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En el principio Dios creó el Cielo y la Tierra… y su mascota

P. Pablo Hern?ndez Mojica. C?rdoba, Ver. 29/04/2009

alcalorpolitico.com

Como confiar en el Obispo de Córdoba cuando su actitud es de un tirano depredador… les contaré la historia:

Desde mis primeros encuentros con él me expresó su desconfianza al afirmar que tal vez yo me quería robar la Escuela Diocesana “José Antonio González Peña” y que era necesario garantizar el sano manejo de la Economía Diocesana, por eso la chequera se manejaría con firmas mancomunadas de modo que todos los cheques deberían llevar dos de tres firmas posibles, la mía, la del Vicario General y la del Obispo, porque así se evitaría que yo hiciera malos manejos de los dineros de la Iglesia.

T todavía más, cuando le entregué esos dos cargos, porque ya me había fastidiado su repugnante desconfianza, mandó hacer minuciosas auditorías para probar que yo hacía mal las cosas, pero ¡Sorpresa! Todo estaba en orden, no encontró nada, absolutamente nada de qué acusarme, no obtuvo elementos para perjudicarme. De los resultados no se dijo nada, como todo prueba mi rectitud y honestidad los informes fueron sepultados, al Obispo no le conviene que se sepa que alguien es más íntegro y honesto que él, además se dio cuenta que su aferrada persecución reveló que durante mi administración se alcanzaron los mejores niveles de calidad y excelencia que ambas instancias han logrado y eso lastima su ego y incrementa su envidia y su odio perverso.

Me pregunto por qué no le informó al presbiterio y a la Iglesia el resultado de estas auditorías; o por qué no les dijo que en esto gastó fuertes cantidades del dinero que generosamente aportan los fieles para bien de la Iglesia; o por qué no acepta que sus dudas y su desconfianza nacen de su perverso corazón y de su mente atrofiada, qué habrá de perverso y diabólico en su alma que le impide aceptar que hice las cosas bien y que hasta hoy lo que logré, con la ayuda de mis equipos de trabajo, no ha sido superado.

Como no encontró nada con que fastidiarme se inventó el mito de que yo no lo obedezco; Él no hace las cosas bien ni a tiempo y quiere que yo pague su ineptitud y eso es denigrante; En Cholula Pue. me obligó a arrodillarme ante él y prometerle obediencia y respeto, lo hice ante dos testigos y nunca aceptaré lo que me contestó, no tiene nombre su agresiva actitud; mira que en ese rito sagrado decirme “Que te lleve tu puta madre” es el más perverso y descomunal sacrilegio que conozco. Y todavía más, así como para que quede claro que él manda me retira las licencias ministeriales… no es esto una prueba más de la tiranía del “Perro de Dios” que usa la Mitra y el Báculo de la Diócesis de Córdoba para perjudicar a la Iglesia y denigrar a sus sacerdotes. Recuerden que el Papa Juan Pablo II creó la Diócesis de Córdoba para garantizar una mejor atención a los fieles de la zona y facilitar nuestra salvación… lamento decirles que yo no me salvé de la envidia, la furia y la rabia del “Perro de Dios” y por si fuera poco , para exponer más su mediocridad, lamenta y se queja porque yo no quiero hablar con él… ¿No será esto una prueba de una enfermedad llamada “Disfunción Bipolar”?

Y lo peor que me ha pasado en la vida es haber cometido el error de confiar en él y platicarle el proceso vivido el Alberione y mis métodos, logros y retos en torno a los asuntos de la vida sacerdotal, porque utilizó todo eso para escribir una carta con la que intenta denigrarme, me difama y miente sin compasión alguna… ¿ esa es la misión de un Obispo ? Cuando leo esa carta veo la espuma que sale del hocico de una fiera rabiosa que busca a quien devorar… es algo tremendo, vergonzoso e increíble, pero real. Dios libre a mis enemigos de esta forma de ira que no viene de Dios, aunque use mitra y báculo.

Me pregunto ¿Si pudo gastar tanto dinero de la Iglesia en buscar razones para destruirme y no le dolió, por qué no gasta un poco en él haciendo el proceso de Alberione? Tal vez los psiquiatras y psicólogas logren regresarlo a la normalidad.

Oremos por el “Canis Dei”: “Dios mío Ilumínalo o Elimínalo” por los siglos de los siglos. Amén.