El Aeroparque de Orizaba está casi listo. Sólo faltan algunos detalles y que los números de contagios de Coronavirus bajen para que se abra este nuevo atractivo turístico para el municipio.
Un avión
Boeing 727-200 será el atractivo principal de este sitio. La última vez que voló fue en la Feria Aeroespacial México 2019. Posteriormente, la Fuerza Área Mexicana retiró todos estos modelos.
El Ayuntamiento de Orizaba gestionó su donación para que la gente pueda conocer más sobre estas aeronaves.
El primer modelo 727 fue ensamblado en Estados Unidos, en noviembre de 1962 y voló en febrero de 1963.
Boeing planeó construir sólo 250 de estas aeronaves y terminó vendiendo 1831, esto por su facilidad para aterrizar en pistas cortas. Dejó de fabricarse en 1984 y el último vuelo de un 727 en todo el mundo ocurrió en enero de 2019, en Irán.
El Aeroparque tiene una sala de espera que sirve de acceso y tienda de recuerdos. También cuenta con una torre de vuelo desde la cual se puede tener una vista del lugar y del avión. Todas las bancas son de aviones, de los primeros que existieron.
En este proyecto trabajaron 50 personas, empleados del Ayuntamiento. Quien armó el avión fue un general de la Marina Armada de México que trabaja en Santa Lucía pero también él dio su visto bueno al pequeño museo.
En el recinto también se resalta el trabajo aéreo que han hecho mujeres en el mundo, se exhiben las dos cajas negras de este 727 y la turbina original pero también se tiene un simulador semiprofesional donde se podrían dar clases para la credencial de pilotaje de vuelo.
La salida del avión puede ser a través de una escalera o por el tobogán que fue colocado con el propósito de dar estas dos opciones.
Aunque en gran medida se ha usado mano de obra del municipio y se han utilizado materiales reciclados por parte del arquitecto Sergio Aguilar, quien es el encargado de Embellecimiento Urbano, hasta el momento se han destinado 5 millones de pesos para el parque.