu del nuevo sistema, que se repare el daño a favor de la víctima y que el delito no quede impune, pero que tampoco se sancione a un inocente”, mencionó.