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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Fiestas Patrias
Francisco L. Carranco
14 de septiembre de 2015
alcalorpolitico.com
El sentimiento patrio está lesionado. Dónde quedó la arenga inmortal de”…Mexicanos al grito de guerra” que encerraba la posibilidad de que los mexicanos al escuchar esa proclama estaríamos dispuestos a, incluso, dar la vida en nombre de la patria para salvaguardar la soberanía, la paz y el estado.
 
En dónde se perdió el sentimiento capaz de promulgar gloria para los mexicanos ante cualquier adversidad; los símbolos patrios con sus hombres y sus mujeres que enarbolaron la construcción de la democracia que disfrutamos, aún, muy alejada de las verdaderas bondades que como sistema político debiera asegurar el bienestar a los mexicanos.
 
Dónde se perdió el rumbo en el cual, según el presidente Peña Nieto, la corrupción es la condición humana que condena a este país al regreso a las cavernas y donde la Ley del más fuerte será la que prevalezca.
 

Sobre ese asunto el del “Más Fuerte” representa una determinación oligárquica porqué no es aplicada para los pobres mexicanos que luchan por sobrevivir, es dedicado, exclusivamente, para aquellos que administran el poder, la autoridad, las leyes y el presupuesto, la familia revolucionaria, los cuates y los amigos y, en sí, para aquellos que administran el gobierno y sus riquezas, no las del estado sino las que van construyendo en nombre de la patria los malos mexicanos que abusan del poder depositado en ellos.
 
La patria dividida entre los que ostentan todo y los que nada tienen, separa más el sentimiento de haber nacido aquí, dos México los que festejan, los que tienen riqueza, la clase política, industrial, empresarial cómplices todos en el progreso y desarrollo, pero, de sus fortunas no del país.
 
Y el otro México el que vive dentro de la peor crisis de todos los tiempos, con focos rojos de toda índole por todos lados, con inseguridad, violencia, miedo, con la percepción generalizada de que las autoridades no saben cómo resolver los problemas sociales y políticos cada vez más agudos que ponen en alerta de intranquilidad a los ciudadanos que siguen justificando a sus autoridades con la esperanza de que éstos resuelvan los problemas.
 

Tantos fracasos por implantar el estado de derecho ha llevado al país a la etapa más oscura en el respeto a los derechos humanos, a la seguridad y el bienestar, el Gobierno no quiere reconocer el momento crítico que el país atraviesa.
 
Eso hace notar más la división de las clases sociales, el aumento de la delincuencia por la sobrevivencia misma, y la protección que cada ciudadano hace de sus cosas se vuelve una situación más crítica porque genera otro tipo de delitos como son lesiones e incluso muertes por asaltos y robos.
 
En nombre de la austeridad los programas sociales y la atención a la ciudadanía no avanzan, se rezaga la atención presupuestaria en las participaciones los ayuntamientos y gobiernos de los estados entran en crisis porque no hay gasto corriente para solventarlos.
 

Los plantones, protestas multitudinarias, tomas de carreteras, plazas, calles y rebeldía de los ciudadanos calientan los ambientes, hay muchos mexicanos que quieren ya, en el aquí y ahora, las condiciones mínimas para resolver los asuntos apremiantes de las políticas públicas que urge la sociedad para alargar los escenarios aterradores del colapso del país.
 
Qué hacer cuando hay gasto excesivo en el Gobierno, políticas fiscales erróneas, la caída estrepitosa de los precios del crudo, extorsiones y secuestros, complicidad entre los buenos y los malosos, inseguridad, violencia la inescrutable violencia, la presión incomoda de los medios de comunicación, todo ello no augura un buen final.
 
La tristeza, la melancolía, la desesperanza, las tragedias hunden al país en un estilo de gobernar en el cual se nota el no saber cómo hacer las cosas. Y eso duele como si fuera una lesión en sentimiento patriota de los mexicanos.
 

Las fiestas patrias nos dan un pedacito de pan y circo y a veces sólo circo.
 
Suburbio 1
 
Un éxito la caminata canina allá por el Parque de Las Hayas, convivencia perruna con ciudadanos comprometidos con los animales.
 

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