Aunque no tienen un origen meramente religioso o cristiano, la Iglesia católica respeta la celebración que la feligresía hace en torno a sus costumbres, como la Danza de la Vaca en Tihuatlán, señaló en su visita a esta villa el obispo de la Diócesis de Tuxpan, Roberto Madrigal Gallegos.
En entrevista, indicó que los pueblos originales han tenido siempre sus costumbres, danzas y ritos, a los cuales se muestra respeto porque para ellos significa algo muy importante, apuntó.
“Lo que procuramos en la Iglesia, y eso es precisamente nuestro acompañamiento, es buscar el sentido de la trascendencia”, planteó Madrigal Gallegos.
“Ellos hacen cada rito, cada danza, con respeto, sabiendo que hay un motivo espiritual por el cual lo hacen. A nosotros nos corresponde que verdaderamente sea la ofrenda agradable que debemos presentarle a Dios nuestro Señor, y por lo tanto uno se incultura en aquello que sí favorece al pueblo”, abundó.
Sin embargo, el prelado atajó que hay otros ritos y costumbres que no tienen esa esencia y no se pueden aceptar.
“Vamos a tratar de respetar las que sean muy propias y autóctonas. Cuando uno respeta sus costumbres es agradable, porque se está identificando con ellos. Y así debe de ser porque estamos participando con el pueblo”, concluyó.