No es verdad que las guerras se resuelvan sembrando árboles, consideró Ferrer Galván Acosta, bisnieto de Úrsulo Galván, quien agregó que programas como el "Sembrando Vida", han servido para cambiar radicalmente la vocación del campo y es un esquema electorero.
Es de recordar que desde la Cumbre de Líderes del Grupo de los Veinte (G20) en Río de Janeiro, Brasil, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, propuso sembrar paz y vida, en lugar de guerras, al destinar el 1 por ciento del gasto militar para poner en marcha el programa de reforestación más grande de la historia.
Lo cual dijo la mandataria significaría liberar unos 24 mil millones de dólares al año y con ello se mitigaría el calentamiento global y se restauraría el tejido social ayudando a las comunidades a salir de la pobreza.
Al respecto Ferrer Galván, apuntó que "el proyecto que presentó Claudia Sheinbaum es ser farol de la calle y oscuridad de la casa y creo que, por supuesto cuando uno escucha el discurso, dice es por ahí, hay que sembrar más árboles, hay que recuperar las zonas verdes del mundo y acabar con la guerra, pero en realidad sólo es un discurso porque las guerras no se acaban sembrando árboles, sino con otro tipo de mecanismos".
Además, puntualizó, que la pobreza no se acaba tampoco plantando árboles, sino generando producción agropecuaria.
Y resaltó que hay países los cuales han demostrado que cuando el Estado interviene y ayuda a los productores, claro que se puede reactivar el campo, pero México no está en estas circunstancias.
"Nuestros políticos están acostumbrados a declarar algo que suena bonito, que suena como buen titular, pero en verdad siguen abandonados los mexicanos y miles de ellos deben irse a Canadá o Estados Unidos a cultivar el campo de otros países, a producir lo que no pueden producir en México porque está negado el apoyo".
En México, acotó, se le da mucho más dinero a la Secretaría de la Defensa Nacional que al campo, "hay un número simbólico que revela que, durante el gobierno de López Obrador, se perdieron 4 millones de hectáreas cultivables, eso quiere decir que los campesinos empezaron a dejar de creer en lo que ellos hacen, y dejaron de sembrar para dedicarse a otra cosa y ese es el gran problema que tenemos".
El bisnieto del llamado Apóstol Jarocho del Agrarismo y fundador de la Liga de Comunidades Agrarias del Estado de Veracruz y de la Liga Nacional Campesina, indicó que el programa "Sembrando Vida", que fue una de las estrellas de la pasada administración, tiene una gran adversidad: que cambia la vocación del campo, es decir no apoya la producción que ya tienen los campesinos, sino les piden tengan otro tipo de sembradío.
"No está mal, pero tiene circunstancias que están equivocadas y en la realidad es que se ha convertido en un programa como todos los demás programas sociales, para la compra y venta de votos, para hacer grupos sociales y no para fortalecer la producción agrícola".