A cinco años de que se privatizara el Sistema Metropolitano de Agua y Saneamiento (SAS) para dar paso al Grupo MAS, 19 trabajadores de los mil 280 despedidos fallecieron con la esperanza de recuperar su empleo o ser liquidados conforme a la ley.
35 más se fueron de ilegales a Estados Unidos, otros desistieron y el resto se mantiene en la lucha esperando que las autoridades laborales les hagan justicia.
La representante del sindicato “José Azueta”, Angélica Navarrete Mendoza, explicó que tomando en consideración las demandas presentadas por despido injustificado, salarios caídos, la devolución del fondo de ahorro, así como otras prestaciones que no les fueron pagadas, la deuda a cada trabajador podría superar en este momento los 700 mil pesos.
“¿De qué viven los trabajadores, mientras no hay solución a las demandas presentadas?” Se le cuestionó a la dirigente sindical.
“Están trabajando de lo que pueden, venden botellas, cartón limpian casas, andan de jardineros, andan de choferes, de cargadores de materiales, nosotros estamos pendientes de ellos y siempre cuando alguien se enferma tratamos de que todos cooperaremos y ayudemos a los compañeros, hay varios compañeros se han ido al extranjero y fuera de Veracruz, pero estamos en comunicación con ellos, tratamos de sobrevivir de lo que se pueda en este caso los compañeros son gente muy trabajadora la mayoría son de campo, de allá de la zona de Medellín el 80 por ciento, e incluso cazan animales, tienen viveros, tratan siempre de buscar la manera de sobrevivir”, dijo.
Durante ese tiempo, los trabajadores despedidos no solo han enfrentado problemas económicos, pues el perder su fuente laboral, ocasionó la desintegración de muchos hogares.
“Alrededor de 200 compañeros se quedaron sin la esposa, los hijos dejaron de estudiar, nos trajo afectaciones en todos los sentidos, es peor que en este momento después de cinco años que vamos a cumplir la gente se ha acostumbrado a sobrevivir y están unidos los más que se pueda”, dijo Navarrete.
“¿Cuántos trabajadores desistieron de esta lucha y por qué?”.
“Sí hay muchas razones, las más importantes, la necesidad, el no tener un trabajo seguro, la gran mayoría se fue para buscar otro trabajo, otras formas de ganarse la vida, hay alrededor de 50 trabajadores que se fueron a la empresa Grupo MAS que es la empresa que nos despidió. La otra parte se fue por necesidad porque hay que mantener familias los temas de los hijos y eso fue la presión por la que uno atraviesa cuando se queda sin trabajo, los demás 950 decidimos mantener nuestra lucha para que se haga justicia porque fue una monstruosidad lo que hicieron con los trabajadores y obviamente teníamos al sistema político encima”, dijo.
Tan seguros estamos de esta lucha, agregó, “que vamos a ganar porque eso, que se hizo con los trabajadores fue una injusticia,una parte se fue, pero son trabajadores que tenia de diez años para acá y lo que nos quedamos somos trabajadores del 81 a la fecha, somos los que nos quedamos de mayor antigüedad y hoy nos mantenemos en lucha y vamos a seguir hasta las ultima consecuencias”.
“¿Qué mantiene en pie a los 950 trabajadores para no desistir en su lucha?”, se le cuestiona.
“Debemos luchar por lo que hicieron fue una decisión política, en este momento para los trabajadores no es más importante el trabajo o el dinero que vayamos a tener, sino más bien, nuestra dignidad como personas, nuestra dignidad como trabajadores esa, la tenemos intacta y con esa dignidad que tenemos como personas y trabajadores vamos a llegar a una reinstalación a una liquidación, pero conforme a lo que dice la ley, la constitución y con base a nuestro contrato que conocemos bien”, explicó.
“¿Qué posibilidades reales tienen de ganar sus demandas?”.
“Tenemos confianza y fe en los abogados, en nosotros, en Dios que se tiene que hacer justicia, porque no fue un despido conforme a derecho, no fue un despido en lo que los trabajadores estuviéramos de acuerdo, a veces entendemos que en la vida hay ciclos, que empiezan y
terminan, nunca nos aferramos a estar en una empresa donde no nos quieren, pero es cierto que necesitamos que se respetaran nuestros derechos y no lo hicieron en este momento ya estamos acostumbrados a vivir como sea, trabajando en lo que sea para ganarse el dinero y sobrevivir y tenemos la confianza de que esta demanda la vamos a ganar”.
“Después de dos años, la semana pasada tuvimos una audiencia después de tanto esperar, ahí tuvimos la audiencia porque el juez le ordena a la junta que nos escuche y resuelva nuestras demandas se vuelvan a revivir se restablezcan nuestros derechos por eso tuvimos esa audiencia, lo que estamos pidiendo demanda de reinstalación que esperemos comiencen a caminar este año”.
A Navarrete Mendoza también se le cuestionó sobre qué falta para que sus demandas prosperen conforme a ley.
“Lo que falta es voluntad de las autoridades que nosotros vemos aun en este tiempo se está apoyando más a la empresa, no a los trabajadores para no hacer justicia, queremos que las cosas se hagan conforme a derecho no queremos nos regalen nada, ni que nos tengan lástima que las cosas se hagan conforme ley que se notifique la empresa y se enfrente a lo legal y nosotros demostraremos que tenemos razón”, confió.
De los 950 trabajadores despedidos con edades entre 40 y 60 años, solo hay110 mujeres que se mantiene en la lucha junto con sus compañeros para que las autoridades laborales les hagan justicia.