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Sección: Estado de Veracruz

Libertas

Compromiso por la paz

José Manuel Velasco Toro 18/04/2024

alcalorpolitico.com

Siete son los temas, o más bien diría rizomas relacionales que entretejen el documento Compromiso por la Paz. Estrategia de política pública para la paz. Texto que busca establecer los elementos en común para incentivar e impulsar el diálogo nacional que permita recuperar la paz social que tan violentamente ha sido alterada. Documento que puede ser consultado en su totalidad en www.dialogonacionalporlapaz.org.mx, pues examinarlo, reflexionarlo y asumir una posición al respecto es de vital importancia para tomar la parte de responsabilidad colaborativa que nos corresponda como personas, miembros de la sociedad, mexicanas y mexicanos que queremos un México seguro, progresista y tranquilo para las generaciones que coexistimos hoy y las que coexistirán mañana.

Más que un documento contenedor de un análisis profundo de la degradación que estamos viviendo del tejido social y, a la par, de nuestra casa común que es la Tierra, es un manifiesto que expone con contundencia y certeza vivida la violencia física que cobra vidas, la violencia gubernamental que abraza la mentira, la violencia amoral que corroe a los conjuntos sociales, la violencia de la insidia política que en aras del poder contrapone a la sociedad entera, la violencia de la impunidad que denigra la vida y dignidad de las personas, la violencia de la corrupción que corroe consciencias y destruye principios que retienen a la justicia bajo la despótica ilegalidad del abusivo controlador.

La violencia que, en suma, destruye la libertad social y política, aniquila la equidad en la justicia y la libre expresión, impide la realización humana en su plena esencia personal y social. Violencia que al haber adquirido dimensión sistémica afecta individuos, familias, conjuntos sociales, instituciones, localidades, barrios, regiones y al país entero, por lo que es necesario, urgente y preciso sumar conscientes esfuerzos para reconvertir la vida social y el ejercicio político orientando la acción hacia la creación, consolidación reproducción de condiciones aptas para la paz, la libertad y la justicia en el país.



La ruta para recobrar la paz implica el compromiso colectivo, corresponsable y convencido de los conjuntos sociales, de los partidos políticos que se deben a la sociedad, de las personas que en su momento asumen éticamente la conducción de las instituciones, de las tres instancias de gobierno, de las iglesias, universidades, empresas y organizaciones, en suma, de una acción interrelacionada, múltiple e integral que debe abarcar desde lo local a lo nacional, desde el ámbito familiar hasta el conjunto del social total.

La tarea es titánica, pues la “escucha, el diálogo, la participación, la confianza entre personas en los ámbitos más cercanos y con mayor razón respecto de las instituciones están rotas. Prevalecen el miedo, la impotencia, la desconfianza y la incertidumbre” en cada 2 persona que diariamente se desplazan a su empleo o lugar de estudios, en cada familia que teme ser asaltada y violentada en su hogar o en la calle, en cada negocio sometido a la depredación de cobro de piso bajo amenaza de muerte y destrucción, en cada conductor de autotransporte que viaja, como describe la metáfora popular, con “el Jesús en la boca”. ¿Acaso esa es la vida que queremos todas y todos los mexicanos?.

La explicación profunda, didáctica y contundente del problema de la violencia que corroe al país, y que claramente comprendemos quienes de manera directa o indirecta la estamos padeciendo, es resultado de la reflexión analítica, crítica y propositiva de un amplio conjunto de personas vinculadas a más de 1600 instituciones cuyo abanico comprende universidades públicas y privadas, centros de investigación, asociaciones civiles, pastorales, escritores y analistas independientes, miembros de comisiones institucionales, de derechos humanos y de esclarecimiento de la verdad. Multitud no masificada, sino organizada y pensante que en cada contexto es reflejo representativo de la sociedad mexicana.



Las propuestas que se hacen para constituir un programa de acción contundente, profunda, de corto, mediano y largo plazo desde lo local hasta lo nacional, se derivan del crítico análisis de cada uno de los siete aspectos considerados: tejido social, seguridad, justicia, cárceles, adolescencia, gobernanza y derechos humanos, los cuales no son concebidos linealmente sino son vistos desde la perspectiva real de interrelación sistémica de la realidad vivida. De ahí su dimensión política que debe ser bandera de la ciudadanía y no excusa demagógica de los partidos políticos.

Cuando fueron invitadas las candidatas y el candidato a la presidencia de la República a conocer el contenido y sumarse comprometidamente con la propuesta ciudadana, no fue con la intención de escuchar un discurso de ropas desgarradas o las desatientes peroratas demagógicas a la par de toma de fotos propagandísticas, sino fue con la intención de que entendieran que la ciudadanía está cansada de los hipócritas “abrazos”, del sarcasmo del “todo está bien”, de los “balazos” que sí son efectivos, de la neblina del pañuelo blanco que oculta la corrupción que permea instituciones, partidos, funcionarios, empresas.

Se trata de asumir el compromiso por México, quede quien quede al frente del país. No se trata de un juego de fuercitas ideológicas de nomenklatura, sino del próspero futuro que conduzca a México hacia la paz en democracia, la libertad en la justicia, la equidad y la fortaleza en el conjunto mundial. Si bien el Compromiso por la Paz. Estrategia de política pública para la paz es resultado de la iniciativa convocada por la comunidad Jesuita de México, su realización es logro participativo, colaborativo y comprometido de muchas mentes con sus propias idiosincrasias, pero con un objetivo común: el restablecimiento de la paz y el aseguramiento de la democracia.