Ir a Menú

Ir a Contenido

Sección: Estado de Veracruz

Las próximas elecciones apuntan hacia el resurgimiento veracruzano (IV)

- La debacle educativa del gobierno actual: imperdonable incongruencia con su promesa electorera de “Primero los Pobres”

- Recuperar a la educación, salud, alimentación, infraestructura y seguridad públicas, signo del próximo gobierno de Pepe Yunes

- Hace 15 años el magisterio veracruzano demostró al país que cuando cuenta con apoyos adecuados, logra grandezas

Víctor A. Arredondo 16/05/2024

alcalorpolitico.com

Desde el inicio del actual gobierno quedó claro que la “cuarta transformación” dependería de las decisiones unipersonales de AMLO, quien se asumió como único intérprete, vocero y dictaminador de las necesidades y aspiraciones del pueblo mexicano. Para ello, debió asumir que el pueblo era un ente plano, homogéneo, de pensamiento uniforme, simplista; y que sus seguidores aceptarían sus decisiones inapelables, sin moverle una coma a sus dictados, porque su infalibilidad y clarividencia estaban garantizadas de antemano. Si esta descripción suena parecida a la del líder de una secta que cuenta con seguidores irreflexivos, no importa; según ellos, el gobierno mexicano necesitaba su visión, “la única comprometida con las causas nobles” para conducir al país en la ruta correcta. Aunque los asuntos sobre los que decidía implicaban juicios expertos, su largo recorrido por el territorio nacional le otorgaba una sabiduría popular con la que podía suplir el conocimiento de las distintas especialidades disciplinarias y técnicas construidas a lo largo de la historia de la humanidad. Por eso es que, sin aceptar opiniones ni advertencias de nadie, se atrevía a combatir una pandemia con una imagen religiosa; construir una onerosa, opaca e improductiva refinería en una zona de desastres naturales y contraria al compromiso mexicano por las energías limpias; enterrar un aeropuerto de conectividad global por el que “representaría a su gobierno”; suplir un modelo educativo “neoliberal” por otro disfuncional; o construir un tren que lo llevara, en sus días de retiro, de su finca de Palenque a las playas y ruinas arqueológicas de la península de Yucatán.

La interminable lista de decisiones fallidas se vio complementada con otro atributo que “distinguió” a su equipo político, la proclividad por el discurso hostil y las excusas fáciles, en lugar del trabajo cotidiano serio, sistemático, orientado a la entrega de resultados verificables. Y para evadir la rendición de cuentas y las opiniones discrepantes, su gobierno recurrió a audiencias controladas en el palacio nacional, al rechazo de los entes fiscalizadores externos y al combate frontal de toda iniciativa caracterizada por la pluralidad de ideas, órganos autónomos, medios de comunicación incómodos, sociedad civil, clases medias, “universidades derechizadas”, así como a la extorsión, mediante las oficinas y agencias del gobierno mexicano, incluyendo las de inteligencia financiera, para crear expedientes a modo contra los “opositores” y blindar a sus cercanos y seguidores.

El caso fallido de la educación es verdaderamente dramático porque afectó a millones de mexicanos que conformarán las nuevas generaciones de ciudadanos, profesionales, técnicos y trabajadores. Todo inició con el rechazo a la evaluación, factor crucial para orientar el aprendizaje y las tareas de remedio académico. Así como expresamos públicamente y en su momento, nuestra oposición al enfoque de evaluación docente de Peña Nieto y Aurelio Nuño por su carácter punitivo, ahora es crucial destacar los graves errores de haber desechado la evaluación comparativa. Hace años, tuve la honrosa oportunidad de coordinar el diseño del modelo evaluativo para la educación superior mexicana, el cual se distinguió por relacionar más estrechamente la evaluación diagnóstica con la planeación correctiva-proactiva y el financiamiento extraordinario, cuyos resultados están a la vista de la sociedad. El objetivo de la evaluación educativa es conocer la realidad de cada alumno, maestro, programa, plantel o sistema educativo para compararla con parámetros consensuados, con el fin de orientar las tareas de remedio y fortalecimiento educativo.



