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Sección: Estado de Veracruz

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Cuaderno de sombras - Cahier d’ombres

25/06/2024

alcalorpolitico.com


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Cuaderno de sombras
Cahier d’ombres

Traducción de Philippe Cheron, Ena Lastra y Rossana Reyes
Editorial de la Universidad Veracruzana

La Editorial de la Universidad Veracruzana, entre sus novedades literarias de 2024, tiene el título bilingüe: “Cuaderno de sombras / Cahier d’ombres”, del escritor francés Philippe Denis. La traducción fue realizada por Philippe Cheron, Ena Lastra y Rossana Reyes; es un libro de poemas dividido en diez partes, sin contar la introducción y la bibliografía: La vida invisible; Donde el cuerpo ve…; Callar la lengua; ¿Es un signo?; Cuaderno de sombras; Por un pedazo de tierra; El reparto; El trabajo la piedad; Lo que recorro…; y, En busca de la palabra y del origen.

Dicen que Philippe Denis fue poeta entre los poetas, que nació, vivió y murió siendo uno de estos seres elegidos por las musas para ordenar ideas en forma perfecta y elegante. También fue ensayista, traductor, y catedrático. Nació un 17 de enero de 1947 en Bordeaux, Francia; murió en Viana do Castelo, Portugal, el 8 de noviembre de 2021.

Esta primera edición se terminó de imprimir en febrero de este 2024, es una versión de Cahier d’ombres (Mercure de France), original publicada en 1974; la Universidad Veracruzana agradece a Le Bruit du Temps, su autorización para que su casa editorial pudiera publicar el libro que el lector(a) tiene en sus manos.

De la versión original se transcribe el texto de su contraportada:

“Elíptica es la poesía de Philipe Denis, en el linaje de un Paul Celan o un André du Bouchet, por solo citar dos obras mayores en alemán y en francés de la segunda mitad del siglo XX. En su intento por nombrar lo innominable, se expresa de manera deliberadamente antónima, llamando a “callar la lengua”: para él, el silencio puede ser más capaz de discernir y designar “el dolor” / de ser”, de permitir que “mi palabra / sost[enga] en el horror / esta falta de signo”. De hecho, si bien hay que callar la lengua, al mismo tiempo se debe hacer el esfuerzo de arrancarle el habla al silencio, a lo inanimado, al aire: “Las palabras han remplazado a las piedras, / al viento”.

Sobrios, lacónicos, a veces muy concisos, sus poemas están marcados por cosas de la vida cotidiana (“estridencia del pan”), por lo efímero, la naturaleza, lo orgánico, los caminos. En ello reside el secreto, el “perfumado enigma” después de un trabajo agotador (“sobre esta página / caigo hecho cenizas”) o de un largo paseo: “cuando una margarita sustraída / no es más que un ligero temblor entre el pulgar y el índice” (Divertimenti, 1991). Divertimenti, “un gran hito en su obra y cuyo título puede entenderse como una distracción del embrujo esterilizante del lenguaje para dejar paso a las ondas de lo sensible.”
Paul Auster, quien fue amigo de Denis, escribió que “de todos los poetas franceses de la joven generación [de los años setenta], Philippe Denis quizá sea […] el aliado más cercano de André du Boucher y Jacques Dupin en sus esfuerzos anti-retóricos de la posguerra”.”

De la reseña anterior se deduce que Denis fue traductor porque así se lo dictó el alma y su afición a los baijin (compositores de haikús) del siglo XVII. El tiempo fue su mejor aliado, el que anudó la poesía de su juventud con la de su madurez, dando paso a esta obra que se compone de lo que debía permanecer y lo que hubo de ser borrado.

De “La vida invisible”, tomado de la página 21, se transcribe uno de sus poemas.

El día no me deja escribir–

Sobre esta página
Caigo hecho cenizas
Hasta la noche.
(Alternancia de los postigos
–la casa es este sueño
En el que ardo
–cuando el secreto de las lágrimas
Me sujeta
–sal despierta.

También, de esta primera parte se comparte el siguiente poema:

Altura púrpura, lo que fue
Verano de una estación por venir…
Donde nace el sueño
–que vivir inconcilia
En el trabajo de vivir
Siempre–
Más allá de la muerte más simple.
(El presente está en el futuro de cada aliento

En la segunda parte, “Donde el cuerpo ve…”, se aprecia, al igual que en la uno, que la nieve vuelve a estar presente, se ve que era una materia a la que le gustaba comparar con su existencia, de su frío tomaba la relación con la soledad; de su calor, lo que provocaba sus pasiones (sus incendios). A continuación, un par de ejemplos:

En la página 33 se lee:

Mañana de blancura y grandes fiestas–
en esta misma hoguera de frío
–y nosotros asentados donde nos puso la noche
… un ruido queda vivo delante de nosotros…
Luces danzantes (con esos veranos en los que
hubiera yo podido envejecer–)
Únicamente yo
en el aire de un instante.

La poesía de Denis tiene un sentido, va en una dirección, carece de poses retóricas, porque él fue enemigo de éstas y era amante de llamar a las cosas por su nombre; su constante es el diálogo con la naturaleza con lo visible, pero inefable, como se aprecia en el poema:

No me es posible quedar fuera de este fuego–
de lo contrario me congelo.
Pero quien sabrá si yo sé
pues vivir nunca fue interrupción de los que fueron.
Quién sabrá que me encuentro aquí
pues aquí es ser más lo que somos, avanzando.
Futuro para atravesarme–
cada instante me atraviesa.

Si le interesa este poemario, puede solicitarlo a [email protected]. ¡Sólo hay tres ejemplares!, así que no se demore en escribir. Le recordamos adjuntar sus datos personales.