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Sección: Estado de Veracruz

Manglares, esperanza para combatir cambio climático

- Pueden extraer hasta cinco veces más carbono de la atmósfera que los bosques

- En Veracruz, se reportan 4 especies de manglares, todas amenazadas: SEMARNAT

Miguel Valera Xalapa, Ver. 30/07/2021

alcalorpolitico.com


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Con el mundo en riesgo de vivir un aumento de temperatura de más de 3°C a fines de este siglo, los manglares son un aliado invaluable en la carrera por adaptarnos, señalan desde el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), por ello es fundamental que Veracruz preserve los bosques de esos árboles torcidos que observamos cuándo hacemos recorridos en lancha por lagunas como la de Alvarado, Sontecomapan o Tamiahua, entre otras.

“Estos ecosistemas pueden extraer hasta cinco veces más carbono de la atmósfera que los bosques terrestres, y protegerlos es mil veces menos costoso por kilómetro que construir diques de contención”, aclaran.

En nuestra entidad se pueden identificar cuatro especies de manglares de las 70 que se encuentran reportadas a nivel mundial: mangle negro (Avicennia germinans), mangle blanco (Laguncularia racemosa), mangle rojo (Rhizophora mangle) y mangle botoncillo (Conocarpus erectus), las cuales se encuentran en la categoría de especies amenazadas, de acuerdo con la NOM-059-SEMARNAT-2010.



De acuerdo con la publicación de investigadora María del Carmen Martínez García en la revista Ciencia Hoy del Instituto de Ecología (INECOL), los manglares representan unos de los ecosistemas más importantes en México y el mundo por su alta productividad y por la gran variedad de servicios ambientales que nos prestan.

“Algo muy característico de los árboles de mangle es su tolerancia a la salinidad, por lo cual desarrollaron adaptaciones que le permiten ‘desalar’ el agua que aprovechan para su desarrollo. Podemos encontrarlos en suelos carentes de oxígeno por estar saturados de agua, lo que enfrentan con otra de sus características, las raíces aéreas o pneumatóforos. Las raíces de los árboles de mangle crecen a la inversa, es decir de arriba hacia abajo, lo cual permite que tomen aire de la atmósfera y lo lleven a las raíces más finas de alimentación, favoreciendo su oxigenación. Por último, son plantas vivíparas porque las semillas germinan en la planta madre y son plántulas las que se desprenden del árbol”, especifica.



Asimismo, la especialista refiere que, en el ámbito pesquero, los manglares son de vital importancia, ya que son cuneros del 70% de las especies de importancia para la pesca se desarrollan en estos ambientes, son zonas de amortiguamiento y protegen a las comunidades contra los embates de huracanes y otros fenómenos naturales.

Desafortunadamente, estamos degradando estas zonas naturales vitales y, como explica PNUMA solamente “con ecosistemas saludables se puede mejorar los medios de vida de las personas, contrarrestar el cambio climático y detener el colapso de la biodiversidad”.

“Los ecosistemas de manglares sustentan las economías globales y locales al respaldar la pesca, proporcionar otras fuentes de alimentos y proteger las costas. De hecho, cada hectárea de bosque de manglar representa un valor estimado de entre 33 mil y 57 mil dólares por año”, calcula el organismo dependiente de Naciones Unidas.



Cabe mencionar que los bosques de manglares funcionan como escudos frente a las inundaciones costeras y las marejadas ciclónicas, además de que debilitan la fuerza de las olas, lo que impide que la costa se desmorone, por lo que constituyen un alternativa natural y económica para proteger las poblaciones costeras, que albergan 40% de la población mundial, frente a la subida de los océanos derivada del cambio climático.

Paradójicamente, el consecuente desarrollo de las costas que ha provocado la tala de manglares para abrir espacio a edificios y a la cría de peces y camarones, es el principal impulsor de la pérdida de estos ecosistemas. A nivel mundial, esto ha provocado la desaparición de 20% de los manglares, expone PNUMA.

“La contaminación también juega un papel. Debido a que estos bosques forman una línea protectora entre las costas y el océano, se convierten efectivamente en una ‘trampa de plástico’. Cuando las bolsas de plástico y la basura cubren las raíces y las capas de sedimentos, pueden privar de oxígeno a los manglares y causar daños a los animales marinos”, añade.



Desde el organismo internacional piden atender al llamado del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030) y “pasar de la degradación a la restauración”, eliminando las causas de la degradación de los manglares para que puedan recuperarse de forma natural.

Asimismo, se debe de impulsar la restauración de estos ecosistemas siguiendo ciertos pasos clave, como involucrar a las comunidades locales, seleccionar plántulas nativas y establecer un vivero en funcionamiento, concluyen.