Investigación jurídica

“Hoy, más que nunca, necesitamos tender puentes entre todas las fuerzas políticas, dialogar sobre nuestras divergencias y construir, juntas y juntos, un país más justo y solidario.” IFIGENIA MARTÍNEZ HERNÁNDEZ

Hace algunos meses le escuchamos a un investigador de profesión en el área jurídica descalificar las investigaciones del pasado, incluso del pasado reciente, porque, en su opinión, hoy ya no se hace investigación al modo de antaño. No pusimos en tela de juicio sus palabras, ya que “...el rápido desarrollo de la tecnología y de las ciencias, así como las hondas transformaciones sociales, están patentizando, cada día más, la necesidad de admitir y tener en cuenta que todo fluye, panta rei, como proclamó Heráclito.” (Antonio Beristain Ipiña).

Así que, con la humildad que imponen las circunstancias actuales, abordamos el tema anunciado en el título del presente escrito, tal y como lo aprendimos, hasta conocer las razones de los profesionales de la investigación jurídica sobre los nuevos modos de hacer esta clase de investigación.



Los viejos Maestros nos enseñaron y aprendimos que era menester identificar el problema de investigación y formularlo. También había que examinar el contexto del problema. Lo cual enredaba la justificación o la sustentación argumentativa del problema e implica también encontrar apoyo en el estudio del estado del arte y en construcción del marco o perspectiva de investigación. La cuestión es ¿Por qué y para que se hace esta investigación?

Por ejemplo, la última vez que realizamos una investigación particular, fue sobre el control jurisdiccional de la constitucionalidad y de la convencionalidad en México y al revisar el estado de la cuestión, un trabajo de José Ovalle Favela sobre el tema nos paró en seco. Si lo mencionamos es porque dicho estudio, si vale la expresión, disolvió nuestro problema. Por supuesto, que se pueden identificar y formular problemas nuevos, pero...

¿Qué es un problema de investigación? Un problema de investigación es aquello que se quiere estudiar o saber. Se formula de manera descriptiva. De forma que se diga cuál es el tema y cuál es el problema. Lo común es uno o dos párrafos y suele encabezar una propuesta de investigación. La definición del problema corresponde al asunto que presentan quienes investigan y justifican en su estudio.



Por ejemplo, Miguel Carbonell Sánchez plantea un problema sobre ¿Qué es la presunción de inocencia? En dos párrafos:

“Como se sabe, uno de los principios básicos del derecho penal moderno y del derecho constitucional, en la medida en que tiene por objetivo preservar la libertad, es la presunción de inocencia. Se trata de una cuestión central para cualquier análisis que se quiera hacer del sistema de derechos fundamentales que, en materia penal, rige en México... La presunción de inocencia significa, para decirlo en forma sintética, que toda persona debe tenerse por inocente hasta que exista una sentencia firme de autoridad competente en la que se le considere responsable de la comisión de un delito.”

El proceso de construcción del problema es un conjunto de significaciones personales (O, en su caso, del equipo investigador), que permitan entrar a colocarse en medio del problema: horizonte y perspectiva teórica, situación espacial y temporal, aproximación primera al objeto de trabajo, inmersión consciente en el contexto y formulación operativa.



Quienes saben de estas cosas, ofertan un proceso en la formulación de problema, que en esencia es un proceso de ideas: el tema (materia o área), la pregunta central o principal (un asunto, un problema o algo que necesita una solución), datos que soporten la pregunta (en la literatura, en la experiencia), límites hallados en los datos (identificación de aquello que falta o falla; identificación de aquello que necesitamos conocer al respecto), respuesta a esos límites y a quienes interesa o afecta esto (¿Quiénes son afectados o están interesados en lo que necesitamos conocer?).

Por ejemplo, tratándose de la presunción de inocencia, el alto número de presos sin condena en México, es un indicador relevante de muchas personas afectadas o interesadas en el problema.

Revisando el archivo histórico particular, ese que vamos formando a lo largo de los años, encontramos un documento que nos pareció interesante, importante, para todo aquel que desea iniciarse en la investigación. Desafortunadamente, el documento no es útil como referencia, ya que carece de datos (nombre del autor, título, fecha, lugar de publicación, etcétera.).



El amable lector estará suponiendo que, quien esto escribe, está pensando en los estudiantes de leyes y egresados de las facultades y escuelas de Derecho. Y tendrá razón. Pero, al construir este escrito, no se pensaba sólo en ellos, sino también en aquellos que cursan el posgrado. Pero, a la memoria, llegaron igualmente los abogados litigantes, los agentes del Ministerio Público y un largo etcétera.

No dudamos, pues, en divulgar el contenido de un documento de fuente desconocida y al final notaremos algunas obras en dónde se puedan verificar las ideas aquí difundidas.

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