La desaparición del órgano autónomo a cargo de la evaluación educativa (INEE), en este gobierno, para trasladar esas funciones a las oficinas de la SEP, es equiparable a la fallida pretensión de la 4T de eliminar la instancia ciudadana encargada de los procesos electorales (INE) con el fin de someterla al control del gobierno federal. Es inconcebible la opacidad, dilación e insuficiencia de la información entregada por la “autoridad” educativa sobre el rendimiento escolar del sistema educativo nacional, de los estados, de cada escuela y de cada miembro de la comunidad educativa. Y la razón de fondo está a la vista, la imperdonable pérdida de 4 millones de alumnos en edad escolar que abandonaron las escuelas en este sexenio, según la propia SEP; la debacle en el desempeño escolar nacional y la inexistencia de acciones sobre problemáticas educativas fundamentales como la desatención de niños de madres solteras o abandonadas y de embarazos adolescentes. El mismo magisterio y equipo nacional de trabajadoras sociales que en otros tiempos fue protagónico para la obtención de avances significativos, ahora, carecen de orientación, claridad, acompañamiento, programas de soporte e incentivos por su buen desempeño.

La prueba PISA, un instrumento de evaluación internacional trianual, dirigida a alumnos de 15 años de edad que permite comparar el desempeño de nuestra educación con la del resto del mundo, estaba bajo la encomienda del INEE; pero con su desaparición, fue trasladada a la SEP y a un consejo denominado Mejoredu. Ese traslado retrógrado hacia oficinas burocráticas trajo como consecuencia que la aplicación de PISA se retrasara un año (en el 2022 en lugar del 2021); que sus resultados fueran publicados hasta febrero del 2024 y que se reportaran datos “agregados” que imposibilitan análisis finos. Con ello, se impusieron vicios y opacidades en un proceso que el INEE manejaba de manera eficiente y transparente. No obstante, esa dilación y opacidad no logró esconder que, mientras que el puntaje promedio de los países miembros de la OCDE fue de 478 puntos, México apenas alcanzó un promedio de 407; esto es, 71 puntos por abajo. Matemáticas fue el área donde México mostró una desventaja mayor (77 puntos de diferencia), seguido de Ciencias (75 puntos menos) y de Comprensión Lectora (61 puntos menos). El desempeño educativo nacional experimentó los peores resultados desde que participa en PISA (año 2000), cayendo 14 puntos en matemáticas, 9 puntos en ciencias y cinco puntos en comprensión lectora, entre 2022 y 2018. Otro hallazgo alarmante es que menos del 1% de nuestros alumnos alcanzó el nivel de sobresaliente, en comparación con el promedio internacional que se ubica entre 7 y 9%. Con estos resultados, nuestro país mostró un grave retroceso de casi 20 años en su rendimiento escolar.

Se sabe que la desigualdad socio-económica entre estudiantes es un factor que tiende a reflejar disparidades en el desarrollo de habilidades escolares. La prueba PISA del 2022 mostró que, en matemáticas, el 25% de los estudiantes de familias de mayor nivel económico superaron en 58 puntos al 25% de los estudiantes de mayor marginación; y que mantuvieron estable su rendimiento en comprensión lectora, mientras que los alumnos menos favorecidos presentaron una caída de 11 puntos porcentuales en ese rubro. La gran pregunta es por qué un gobierno cuyo lema es “primero los pobres” no hizo nada para reducir esa brecha indeseable, y menos, ante la aparición del Covid19, donde la reacción de la SEP fue tardía, improvisada y, por tanto, fallida al dejar a niños y maestros en el abandono. Y hay que decirlo enfáticamente, de no ser por la prueba Pisa, México no tendría datos provenientes de una evaluación estandarizada sobre el estado de la educación post-pandemia, dado que en este sexenio la SEP decidió desechar cualquier tipo de prueba comparativa de cobertura nacional sobre el desempeño escolar. El “modelo de evaluación diagnóstica, formativa e integral”, anunciado en el 2022 por MEJOREDU, deja en manos de los propios maestros la “evaluación” mediante un sitio web abierto, donde maestros y alumnos también tienen acceso de antemano a las respuestas correctas. ¿Podemos pensar en una mayor simulación que esa? Este método no tiene confiabilidad ni validez como instrumento de evaluación comparativa. Por otra pare, el recién anunciado mapa curricular de la “Nueva Escuela Mexicana” también deja en manos del magisterio la responsabilidad de decidir sobre contenidos, metodologías y recursos de aprendizaje, en un entorno socio-educativo de graves carencias en las condiciones de trabajo del magisterio y de los alumnos. Además, el mapa curricular y los libros de texto muestran un sesgo ideológico inaceptable, por fomentar el resentimiento social y tergiversar la integralidad conceptual de reconocidos educadores latinoamericanos.



