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Sección: Estado de Veracruz

Anormalidad educativa en el regreso a clases presenciales

Jorge Salazar García 13/09/2021

alcalorpolitico.com

El retorno a las clases presenciales, ordenado por la autoridad federal, generó reacciones encontradas en los principales actores educativos. Tanto en quienes están de acuerdo en regresar como en los que no existen argumentos razonables para sustentar su postura. Los opositores lograron que el Ejecutivo flexibilizara su orden inicial, recomendando se consultara a la comunidad escolar para acordar el regreso a las aulas, previa rehabilitación de los espacios educativos y, por supuesto, cumpliéndose con el protocolo de protección recomendado contra la pandemia. Eso está en marcha y es bueno que así sea porque permitirá ir reconstruyendo el sentido de comunidad roto por el confinamiento.

Sin embargo, de acuerdo con lo expresado por quienes ven difícil recuperar la normalidad escolar, parece que la autoridad encubre la realidad matizándola con la frase eufemística “nueva normalidad”. Tal como lo han informado los actores educativos, nada normal hay; todo es “anómalo, extraño e irregular”.

En una segunda acepción, el diccionario describe como “anormal” aquello que accidentalmente se halla fuera de su natural estado o de las condiciones que le son inherente.

Atendiendo que las condiciones de trabajo docente y las instalaciones de algunas escuelas no son aptas para prestar un servicio NORMAL, este constructo se ajusta mejor.

¿Por qué llamar normal a lo que no lo es? Evidentemente el abandono de las centros escolares desde 2019 provocó su deterioro; equipos, tuberías, redes eléctricas, sanitarios, etcétera, deberán ser reparados emergentemente para recibir a los niños en condiciones dignas y seguras. Algunos directivos convencieron a los padres para que colaboraran ECONÓMICAMENTE y con mano de obra resolviendo el reto. Pero en aquellos lugares donde la pobreza prevalece y el deterioro ha sido mayor, la comunidad escolar no ha logrado aún conseguir recursos suficientes para rehabilitar los espacios educativos.

Lamentablemente, con un Secretario de Educación Estatal casi autista, la coordinación, conocimiento, sensibilidad y sacrificio necesarios para resolver esta problemática brillan por su ausencia. No esperemos peras del olmo. Sin embargo, mucho podría ayudar destinando algunos ingresos propios de la SEV a la reparación integral de las escuelas, sobre todo las ubicadas en las zonas marginadas.

Es cierto, el desastre educativo en México lo indujo el modelo neoliberal, pero hoy se ha convertido en una tragedia por haberse confinado durante más de un año a personas sanas, generalizando el miedo. Sin duda, además de incrementarse el analfabetismo se incrementarán las enfermedades generadas por el temor, la angustia y la ansiedad.

Hay indicios de que las buenas intenciones del Presidente no se ven secundadas por todo el gabinete. Pareciera que algunos colaboradores ya lo dejaron “A medio camino” pues se ocupan más en operar para su candidato presidencial que en cumplir sus funciones. En lugar de innovar el quehacer gubernamental y resolver la inédita situación que el COVID-19 nos impuso, utilizan los recursos para mantener el hueso.

Por donde se vea, el regreso a clases es NECESARIO. Y así lo entienden los maestros con vocación, quienes anhelan tener nuevamente contacto con sus alumnos: consentirlos, apapacharlos, jugar y trabajar con ellos en el aula y en los patios de sus escuelas, sobre todo en educación básica. Congratula escuchar a maestros como Esmeralda Castillo decir que “le alegra el corazón estar con los niños” y a Claudia Rodríguez confesar que a pesar de tener que hacer esfuerzos titánicos para iniciar clases presenciales y temer a enfermarse está muy contenta “porque es por el bien de los niños”. Por su lado, la profesora Olivia Sánchez dijo: “Nos gana más el amor a los niños que el miedo y el temor a pesar de una autoridad insensible”.

A continuación se transcribe lo expresado en un WhatsApp enviado por directivos, en cual piden a La secretaría cumpla con sus obligaciones constitucionales de garantizar los medios e instalaciones de trabajo seguras y adecuadas para prestar el servicio educativo.

Dicen que a pesar de haber comunicado a la autoridad, en junio, acerca de que las escuelas habían sido vandalizadas, muchas de ellas no fueron atendidas, y que para agosto la situación había empeorado. Le informan que eso imposibilita recibir a los alumnos en las escuelas, “como tanto quisieran”, pues tiene año y medio sin uso ni mantenimiento. Algunas fueron saqueadas constantemente, perdieron techos, paredes, muebles sanitarios, puertas, tinacos, tuberías, pizarrones, bombas de agua y hasta carecen de cables para encender un foco.

Hacen un llamado a la SEV: “Autoridad; No te quedes de brazos cruzados, callada, o con pretextos; necesitamos de ti”. Finalizan ratificando sus invaluables ganas por regresar, pero que las circunstancia mencionadas “lo vuelve imposible”.