Ninguno de los Papas se parecerá a Juan Pablo II y menos en su amor a México: V. Alazraki

La parte central de mi carrera inició con Juan Pablo II, a quien seguí más de 20 años, por ello he tratado a través de mis libros mantenerlo en vida en estos nueve años desde que falleció, relató Valentina Alazraki, periodista de El Vaticano.
 
En la basílica menor de Guadalupe, abarrotada de feligreses que se congregaron para escuchar a la periodista de Televisa en su conferencia "De Juan Pablo Segundo al Papa Francisco, 36 años en El Vaticano".
 
Comentó que, a pesar de que le ha tocado cubrir a 4 Papas, ningún otro se va a parecer a Juan Pablo II y mucho menos que ame tanto a México como él.
 
"En septiembre del 2015 veremos al Papa Francisco pasar por México, pero será una vez y probablemente dos días por lo que la relación que vivimos con Juan Pablo II no la vamos a poder repetir".
 
Comentó que su relación cercana con el Papa comenzó desde el día en que lo tuvo que entrevistar por primera vez previo a su visita a México.
 
"Me escondí detrás de unas plantas y un sombrero mexicano para entrevistar al Papa, cuando salí de mi escondite con el micrófono enredado y el sombrero me miró Monseñor que lo acompañaba y dijo 'hasta dónde hemos llegado' con cara de molesto, pero el Papa estaba sonriente y de inmediato le pregunté su sentimiento de la primera visita a México y dijo que estaba emocionado y lo primero que iba a hacer era arrodillarse ante la Virgen de Guadalupe".
 
Explicó que antes de venir a México sus asesores le dijeron que su visita era anticonstitucional y que podría ser mal recibido, por lo que tenía un poco de temor de lo que pudiera pasar en un país donde había Masones.
 
"López Portillo hace como de casualidad que se encontró al Papa en el helipuerto, le dio la mano y lo dejó con los mexicanos y se fue; pero visitó a escondidas Los Pinos para conocer a 'Doña Cuquita', la mamá del Presidente y, fue quien le ofreció agua de lima y desde entonces ese vaso lo conservan como reliquia".
 
Pero contó que Juan Pablo se enamoró de México al ver cómo lo recibían en las calles y se arremolinaban para saludarlo en su primera visita y quedó tan flechado con nuestro país que regresó cuatro veces más.
 
"Era un hombre extraordinario, bastaba con verlo rezar (...) rezaba de una manera diferente, como que estaba de una manera directa con Dios o con la Virgen".
 
En sus últimos años, a pesar de sus limitaciones, el Papa Juan Pablo siguió viajando y aunque ya no sonreía porque el Parkinson no se lo permitía seguía siendo esa persona cálida con mucha fe y fortaleza.
 
"En la última parte de su pontificado me empecé a dar cuenta que estaba con una persona santa".
 
Relató que esa conexión no se dio entre el Papa Benedicto y los feligreses; sin embargo, el Papa Francisco entabló una relación más emocional con la gente que con Benedicto.
 
"Desde el primer momento se ganó la simpatía de la gente porque les dijo que lo fueron a buscar al fin del mundo y se mostró humilde al reconocer que hablaría un mal italiano pero que lo podían corregir".
 
Señaló que el Papa Francisco rompe protocolos para estar cerca de la gente que acude los miércoles y domingos al Vaticano.
 
Mencionó que el Papa tiene su propia agenda en las tardes, la cual el propio Vocero no conoce, puesto que si él quiere puede recibir a quien se le pegue la gana e incluso llama por teléfono a las personas que le mandan cartas, lo cual ha puesto en aprietos porque muchas personas ponen en redes sociales cosas que aseguran les dijo el Papa, pero son cosas que no se pueden corroborar.
 
"Es una bocanada de aire fresco porque es un Papa que rompe protocolos y te llena de entusiasmo".