La propuesta educativa de Pepe Yunes parte del reconocimiento del papel trascendente de la educación y de las precarias condiciones en que se encuentra, hoy en día, la labor de docentes y alumnos. Además, asume que para romper las inercias de la desigualdad social, la filosofía que guiará el esfuerzo educativo es la de que cada estudiante es importante y que el magisterio será su principal aliado en la noble misión de formar a las nuevas generaciones. Por ello, se reactivarán y ampliarán las escuelas de tiempo completo; se procederá a la inclusión digital universal de las escuelas; se fortalecerán los programas sociales educativos; se lanzará un programa de renovación de la infraestructura escolar; se promoverá el bienestar escolar integral mediante la formación en valores, la salud integral, el talento artístico y el rescate de nuestras tradiciones; se crearán redes regionalizadas de colaboración intersectorial que fortalezcan el perfil productivo y de servicios de cada región con base en tecnologías limpias y amigables con la naturaleza; se impulsará la innovación de modalidades de aprendizaje para la formación integral; se ampliará la oferta de educación media superior y superior con el respaldo de equipamiento, tecnologías, procesos y contenidos de última generación; se multiplicarán las oportunidades de actualización docente mediante modalidades abiertas en cualquier lugar y a cualquier hora; y se profesionalizará la carrera docente mediante sistemas transparentes de promoción laboral y un programa más robusto de jubilaciones y pensiones.

La sociedad veracruzana ya evidenció hace 15 años, el verdadero potencial del magisterio veracruzano cuando cuenta con el apoyo transversal del sector educativo. Las evaluaciones estandarizadas sobre el desempeño escolar, en 2004, ubicaban a Veracruz en los lugares 27 y 28, en español y matemáticas, respectivamente. Tales posiciones podrían justificarse por su nivel socioeconómico y la gran dispersión de sus escuelas rurales. Sin embargo, se asumió la meta de ubicar a Veracruz en los primeros diez lugares de la tabla nacional. Ese compromiso público sirvió como aliciente para emprender un conjunto de medidas como: el equipamiento y adopción de innovaciones didácticas en las escuelas normales y demás centros educativos; la reducción de rotación de maestros en coordinación con los sindicatos; la actualización intensiva y extensiva del magisterio; el uso de las TIC en las aulas; la puesta en marcha de un sistema de información digital (inexistente en ese tiempo) para el seguimiento individualizado de alumnos, maestros, escuelas, comunidades y regiones del estado; la adopción de registros digitales en las escuelas; la identificación de los objetos de aprendizaje con mayores problemas de dominio para el diseño de acciones de remedio académico; la focalización de recursos de aprendizaje hacia los temas de mayor reprobación en la capacitación del magisterio; el diseño de ejercicios demostrativos, videoclips, manuales de soporte didáctico preparados por nuestros mejores maestros; la instrumentación del Programa Autobuses Vasconcelos que incluía 29 unidades equipadas con computadoras y software didáctico para apoyar a las escuelas rurales que más lo necesitaban; la operación del Canal Educativo que, a traves de RTV, transmitía actividades de capacitación y demostración de recursos didácticos; y las 300 aulas Clavijero que impartían cursos cortos en línea para el magisterio, ubicadas en escuelas, centros comunitarios, telebachilleratos e institutos tecnológicos seleccionados por su buena disposición a colaborar; así como el trabajo horizontal de todas las oficinas y dependencias educativas, cuyos directivos participaron en más de 50 reuniones en Xalapa para articular esfuerzos de todo el sector y en 64 reuniones regionales de presencia masiva, donde se presentaban avances y nuevas tareas. La suma de todo ello hizo posible que el desempeño escolar de Veracruz alcanzara: en media superior, el lugar 11 en Matemáticas y el 12 en español, cuando su posición regular había sido la 27; En el nivel de secundaria, el lugar 4 y 5, en español y en matemáticas, respectivamente; y que en el nivel de primaria, pasara del lugar 27 y 28, al 22 y 23, en español y matemáticas, respectivamente. A su vez, la educación indígena veracruzana, presentó en el año 2009, el mayor avance en el país de esa modalidad educativa. He ahí el potencial del magisterio veracruzano que debe recuperarse y multiplicarse.


-------------
Artículos de esta serie:
Las próximas elecciones apuntan hacia el resurgimiento veracruzano (I)
Las próximas elecciones apuntan hacia el resurgimiento veracruzano (II)
Las próximas elecciones apuntan hacia el resurgimiento veracruzano (III)
Las próximas elecciones apuntan hacia el resurgimiento veracruzano (IV)
Las próximas elecciones apuntan hacia el resurgimiento veracruzano (V)
Las próximas elecciones apuntan hacia el resurgimiento veracruzano (VI)
Las próximas elecciones apuntan hacia el resurgimiento veracruzano (VII)
Las próximas elecciones apuntan hacia el resurgimiento veracruzano (VIII)