18 de septiembre de 2024
alcalorpolitico.com
ANTOJO
SI JUÁREZ NO HUBIERA MUERTO... El recalcitrante machismo de la política, que minimiza la capacidad y potencial de la mujer, pero exalta y disculpa todo lo del hombre, incluso sus defectos, es quizá el más poderoso de los factores que invisibilizan el quehacer de la presidenta municipal de la ciudad y puerto de Veracruz, la abogada Patricia Lobeira Rodríguez, a quien insisten en encasillar como posesión de la familia Yunes, sin reconocerle su individualidad.
Desde hace mucho, a la alcaldesa del municipio porteño le han distorsionado el nombre, con de “Pati Yunes” o “Patiyú” por mencionar un par de ejemplos, así como para ponerle el sello de la casa.
Sin embargo, ella, a sus casi 42 años, ha sabido capotear los vendavales de la política como presidenta del primer municipio de América y, sobre todo, ha destacado por su don para la conciliación.
Como botón que sirva de muestra amables lectoras y lectores, está el caso de la Torre Centro de la ciudad de Veracruz, un gran edificio de 26 pisos que se edificó en el centro histórico de esta ciudad, a unos metros del inmueble conocido como el Faro Carranza, esto con la autorización del entonces alcalde porteño Ramón Poo Gil, inmueble de grandes magnitudes que se convirtió en una espinita que trajo clavada el todavía presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, quien no pudo mocharla o hacer que la recortaran, pese a que le dedicó varias mañaneras al tema.
Pues bien, de la Torre Centro de repente ya no se habló en Veracruz y dejó de ser tema de las Mañaneras, gracias a un acuerdo o negociación que personalmente hizo la alcaldesa municipal Patricia Lobeira Rodríguez, con el mandatario nacional, Andrés Manuel López Obrador.
Para que no se queden con la duda amables lectoras y lectores, les ponemos en contexto: resulta que, en uno de sus tantos viajes a Veracruz, el aún presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, vio el estado en el que se encontraba el exconvento de San Francisco de Asís o Faro Benito Juárez, ubicado en la esquina que forman las calles de Juárez y Morelos, enfrente del edificio del Registro Civil, en pleno centro histórico de la ciudad porteña.
Ese edificio, que actualmente es el “Museo Recinto de la Reforma”, denominado así desde el uno de marzo de 1968, por ser allí donde Benito Juárez promulgó Las Leyes de Reforma, se encontraba en resguardo del gobierno municipal de Veracruz, el que preside la abogada Patricia Lobeira Rodríguez.
Por esa razón, el presidente López aprovechó un evento público donde tenía cerca a la presidenta municipal de Veracruz, la abogada Lobeira Rodríguez, a quien le expuso su interés por que el Recinto de Reforma se convirtiera en el museo dedicado exclusivamente al Benemérito de Las Américas, Benito Juárez García.
En la actualidad en el Museo Recinto de la Reforma existen cuatro salas que exhiben figuras de los Liberales de mediados del siglo antepasado, además de Benito Juárez García, como son las estatuas de Ignacio de la Llave, Miguel Lerdo de Tejada, Juan Antonio de la Fuente, Santos Degollado, Melchor Ocampo, Manuel Gutiérrez Zamora, José María Mata y Guillermo Prieto.
Para convertirlo en un museo dedicado exclusivamente a Benito Juárez García, el edificio exconvento de San Francisco de Asís o Faro Benito Juárez tenía que estar a cargo de gobierno federal y no municipal, por eso se procuró la entrevista o encuentro con la alcaldesa porteña Patricia Lobeira Rodríguez.
Detalles de los acuerdos entre el presidente de la república y la presidenta municipal, obviamente no son del dominio público, lo cierto es que el edificio del Museo Recinto de la Reforma dejó de estar bajo la tutela del ayuntamiento de Veracruz y así se lo informaron a los empleados que allí laboran.
A raíz de ese acuerdo entre presidente y presidenta, ya no se habla de la Torre Centro de 26 pisos construida en pleno centro histórico de la ciudad de Veracruz y los exfuncionarios de pasadas administraciones municipales que como se dice popularmente “andaban de pelada” en Estados Unidos de Norteamérica, porque los culpaban de la construcción de la torre, ya andan de nuevo en el cuatro veces heroico puerto, disfrutando de las nieves de jobo del Güero- Güero.
¿ENTIENDES MENDEZ?... Con base en lo anterior, podría decirse que la abogada presidenta municipal de la ciudad y puerto de Veracruz, Patricia Lobeira Rodríguez, fue el primer puente o vínculo para que su esposo y suegro, Miguel Ángel Yunes Márquez y Miguel Ángel Yunes Linares concertaran directamente con la cúpula del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, mejor conocido como Morena para votar a favor de la reforma al Poder Judicial. El segundo vínculo fue Adán Augusto López Hernández, senador y exgobernador de Tabasco.
Como bien lo dijo en su momento Franklin Delano Roosevelt, quien fue presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, “Tratándose de política, nada es casual. Estemos seguros de que todo lo que pasa en política está muy bien programado”, frase que los políticos mexicanos transformaron en una más breve: “en política nada es casual, sino causal”.
¿Entiendes Méndez o te lo explico Federico?
