La otrora capital petrolera de México, Poza Rica, vive una de sus peores etapas, como el resto de los municipios veracruzanos. Violencia que no termina, mientras las autoridades municipales y estatales deshojan la margarita para decidir si implementan una estrategia con el apoyo de las fuerzas federales; agudizado desempleo considerado como tragedia laboral, que tiene en vilo la economía regional; pobreza e insalubridad que aunado a las graves deficiencias en los servicios de Salud afectan directamente a la ciudadanía.
 
La época de bonanza es parte de la historia de Poza Rica. La crisis financiera es severa, aunque los líderes petroleros lo nieguen y aseguren que la economía no está petrolizada; fenómeno que perjudica todas las áreas de la población que padece en carne propia los estragos del abandono. El hartazgo de la población por la clase política quedó de manifiesto en las recientes elecciones en que el candidato perredista hizo polvo al contrincante del partido tricolor. El voto corporativo es cosa del pasado.
 
Los pozarricenses sufren graves deficiencias en el sector Salud ante la indiferencia de las autoridades. Derechohabientes del IMSS están muy molestos y preocupados debido a que en el Hospital Regional de este instituto, el aire acondicionado no funciona desde hace ya varios días, lo que pone en mayor riesgo a la población por el elevado grado de contaminación bacteriana que se está generando al interior del nosocomio por no contar con clima.
 

Al preocupante rezago y desabasto de medicamentos, hay que agregarle que Poza Rica y la región registra numerosos casos de tuberculosis, epidemia que va en aumento, sin que hasta el día de hoy los responsables de Salud hayan podido controlar.
 
Trabajadores jubilados, petroleros, maestros y de otros gremios, continúan muriendo al agravarse sus problemas de salud por no poder recuperar los ahorros de toda su vida que depositaron en la Caja de Ahorro Solidaridad, perteneciente al sindicato petrolero. Miles de millones de pesos les fueron arrebatados a los jubilados.
 
Todo esto sucede mientras Sergio Lorenzo Quiroz Cruz, secretario general del sindicato petrolero de la Sección 30 y presidente municipal de Poza Rica, se ocupa de todo, menos de cumplir con su responsabilidad como primera autoridad.
 

La actitud de Quiroz Cruz es muy criticada por la ciudadanía. Es señalado de comportarse como todo un faraón egipcio: muy dado a que los ciudadanos se humillen ante él. Lo que no ha tomado en cuenta Lorenzo Quiroz, es que en breve dejará de ser alcalde, y el sindicato petrolero al que representa quedará hecho añicos.
 
Pepe o Héctor, Yunes, tendrán mucho por hacer por Poza Rica que hoy vive en el olvido.
 
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