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Sección: Estado de Veracruz

Carlos Juan Islas, papanteco de humor eterno, que bromeaba con toda seriedad

Reseña de una de sus vivencias ingeniosas, en memoria del poeta y narrador, fallecido el pasado viernes 4

Magno Garcimarrero Xalapa, Ver. 12/10/2024

alcalorpolitico.com


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En Papantla, la casa de Carlos Juan Islas Ricaño, está a pie de calle, un solo piso de loseta de barro, si mal no recuerdo, desde el balcón enrejado salta a la vista un sillón mecedor de madera con respaldo de mimbre “ojo de perdiz” frente a un ventilador de pie alto. Hacia el interior pasando por comedor, cocina y recámaras, se llega a un patio donde da sombra una mata de plátano y otro árbol sirve de tutor a una vainilla que sin hablar te dice: “de aquí soy”.

Don Neyo Islas, padre de Carlos Juan nos recibe con gran cordialidad: “Quien es amigo de mis hijos, es también mi amigo” -nos dice don Neyo- y nos brinda espléndidamente su hospitalidad. Nos invita a comer y manda a traer un zacahuil, “que hace la mejor cocinera de Papantla”.

Carlos le habla de su amistad conmigo y de la reciente conocencia con mi cuñado que es haitiano (de piel oscura); la extraña nacionalidad del doctor Michaud, deriva la plática al vudú y sus mágicas ceremonias. Se le ocurre a Carlos Juan disponer e invitarnos a la casa de un señor que sabe de limpias y brujerías, concierta una cita para la noche y, nos conduce a casa de Nemorio Martínez, ese famoso bohemio, músico autor de la bellísima canción: “Nimbe”, que durante tanto tiempo ha formado parte del repertorio del arte de la Universidad Veracruzana.



En casa de Nemorio Martínez, el haitiano recibe pacientemente “una sopa de su propio chocolate”: una limpia ceremoniosa que toma con toda seriedad, mientras Carlos Juan lee unas oraciones en totonaco. A trasmano todos los demás reímos discretamente, a sabiendas de que se trata de una broma armada por Carlos y Nemorio. En medio de humos de copal y aromas de hierbas, acercan al doctor Michaud a un balcón bastante alto, desde donde se ven las luces de la ciudad, y aparentan empujarlo, con el leve empujón se asusta y palidece visiblemente. Carlos le dice: “la curación ha surtido efecto, ya te pusiste blanco”.