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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Quería domar la corrupción
Francisco L. Carranco
20 de julio de 2015
alcalorpolitico.com
El mes pasado el Presidente Peña Nieto se refirió a la “corrupción” como una parte de la condición humana no privativa, solamente, a los mexicanos, “…es un problema cultural de orden mundial” dijo, en un discurso enmarcado durante la instalación del Consejo del Sistema Nacional de Transparencia.  
 
En su momento la acusación, con sabor a pretexto, justifica el por qué los mexicanos y todos los habitantes del mundo son corruptos: los bebes, los niños, los jóvenes, los adultos, los viejos, hombres y mujeres todos son corruptos porque así lo determina la condición humana.
 
Aún sin estar totalmente de acuerdo con la cosmovisión planetaria del primer mandatario sobre la condición humana, considero que él pensó que la corrupción está latente en los seres humanos y que, en cualquier momento, puede detonar de acuerdo a ciertos motivos, principalmente, los económicos que hacen que por dinero cualquier individuo sea capaz de vender el alma al demonio con tal de tener abundancia, poder y riqueza.
 

Sin embargo, ese discurso del 22 de junio 2015, quedó ahí para el archivo, nadie ni los intelectuales, ni los humanistas, ni casi nadie, discutió el tema de la corrupción y condición humana, quedó como una acción en la cual el Gobierno Federal pretende domar la corrupción del caso mexicano, con buenos deseos.
 
Si bien se hace referencia a que la corrupción es un problema cultural, en eso si tiene razón el Presidente Peña, es porque se fomenta y emana de los poderes económicos, principalmente, en el sector público y privado, en donde estas dos potencias se hermanan para mantener relaciones comerciales, tráfico de influencias, malversación de fondos, peculados, al margen de la sociedad que sólo observa.
 
Los que tienen y nada tienen conviven deseando lo que el otro posee, el que tiene dinero quiere poder, el que tiene poder desea dinero y los que nada tienen, ni poder ni dinero, anhelan todo, lo que sea aún a costa de la integridad no importa que sean sobrinas o migajas, por ello, pretenden escalar peldaños dentro de la política o dentro de las instituciones privadas a costa de lo que sea y, principalmente, con la corrupción en donde todo está permitido.
 

El último caso que corona la cultura de la Corrupción es la fuga del “Chapo Guzmán” del máximo penal uno, que hasta antes de realizar la huida, era el centro penitenciario con mayor seguridad en el país y quizás en la región, la acción puso en evidencia la “naturaleza” de los individuos que participaron en dicha conspiración, la debilidad del estado y la falta de oficio de las autoridades federales todos subidos, ahora, a la galería de la ineficiencia.
 
La evasión del Capo sinaloense sacudió a las instituciones en el país, precisamente, cuando se celebraba un acto protocolario internacional en Francia, al cual asistían el Presidente Peña Nieto y, extrañamente, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, que según el artículo 85 de la Constitución política de los Estados Unidos Mexicanos, debiera de asumir la ausencia del ejecutivo y despachar en Palacio nacional durante la comisión del Presidente, en lugar de andar de viaje con el titular.
 
Esto abre la gran especulación sobre ¿por qué la fuga se da? Cuando el segundo hombre más importante del gabinete, encargado de cubrir las ausencias del presidente y responsable de todas las tareas de seguridad al desaparecer, por iniciativa presidencial, la Secretaría de Seguridad Pública, no está.
 

¿Acaso hubo complicidad y protección o corrupción? para que, precisamente, en ese inolvidable viaje de los funcionarios mexicanos a París, se confabulara el gran escape, que puso en ridículo a todo el sistema penitenciario del país, debilitó al recientemente instalado Consejo Nacional de Transparencia y humilló cualquier aspiración del Secretario de Gobernación para contender por la sucesión presidencial ante la magnitud de este evento universal, que reivindicó hasta las apreciaciones de Donald Trump y consolida que, como dice el refrán popular, “con dinero baila el perro”.
 
La historia se repitió al igual que, como en la fuga de Puente de Grande, Guzmán Loera debió contar con la complicidad de altos funcionarios dentro y fuera del penal, sin lo cual difícilmente hubiera podido escapar de una prisión de “alta seguridad”.
 
La realidad supera a la ficción y en un pueblo, como el mexicano, en donde dice el Presidente que la corrupción es la condición humana, entonces de que nos sorprendemos, esperemos que la corrupción saque a este pueblo del bache en el que está, de qué sirvió la independencia y la revolución si no hubo… nunca ha habido evolución, democracia, justicia, seguridad sólo la indómita corrupción a la que, finalmente, habrá que sacarle provecho ¿no?
 

El infierno es el mismo nomás cambian los diablos.
 
Suburbio 1
 
Enviémosle una felicitación al Alcalde, Américo Zúñiga, por el intento de dotar a Xalapa otra vez con espectáculos culturales internacionales como el festival de Jazz, recientemente concluido. Enhorabuena, por estos días respirarnos un ambiente musical de primer nivel, como en su momento lo realizó Jazz UV.
 

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