DÍGALO SIN MIEDO... Al correo electrónico [email protected]
SI JUÁREZ NO HUBIERA MUERTO... El recalcitrante machismo de la política, que minimiza la capacidad y potencial de la mujer, pero exalta y disculpa todo lo del hombre, incluso sus defectos, es quizá el más poderoso de los factores que invisibilizan el quehacer de la presidenta municipal de la ciudad y puerto de Veracruz, la abogada Patricia Lobeira Rodríguez, a quien insisten en encasillar como posesión de la familia Yunes, sin reconocerle su individualidad.
Desde hace mucho, a la alcaldesa del municipio porteño le han distorsionado el nombre, con de “Pati Yunes” o “Patiyú” por mencionar un par de ejemplos, así como para ponerle el sello de la casa.
Sin embargo, ella, a sus casi 42 años, ha sabido capotear los vendavales de la política como presidenta del primer municipio de América y, sobre todo, ha destacado por su don para la conciliación.
Como botón que sirva de muestra amables lectoras y lectores, está el caso de la Torre Centro de la ciudad de Veracruz, un gran edificio de 26 pisos que se edificó en el centro histórico de esta ciudad, a unos metros del inmueble conocido como el Faro Carranza, esto con la autorización del entonces alcalde porteño Ramón Poo Gil, inmueble de grandes magnitudes que se convirtió en una espinita que trajo clavada el todavía presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, quien no pudo mocharla o hacer que la recortaran, pese a que le dedicó varias mañaneras al tema.
Pues bien, de la Torre Centro de repente ya no se habló en Veracruz y dejó de ser tema de las Mañaneras, gracias a un acuerdo o negociación que personalmente hizo la alcaldesa municipal Patricia Lobeira Rodríguez, con el mandatario nacional, Andrés Manuel López Obrador.
Para que no se queden con la duda amables lectoras y lectores, les ponemos en contexto: resulta que, en uno de sus tantos viajes a Veracruz, el aún presidente de la república Andrés Manuel López Obrador, vio el estado en el que se encontraba el exconvento de San Francisco de Asís o Faro Benito Juárez, ubicado en la esquina que forman las calles de Juárez y Morelos, enfrente del edificio del Registro Civil, en pleno centro histórico de la ciudad porteña.
Ese edificio, que actualmente es el “Museo Recinto de la Reforma”, denominado así desde el uno de marzo de 1968, por ser allí donde Benito Juárez promulgó Las Leyes de Reforma, se encontraba en resguardo del gobierno municipal de Veracruz, el que preside la abogada Patricia Lobeira Rodríguez.
Por esa razón, el presidente López aprovechó un evento público donde tenía cerca a la presidenta municipal de Veracruz, la abogada Lobeira Rodríguez, a quien le expuso su interés por que el Recinto de Reforma se convirtiera en el museo dedicado exclusivamente al Benemérito de Las Américas, Benito Juárez García.
En la actualidad en el Museo Recinto de la Reforma existen cuatro salas que exhiben figuras de los Liberales de mediados del siglo antepasado, además de Benito Juárez García, como son las estatuas de Ignacio de la Llave, Miguel Lerdo de Tejada, Juan Antonio de la Fuente, Santos Degollado, Melchor Ocampo, Manuel Gutiérrez Zamora, José María Mata y Guillermo Prieto.
Para convertirlo en un museo dedicado exclusivamente a Benito Juárez García, el edificio exconvento de San Francisco de Asís o Faro Benito Juárez tenía que estar a cargo de gobierno federal y no municipal, por eso se procuró la entrevista o encuentro con la alcaldesa porteña Patricia Lobeira Rodríguez.
Detalles de los acuerdos entre el presidente de la república y la presidenta municipal, obviamente no son del dominio público, lo cierto es que el edificio del Museo Recinto de la Reforma dejó de estar bajo la tutela del ayuntamiento de Veracruz y así se lo informaron a los empleados que allí laboran.
A raíz de ese acuerdo entre presidente y presidenta, ya no se habla de la Torre Centro de 26 pisos construida en pleno centro histórico de la ciudad de Veracruz y los exfuncionarios de pasadas administraciones municipales que como se dice popularmente “andaban de pelada” en Estados Unidos de Norteamérica, porque los culpaban de la construcción de la torre, ya andan de nuevo en el cuatro veces heroico puerto, disfrutando de las nieves de jobo del Güero- Güero.
¿ENTIENDES MENDEZ?... Con base en lo anterior, podría decirse que la abogada presidenta municipal de la ciudad y puerto de Veracruz, Patricia Lobeira Rodríguez, fue el primer puente o vínculo para que su esposo y suegro, Miguel Ángel Yunes Márquez y Miguel Ángel Yunes Linares concertaran directamente con la cúpula del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, mejor conocido como Morena para votar a favor de la reforma al Poder Judicial. El segundo vínculo fue Adán Augusto López Hernández, senador y exgobernador de Tabasco.
Como bien lo dijo en su momento Franklin Delano Roosevelt, quien fue presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, “Tratándose de política, nada es casual. Estemos seguros de que todo lo que pasa en política está muy bien programado”, frase que los políticos mexicanos transformaron en una más breve: “en política nada es casual, sino causal”.
¿Entiendes Méndez o te lo explico Federico?
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