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Sección: Estado de Veracruz

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 Las puertas del paraíso - Colección Sergio Pitol Traductor

19/09/2023

alcalorpolitico.com


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Las puertas del paraíso
Colección Sergio Pitol Traductor



En el relato Las puertas del paraíso de Jerzy Andrzejewski, escritor de origen polaco y practicante católico, hay una fuerte carga moral que cuestiona el dogmatismo religioso y critica la censura que el partido comunista impuso en su país. Es un discernimiento del bien y del mal, de la verdad y la mentira, y una apología al amor.

Traducido por el insigne Sergio Pitol para la Editorial de la Universidad Veracruzana (EDUV), fue publicado con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes en 2012. La colección se llama “Sergio Pitol Traductor”, la coordinó el maestro Rodolfo Mendoza.

En el prólogo se destaca que en 1959 Jerzy Andrzejewski, “ajeno a la estética simbolista y también a cualquier tentación teosófica” logró crear una versión contemporánea de La cruzada de los niños, obra de Marcel Schwob que recopila las voces de quienes integran la columna marchante que se dirige a rescatar el Santo Sepulcro.

Esta versión es la que el traductor veracruzano permite leer en español. La calificó como una “refinada estilización de la forma, la obstinación en no hacer concesiones al lector era la expresión más clara de rechazo a la estética oficial de su país”.



Lo anterior porque el autor polaco usó sólo dos frases y unas cuantas comas, con la primera construye la primera parte de la historia y con la segunda, que es una oración que cuenta con cinco palabras, la finaliza.

“Dios todopoderoso me ha revelado que frente a la insensible ceguera de los reyes, príncipes y caballeros es necesario que los niños cristianos hagan gracia y caridad a la ciudad de Jerusalén en manos de los turcos infieles, porque por encima de todas las potencias de la tierra y el mar sólo la fe ferviente y la inocencia de los niños puede realizar las más grandes empresas, tened piedad de la Tierra Santa y del Sepulcro solitario de Jesús…”

En esta frase inicial se integran las historias de cinco niños y la de un viejo sacerdote que a través de la confesión dibuja cómo se lleva a cabo la marcha hacia Jerusalén, bajo la guía de Santiago de Cloyes.



Cloyes es la aldea en el que viven los adolescentes, a excepción de Alesio Melisseno, un joven griego de Bizancio, que llega a este sitio en donde cree se encuentra su padre adoptivo: Ludovico de Vendôme, conde de Chartres y de Blois.

La lectura no es fácil, porque -como ya se explicó- el escritor polaco rompió con la estética impuesta en su época y dio paso a una propia, en la que el sonido de la voz marca la puntuación de los monólogos que realizan los 6 personajes principales.

La frase final es: “Y caminaron toda la noche”.



Para este autor, que era homosexual, el amor es el que encamina a los seres humanos hacia el bien, pero también los lleva a realizar el mal y es el único sentimiento que no mata a la esperanza. Esto queda muy claro cuando el sacerdote va escuchando las confesiones de los niños, quienes según marchan para salvar a Israel de los turcos infieles. Sin embargo, el motivo real es conseguir el amor de Santiago, el joven puro y bello, el inaccesible, que pasó de ser un huérfano ciego y sordo a un elegido por Dios.

“Con el amor se puede acallar incluso el hambre”, aseguraba Roberto. El conde Ludovico, quien será el que pida a Santiago consume la tarea que él no pudo (liberar el Santo Sepulcro), lo describía así: “[…] el amor es busca y descubrimiento, aspiración e incertidumbre, prisa y espera, espera impaciente, pero siempre espera, el amor es ese estado particular y único de nuestros deseos que, al buscar su propia satisfacción, se obliga a no traspasar el límite extremo de la extrema satisfacción, porque el amor, que por su naturaleza es necesidad imperiosa de satisfacción, no es eso, no es satisfacción y jamás podrá llegar a serlo.”

Este mismo personaje también pensaba que “el amor es anuncio y búsqueda, el amor es conquista, pero la satisfacción de los deseos lo mata, sufre perpetuamente de sed, pero toda la satisfacción lo mata, es la desesperación en la contradicción de los elementos, es la soledad entre los elementos contradictorios, pero es también esperanza, esperanza siempre entre esos elementos contradictorios”.



A Jerzy Andrzejewski le tocó vivir la invasión de Alemania a Polonia y, después, la implementación del comunismo en 1949, al cual trató de adaptarse, pero dado el totalitarismo del sistema, pocos años más tarde, 1957, renunció.

Católico como era, sabía que en la cultura occidental acceder al paraíso es el anhelo mayor, es el lugar a donde se desea llegar para ser feliz eternamente, por ello la iglesia promueve la pureza y condena al pecado.



La colección “Sergio Pitol Traductor” se conforma por el título aquí reseñado y otros nueve que no deben faltar en una biblioteca: El corazón de las tinieblas, de Joseph Conrad; La vuelta de tuerca, de Henry James; Diario de un loco, Lu Hsun; El ajuste de cuentas, de Tibor Déry; Emma, de Jane Austen; Adiós a todo eso, de Robert Graves; Un drama de caza, de Antón Chéjov; Washington Square, de Henry James; y Madre de reyes, de Kazimierz Brandys.

Para conseguir un ejemplar de Las puertas del paraíso escriba a [email protected], y se le regalará uno si está entre los 3 primeros correos que se reciban.