En Veracruz los infantes siguen naciendo con VIH, pues a la madre no se les hace la prueba de detección, pues el médico prefiere cumplir con la productividad. En algunos centros de salud no hay pruebas o están caducas. Todo ello coloca a la entidad en el primer lugar de mortalidad de mujeres embarazadas con VIH.
Al respecto, Patricia Ponce Jiménez, integrante del Grupo Multisectorial en VIH-SIDA, indicó que en esta situación hay varios problemas que deben ser atendidos.
"En primer lugar que no hay suficientes pruebas, ni médicos, nosotros hemos ido a los centros de salud y sí hay pruebas de detección oportuna para mujeres embarazadas, pero están caducas, cuando le preguntamos al médico o médica también nos responden que atender a una mujer embarazada les lleva media hora y si les ofrecen la prueba invierten 45 minutos y entonces ya no les da la productividad, por ello no se las hacen ni se las ofertan".
Agregó que otro aspecto es que no hay personal capacitado y es que el Centro de Salud es el primer lugar a donde llega la mujer embarazada y también es el primer contacto que tiene.
"Lo que dice el Sector Salud es que las mujeres no quieren la prueba, ese es un viejo recurso. Si a una mujer embarazada tú le ofertas la prueba y le dices que es para evitar que su bebé nazca con el virus claro que la va a aceptar, pero son argumentos para no trabajar más, para no capacitar más. Aunque también hay centros de salud donde no hay una sola prueba".
Apuntó que, si la mujer al llegar al tercer mes es detectada, le dan medicamento, llega a la cesárea y el bebé va a nacer sin VIH.
"Pero también tenemos otro escenario que es cuando a la mujer la detectan, le dan su medicamento y llega a algún hospital y el médico se niega a hacerle una cesárea porque sale muy cara, eso es discriminación".
Ponce Jiménez, comentó que eso por supuesto que es discriminación, la cual viene acompañada de expresiones como: ¿qué no sabías que estás sidosa y que se lo ibas a transmitir a tu hijo?; ¡Te vas a morir y vas a dejar al niño!, entre otras. Lo siguiente es castigarlas hasta la hora de nacer su hijo o de la muerte de ellas, al ponerles una etiqueta, enfatizando que murió de SIDA".
En pleno 2025, comentó, el fenómeno sigue siendo muy complejo, pues todavía el año pasado se tuvieron muchas quejas de mujeres que del CAPSITS las mandaban a programar su cesárea y justo cuando se llegaba el día, los tres ginecólogos del hospital donde iba ser atendida desaparecieron.
Por consiguiente, ellas terminan pariendo en camillas, vía vaginal, pues muchos médicos tienen todavía el miedo de que supuestamente, "los vayan a contagiar del VIH".