Nuevamente la comunidad Emiliano Zapata es escenario de una fuga de crudo, que afectó un cuerpo de agua, luego de que en el pozo San Andrés 371, se registrara una fuga de hidrocarburo de un ducto de 12 pulgadas de diámetro. El problema ha afectado un área importante y la población se mantiene enardecida por el hecho, ya que nuevamente sus mantos acuíferos son contaminados.
La fuga se originó a efecto de la corrosión y afectó un arroyo que cruza la comunidad, donde se abastecen cientos de familias, pero también era utilizado para lavar ropa, bañarse y pescar diversas especies, entre ellas tilapias, las cuales han muerto por decenas a efecto de la contaminación por la presencia del hidrocarburo, que no las deja respirar y mueren asfixiadas.
El problema se registró durante la madrugada de este lunes y desde las primeras horas, personal de la compañía PJP4 y TETSA, realizan las labores de limpieza y recuperación del crudo derramado, utilizando "grapas", para contener la contaminación, misma que ha afectado unos mil 700 metros del arroyo y una parcela, por lo que los pobladores exigen una pronta solución.
Entrevistado al respecto, Nicolás Pérez Pérez, comisariado Ejidal de la comunidad, lamentó los hechos y dijo que no es posible que por la negligencia e irresponsabilidad de PEMEX, la comunidad y el medio ambiente tengan que sufrir. "Siempre es lo mismo, toda la vida el mal estado de los tubos, todos podridos nos está provocando afectaciones, y lo peor es que nos pagan lo que quieren, cuando quieren y encima nos maltratan, ni siquiera han dado un beneficio a la comunidad", dijo la autoridad ejidal.
Emilio Tiburcio Jiménez es uno de los tantos pobladores afectados, detalló que un pozo artesiano que mandó excavar en su propiedad para consumir el agua y utilizarla en las labores domésticas, se encuentra totalmente contaminado, y ahora se verá en la necesidad de comprar el agua, pues debe de satisfacer las necesidades de su familia, en tanto PEMEX no ha provisto de ningún servicio a los afectados.
Otros habitantes, que pidieron el anonimato, dijeron haber sido amenazados por personal de PEMEX y de una compañía, porque fueron a reclamar el pago de daños y tomaron algunas fotografías, recibiendo como respuesta insultos, gritos y amenazas de que mandarían a llamar al Ejército para que los detuviera, por lo que temerosos prefirieron retirarse.