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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Veracruz y el infierno por venir
Francisco L. Carranco
5 de octubre de 2015
alcalorpolitico.com
Quizás no sea el término correcto, pero las llamas incendiarias que se esparcen en el ambiente de la política veracruzana, luego del desatino provocado en la toma de protesta del nuevo líder estatal de la CNC Veracruz, protagonizado por el ejecutivo del estado en contra el representante del Senado, pone en evidencia que en el cierre del año se vivirá un verdadero infierno en Veracruz.
 
El pretexto fue un regalo, una caña de pescar que el Gobernador Duarte obsequia al Senador, Héctor Yunes Landa, por motivo de su cumpleaños.  
 
El desatino, un reclamo airado a las intenciones del senador por ser candidato a la gubernatura, por el partido tricolor en el cual ambos militan y en donde saldrán chispas a la hora de la toma de decisiones, de quien será el “bueno”, en las que se verán involucrados, el Gobernador, Los líderes del partido, las bases, todos los suspirantes y la sociedad civil ante la observancia del dedo presidencial que, definitivamente, es en estos momentos el único que decidirá quién será el candidato del PRI en Veracruz, para bien o para mal.  
 

No hay antecedentes recientes de fracturas, tan sonadas, como por las que atraviesa el sistema político vinculado al PRI, sobretodo, al cierre de un sexenio que se califica como uno de los más difíciles para el gobernante en turno.
 
Muchas aristas están flotando en el ambiente, además, de personajes irritados por haberse roto las formas para plantear el descontento por las decisiones de los suspirantes por ser ungidos como candidatos, aunque sea para una gestión de dos años.
 
La ciudadanía veracruzana esta pasmada ante el conflicto entre los priístas, esto hace que la permanencia del tricolor en los principales poderes políticos se ponga en riesgo porque la gente no sabe en qué pararán las cosas y, si se acentúan las fracturas al interior del PRI, la alternancia, en la sucesión del ejecutivo, para otro partido se ve muy cercana.
 

La contienda interna entre los principales precandidatos del partido, Héctor y Pepe, fuera de las formas convencionales en el proceso para sacar el candidato a la gubernatura, desgastará a los militantes y simpatizantes, del PRI, que ahora empiezan a evidenciar el descontento por todo lo que pasó y está por pasar.
 
No se ve una inmediata reconciliación porque hay, según los analistas especializados, ofensas personales, a la familia y un ataque al Senado de la República, estos personajes, representan a los veracruzanos en la cámara alta donde se toman las decisiones políticas más importantes para el país.
 
Ante estas situaciones los militantes que ya se han incorporado, veladamente, con los precandidatos de su preferencia toman distancia entre ellos, queda de manifiesto la ruptura y esto da paso a que los golpes bajos y descalificaciones para hundir las aspiraciones de uno o del otro, empiecen aflorar entre ellos y a fortalecer a otros suspirantes con menos posibilidades, pero, ante las contingencias cualquiera puede resultar como tercero en discordia, aunque son varios los que han revivido como alternativa para ser candidatos del PRI:
 

Los principales precandidatos, los dos senadores, seguramente endurecerán la crítica y su discurso en contra del actual gobierno, enfatizando las acciones difíciles de controlar como es la deuda del estado, los señalamientos de corrupción a funcionarios noveles, el incumplimiento de compromisos con el IPE, los maestros, la Universidad Veracruzana, proveedores, prestadores de servicio, aparte, de los recortes presupuestales al gasto corriente de las dependencias, reducción de sueldos, despido de burócratas y carencia de apoyos básicos a las organizaciones y a la población en su conjunto.  
 
El pleito en la cima política de Veracruz ha rebasado el entorno local, se ha convertido en materia nacional que ha nutrido la opinión pública de descredito para la actual administración, sus políticos, el estado, y se vuelve tema incómodo para los correligionarios del partido que observan cómo se diluye el famoso bastión electoral que en otra época fue Veracruz.
 
Y mientras los ciudadanos se sienten victimas del infortunio que al conocer a los candidatos por venir y los partidos que los proponen, no habrá margen para seleccionar al mejor del PRI.
 

Cualquiera que sea el candidato del PRI que surja de la guerra interna por lograrlo, no garantiza que gane los votos para ser Gobernador. Los sufragios están fragmentados y a la hora del conteo final diluidos, los actos soberbios pueden enterrar las aspiraciones de los candidatos de PRI y harán que surjan las alternativas con los candidatos independientes y de otros partidos que recogerán el hastío de la gente que sólo observa cómo se están dando los “cocolazos”. En fin.
 
Quién será, entonces, aquel capaz de proponer los mecanismos de control y gobernabilidad que eviten que los funcionarios cometan abusos, si las promesas mesiánicas y las ofertas clientelares están en el ocaso de desaparecer ante la evidente ineficacia de la política y administración actual con la emergente división que generará votos en contra del que resulte candidato, el infierno está que arde y los partidos opositores listos pa’ la repesca.
 
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