La resolución del panel del T-MEC que obliga a México a aceptar maíz transgénico es un “foco rojo” para la biodiversidad del país, alertó el biólogo Graciano Illescas Téllez, presidente del Consejo Intermunicipal de Ambientalistas (CIMA).
No obstante, celebró que la siembra de este grano modificado genéticamente siga prohibida en territorio mexicano.
“El maíz transgénico afecta las variedades nativas y daña la biodiversidad. México, como cuarto país más rico en este ámbito, debe proteger su patrimonio ecológico”, indicó Illescas.
El experto atribuyó la derrota en el panel a la falta de sustento científico derivada de los recortes y desaparición de organismos ambientales durante el sexenio pasado. “Sin recursos ni personal capacitado, fue imposible mantener una defensa sólida”, señaló.
A pesar de la decisión, México estableció limitantes importantes: el grano será destinado exclusivamente a uso industrial y como alimento para ganado, reduciendo su impacto en la salud pública y preservando la riqueza biológica.
Illescas enfatizó que el tema sigue generando debate, ya que, aunque las variedades transgénicas son más resistentes, el daño ecológico y la alteración de la cadena biológica son irreversibles.
“Debemos priorizar la protección de nuestra biodiversidad y fortalecer la política ambiental”, concluyó.