El pleno del Senado aprobó por unanimidad la reforma al artículo 90 de la Ley Federal del Trabajo, a efecto de que el aumento a los salarios mínimos sea mayor a la inflación.
La reforma dispone que "la fijación anual de los salarios mínimos, o la revisión de los mismos, nunca estará por debajo de la inflación observada durante el periodo de su vigencia transcurrido".
El tablero electrónico registró 93 votos de senadoras y senadores que de manera unánime dieron su aprobación a esta disposición legal.
Martí Batres Guadarrama (Morena) dijo que con las dos últimas alzas al salario mínimo, correspondientes al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la mejora en el ingreso no impactó en la inflación, como se dijo durante décadas.
Dijo que con esta reforma se busca que "nunca más vuelva a ocurrir la tragedia de perder 70 por ciento del poder adquisitivo".
Miguel Ángel Mancera Espinosa (PRD) dijo que en este objetivo se ha avanzado desde 2014, cuando como jefe de Gobierno, "dijimos que era necesario elevar el salario mínimo y la reacción fue adversa, hasta de organizaciones sindicales, así como empresariales que hablaron del riesgo de generar inflación. Al gobierno en ese momento le dio miedo dar el paso".
El legislador se pronunció por que el aumento al salario mínimo se desvincule de negociaciones anuales, que no se realicen en diciembre y que se apliquen en febrero.
Nancy de la Sierra Arámburo (PT) dijo que esta reforma la propuso su bancada desde diciembre de 2018, en apoyo del salario mínimo que costó, dijo, años de lucha de los trabajadores, y que estuvo en los pliegos petitorios de los hermanos Flores Magón.
Añadió que ha ocurrido que los precios suben mientras los sueldos se quedan estancados y ello condenaba a los salariados a trabajar sin descanso y sin poder salir de la pobreza. Lamentó que este ingreso "sirve para comprar 33 por ciento de la canasta alimentaria, y eso es alarmante". Con esta reforma, dijo, "el PT defiende al sector obrero".
Xóchitl Gálvez Ruiz (PAN) pidió "que se fije un salario de 300 pesos, para que los jornaleros agrícolas puedan al menos para cubrir su canasta básica".
Dijo que 2.3 millones de trabajadores del campo trabajan por salarios inferiores al mínimo, de 7 a 10 horas diarias, con un día de descanso, sin prestaciones médicas ni antigüedad.
Señaló que de esas condiciones dependen 8.2 millones de mexicanos, y 80 vive en la pobreza y 20 en pobreza extrema, y no pueden acceder a servicios de salud, protección ante riesgos de trabajo, por maternidad, cesantía de edad avanzada, guardería y prestaciones".
Comentó que "me encanta que pidamos que el salario mínimo aumente más que la inflación, pero ni los gobiernos que le llaman neoliberales, ni el actual, han sido capaces de fijar el salario mínimo para los jornaleros agrícolas".
Patricia Mercado Castro (MC) dijo que los empleos cerrados por la pandemia se recuperan con salarios precarios, de manera que ha habido pérdidas de lo ganado con los recientes incrementos.
Planteó que el Senado debe buscar la recuperación de los 30 años perdidos y que se resuelva la pobreza y precariedad de los trabajadores.
"Coneval (Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social) calcula un aumento de la población en pobreza laboral, de 38 a 44 , en este año", y es así que "trabajar no saca de la pobreza, definida como que lo que recibas alcance para la canasta alimentaria, (por ello) ha aumentado la pobreza laboral".
Dijo que se debe contar con una política para aliviar la pobreza alimentaria, de ingresos, garantizar que los salarios se ajusten al menos a la inflación de productos de consumo básico. Esto, dijo, debe ser parte de un plan de recuperación.
Llamó la atención en el hecho de que "millones de empleos se pierden por la revolución tecnológica, y ante ello se deben crear nuevas formas de productividad y trabajo digno, el cual empieza con un ingreso remunerador".
Aseguró que "esta gran reforma pavimenta la posibilidad de que trabajar saque a las personas de la pobreza, en un camino de bienestar".
Beatriz Paredes Rangel (PRI) refirió que en Brasil, Luis Inácio Da Silva, generó bienestar con una política de mejora a los salarios, si bien llevó a cabo transferencias directas, lo trascendente fue el incremento salarial.
La estrategia del brasileño cambió la pobreza con salarios, y propuso que "hagamos el gran debate sobre el problema del empleo en México", donde más de la mitad de los que tienen trabajo se desempeñan en la informalidad.
Durante la pandemia, muchos de los trabajadores informales se quedaron fuera de la posibilidad de obtener ingresos, señaló.
"Hay que abatir la informalidad, ampliar la seguridad social, las mejores condiciones trabajo decente y reflexionar el impacto de la revolución tecnológica en la planta laboral", afirmó.
Señaló que "un nuevo horizonte laboral se va a presentar al mundo; tenemos que enfrentar la nueva realidad que la revolución tecnológica les esta planteando".