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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Ya circulan los ocho mil
Francisco L. Carranco
3 de agosto de 2015
alcalorpolitico.com
Preparémonos para la congestión. En efecto, los periodos vacacionales siempre dejan evidencia de algunos problemas urbanos que la cotidianeidad no nos deja observar por la abrumadora actividad en la que estamos inmersos, sin embargo, al caminar por las calles vacías los problemas y situaciones afloran.
 
Le comentaré que el principal problema que enfrentaremos en la ciudad capital y, quizás, en otras ciudades del estado, si es que sigue replicando la situación en comento, luego del regreso a clases y al trabajo, la circulación vehicular y congestionamientos ocupará, nuevamente, la primera dificultad para los ciudadanos.
 
Y es que a partir de esta semana de vacaciones, las calles y avenidas, ante la ausencia de vehículos particulares, sobresale la circulación de miles de autos de alquiler denominados Taxis, que lejos de resolver el grave problema de transporte de la ciudad (ciudades) entorpece y agobia a los ciudadanos tanto los de a pie, como los que circulan en motos, autos y bicicletas particulares.
 

No quiero sonar como alarmista cuando me refiero a los miles de taxis, pero, si usted pone atención observará que ya los números económicos de los vehículos de alquiler rebasan los ocho mil, es decir hay taxis circulando con el número 8191, 8250, etcétera, etcétera.
 
Obviamente, la sorpresa no se puede pasar de largo y, definitivamente, el estado sigue soltando, vendiendo y liberando concesiones para el servicio público de transporte en la modalidad de taxi en una ciudad agobiada por tanto, tanto vehículo que, ahora que regresen los burócratas, niños y jóvenes a las escuelas y la propia universidad la situación se tornará grave con tanto vehículos, entre taxis y particulares circulando por las calles de la ciudad.  
 
Sin duda, el transporte urbano en su conjunto es una actividad muy importante para la ciudad, sin embargo, el incremento de autos circulando por las vialidades necesariamente disminuirá la posibilidad de llegar a tiempo al trabajo, la escuela, mercado, etcétera, porqué además hay otros factores que, con el aumento de taxis, el manejo temerario de los choferes y la total irresponsabilidad de no hacer caso al reglamento, provocará accidentes con daños económicos y lesiones humanas.
 

Por lo tanto deberemos irnos acostumbrando a vivir con congestionamientos vehiculares, situación agravada si es que el mismo estado sigue liberando, también, concesiones para autobuses de transporte urbano que sin planeación de rutas y el enorme tamaño de los camiones acabará por saturar las calles y avenidas.
 
Una planeación adecuada para evitar que sobre las calles y avenidas permanezcan vehículos estacionados a las salidas de escuelas, oficinas o comercios porque eso entorpece la circulación y obliga a los autos a circular a baja velocidad provocando la congestión. En consecuencia la congestión vehicular causa negativas secuelas de contaminación, importante gasto de los recursos privados y sociales, y pérdida de la calidad de vida.  
 
Ese costo no es percibido por los usuarios que contribuyen a generar los embotellamientos, algunas conductas causan más congestionamiento que otras, hay conductores que muestran poco respeto por aquellos con quienes comparten las vías.  
 

En algunas ciudades, como Xalapa, muchos automovilistas que intentan ahorrarse algunos segundos de tiempo de viaje tratan de imponerse en las intersecciones, bloqueándolas y generando para los demás, que a su vez hagan lo propio, generando estrés, enojos innecesarios y accidentes.
 
Es tradición que los autobuses se detengan en el punto inmediato anterior a una intersección, lo que causa congestión y accidentes; en esta ciudad, como en otras que cuentan con una oferta generosa de taxis que no acostumbran operar a partir de sitios fijos, éstos circulan a baja velocidad en búsqueda de pasajeros, se detienen en lugares prohibidos, lo que también genera congestión y en alta velocidad bajo el falso concepto de ganar tiempo lo que a veces provoca graves perjuicios.
 
En fin, en casi todas las ciudades del estado, el deterioro de las condiciones de circulación ha sido significativamente más grave de lo que podría y debería ser, lo que obedece, en parte, a un manejo inapropiado de las autoridades del ramo.  
 

Es obvio que la expansión de las flotas de vehículos particulares, de taxis, autobuses de transporte urbano, ha superado claramente la capacidad institucional para lidiar con esa situación, la reacción de las autoridades ha sido parcial, debido a que, la responsabilidad de la planificación y administración del transporte urbano está fragmentada en unas decisiones de entes distintos: funcionarios estatales, Seguridad Pública, Dirección de Tránsito y Transporte Público, las propias autoridades municipales y los usuarios particulares que coptan e inhiben la aplicación de la política pública del transporte.  
 
Además, en un área tan sensible como el transporte urbano, se ejercen fuertes presiones que provienen de grupos organizados, los transportistas y también de políticos que plantean sus puntos de vista y, en ocasiones, salen en defensa de determinados intereses, por ejemplo, rechazar el cumplimiento del reglamento de tránsito.  
 
Suburbio 1
 

Es necesario que las instituciones mejoren su capacidad y calidad de respuesta y, mejor aún, desarrollar la capacidad de lidiar con las presiones que de tantas partes se reciben. Se necesita entonces, por una parte, una creciente competencia profesional y de especialistas en el manejo del tránsito.
 
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