Dice que si alguien se atreve a embargarle sus camioneta, le rocía gasolina y la quema

Sr. Director.

Mediante la presente, y gracias a su inapreciable diario, quiero responderle a José Luis Ocampo López, magistrado del Tribunal de lo Contencioso Administrativo. En cuanto a su aseveración de que en cuatro meses se resolverá el embargo de automóviles que deban tenencia.

Soy campesino, tengo una camioneta que debe años de tenencia, tantas que aún porta las placas de "Los jarochitos", imagínense lo que se deberá. Trabajo de lunes a sábado, de cinco de la mañana a siete de la tarde. No soy, gracias a Dios, un servidor público o un magistrado que usa las leyes para joder a los demás. Yo, en cambio, viajo por todo el estado buscando fruta de temporada para darla a buen precio y así mantener a mi familia. Trabajo, señor, no tergiverso las leyes o uso mi puesto para ser un servil lacayo del Gobierno en turno. Sí, señor José Luis Ocampo, usted es un servil lacayo del Gobierno en turno.

Trabajo, día con día, para enviar a mis hijos a la escuela, les enseño valores, pago renta, luz, agua y los impuestos, sí, algo impositivo como el aumento mensual a la gasolina y al gas. ¿Y se atreve usted, don Servil, a manifestar que van a embargar a mi camioneta por deber tenencias, un impuesto tan anticonstitucional? Si eso pasa, aunque es mi medio de sustento, si se atreven ustedes a venir a embargarme, le prendo fuego a mi vehículo, le rocío gasolina y lo quemo. ¿Cómo la ve, don servil?

En lugar de estar chupando sangre al pueblo, que ya estamos hartos de gobiernos y pseudoservidores públicos como usted, debería recordar un fin básico: ¿Sirve al pueblo o sólo es un sabueso de su amo?. Y, aprovechando, le pregunto al señor Duarte (iba a decir doctor, pero no creo que se hagan licenciaturas, maestrías o doctorados para ser un demagogo, porque eso es usted señor, un demagogo que sólo recibe lisonjas en cierto diario de Xalapa de gran circulación) habla de un estado próspero, dónde está la prosperidad, sí, se ha perdido el estado de derecho, donde pseudoservidores públicos amenazan nuestro patrimonio.

Gracias.
Atte. Angel López Hernández.