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Sección: Estado de Veracruz

Ante tala inmoderada, invasiones e incendios, peligra el Cofre de Perote

- Ni normatividad ni vigilancia detienen la voracidad de taladores

- Pobladores denuncian que a diario bajan camiones con troncos

Miguel Valera Perote, Ver. 12/06/2021

alcalorpolitico.com


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A pesar de las campañas interinstitucionales para promover su conservación, sigue la deforestación del Cofre de Perote, la octava montaña más alta del país. Hace 84 años fue declarada Parque Nacional y brinda una gran cantidad de servicios ambientales a los habitantes de los 19 municipios que le rodean y a la región de la cuenca de los ríos La Antigua y Actopan.

Entre tala inmoderada, invasiones e incendios, las 11 mil 530 hectáreas que conforman el Parque Nacional se encuentran en riesgo, ya que ni la normatividad del Área Natural Protegida (ANP) ni la vigilancia forestal es suficiente para atender la voracidad de taladores, muchos de los cuales llegan de estados circunvecinos como Puebla o Tlaxcala.

Pobladores de las faldas del Cofre de Perote, a quienes las autoridades han mantenido bajo control respecto a estas prácticas, se quejan de que constantemente ven bajar de las zonas altas a camiones con cientos de troncos de especies maderables como pinos, abetos y encinos.



Comunidades como El Conejo, El Capulín, Rancho Nuevo, El Escobillo, El Tigre o La Toma, por el lado del municipio de Perote o Los Laureles, Tonalaco u Ojo de Agua, en la región de Ixhuacán de los Reyes y El Terrero de Chivas, Infiernillo o Los Llanillos, en el municipio de Xico, entre otras, han sido testigos de esta deforestación histórica que ha sufrido el Cofre de Perote.

Autoridades del municipio de Perote, como la regidora Angelina Zavaleta Córdoba, han insistido dentro del Cabildo, mayor control y vigilancia de estas prácticas de tala clandestina y propuso crear un consejo de cuenca que considere al Pico de Orizaba y al Cofre de Perote como cuencas hidrológicas para que se coordine el uso, aprovechamiento y administración de los recursos naturales y el control de los ecosistemas de ambas montañas.

Los pobladores piden que se detenga la deforestación o que se les permita esquemas controlados de producción forestal junto a las actividades agrícolas y de pastoreo que realizan, ya que para ellos resulta injusto que la mayoría de los explotadores vengan de los estados vecinos, cuando ellos son quienes han cuidado y protegido el hábitat en el que se desarrollan.