Número de cervecerías y escuelas, a la par en Minatitlán

En el municipio de Minatitlán operan 421 escuelas, desde nivel inicial hasta superior, cifra que la ubica dentro de las localidades con mayor número de planteles educativos en todo el estado de Veracruz, aunque se encuentran rodeadas de casi el mismo número de cantinas, cervecerías o lugares donde se expende alcohol.

De acuerdo con los datos obtenidos por este medio de comunicación, el padrón de “centros de diversión” dados de alta ante el Ayuntamiento de Minatitlán es de 62, aunque no se contempla la totalidad de negocios en la zona urbana y mucho menos la rural.

Se prevé que existan muchos más que expenden bebidas embriagantes en la clandestinidad o con régimen restaurantero, lo que las deja fuera del padrón de negocios con esta actividad.



Por su parte, en las casi 160 congregaciones de Minatitlán existen 32 preescolares, 131 primarias, 46 secundarias y 18 bachilleratos, es decir 127 planteles, aquí según los mismos pobladores hay más cervecerías o cantinas que planteles, “no hay otra cosa que hacer”, justificó Roberto Benítez, de la comunidad de Las Ánimas.

UV e ITM los más vulnerables por falta de regulación

Lo que desde muchos años representa un problema para las autoridades municipales es la regulación de las palapas o “botaneros”, pues instituciones como el Instituto Tecnológico de Minatitlán y la Universidad Veracruzana (UV) se encuentran cundidos de estos “centros de recreación”.



En el ITM, por ejemplo, se ha llegado, incluso, a dar pláticas regulares con el apoyo del Centro de Atención Primaria en Adicciones, con el único fin de evitar que incurran en esta enfermedad, así como el consumo de drogas, que llega a afectar a un considerable número de estudiantes.

El ITM cuenta con un programa de seguimiento de los alumnos adictos, tanto al cigarro, al alcohol o a los estupefacientes, el que afortunadamente ha funcionado casi en su totalidad.

Sin limitación, venta de alcohol en menores de edad
De acuerdo con la regidora de Salud en Minatitlán, Dulce Mariel Ruiz Sánchez, el alcoholismo es una enfermedad que se presenta a últimas fechas en los más jóvenes, incluso en menores de 18 años, aun cuando el expendio de las bebidas no está autorizado a quienes no tengan la mayoría de edad.



Indicó que el problema representa un alto costo para las autoridades de salud, ya que deriva en enfermedades principalmente hepáticas y accidentes automovilísticos, que llegan a terminar en la muerte.

Señaló que el problema mayor es que ahora los padres permiten que sus hijos beban en sus casas, con la justificación “de que no lo anden haciendo en la calle”, pero esto es un arma de doble filo, pues la iniciación en la ingesta de alcohol, respaldada por los familiares, en una gran cantidad de jóvenes se convierte en adicción.

De acuerdo con la galena, actualmente las mujeres son el grupo más vulnerables a la dipsomanía o dependencia del alcohol, que dijo que mientras menos edad tenga el consumidor, más probabilidad tiene de convertirse en alcohólico.



“El impulso de beber es estremecedor y convierte a la persona dependiente absoluta del alcohol, o cualquier otra bebida alcohólica que va minando lentamente la salud, arrasando el hígado, formando granulomas hepáticos que van deshaciendo los órganos vitales a la velocidad de la luz sin que el enfermo lo sienta hasta que aparecen los síntomas y sobreviene la muerte”, recalcó Ruiz Sánchez.

El dipsómano es en realidad un enfermo mental que padece un trastorno obsesivo compulsivo que lo lanza hacia el alcohol de una manera atroz sin poder impedirlo en absoluto, explicó.