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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Las campañas, ya merito
Francisco L. Carranco
30 de marzo de 2015
alcalorpolitico.com
Como dice el dicho popular “no hay fecha que no se cumpla”, y será el próximo fin de semana, al final de la algarabía de la Semana Santa y con el cambio al horario de verano, que arrancarán las campañas políticas en el estado y país en busca de la renovación del Congreso Federal.
 
Como cada tres años, en el caso de las diputaciones, los candidatos y partidos se convierten en los actores estelares de los medios y, hoy como nunca, tratarán de convencer a los electores para que elijan a su partido y voten por ellos.
 
Definitivamente, las cosas han cambiado un poco, y ahora los candidatos no deben soslayar el clima generado en las redes sociales que serán factor determinante en la inclinación de la balanza para ganar o perder la elección.
 

Los candidatos y partidos políticos que contenderán, deberán mostrar la modernización de sus estrategias, la observancia del clima político en que se desarrollarán las campañas, la aceptación del partido que representarán y los logros, si existen, de la experiencia o actuación de ellos en el servicio público.
 
Al respecto, en el ambiente se respira mucha inconformidad en todos los sectores sociales, también hay decepción por la actuación de los políticos y un desanimo, en general, generado por situaciones directamente imputables a los gobiernos y otros a las mismas condiciones sociales que imperan en el país, desde la inseguridad, las reformas y los ajustes derivados de la crisis económica por la que México atraviesa.
 
Teniendo esto como marco de referencia, los candidatos saldrán a las calles a buscar el voto ciudadano, un voto que pueda legitimar la etiqueta de “diputado” y perpetuar el estado de confort de aquel que le tocó ser el elegido, definitivamente, hablamos de los candidatos que surgen del gabinete estatal actualmente en usufructo del poder.
 

Desde esa perspectiva la validación final de los votantes estará sujeta al discurso de los candidatos que tendrán que exhibir el talento, oficio y credibilidad de ser portadores de un cambio para suavizar todas las preocupaciones del elector.
 
El acto democrático de ofrecer muchas opciones partidistas para elegir al diputado que será el representante de la sociedad es sólo para uno. Por ello los candidatos se convierten en actores con potencial destructivo, sobretodo, cuando emplean estrategias clientelares como la compra o coacción del voto, financiamiento ilegal, exceso de propaganda, calumnia, difamación, destrucción de la publicidad del contrincante entre otras acciones antidemocráticas.
 
Las acciones mencionadas son un claro ejemplo que la gente ya conoce cómo los partidos políticos pueden amenazar al funcionamiento de los sistemas democráticos, en lugar de apoyarlos. Las leyes y regulaciones relacionadas con el funcionamiento de los partidos políticos, el financiamiento y las campañas electorales tienen como propósito disminuir el potencial antidemocrático de los partidos políticos y garantizarles, al mismo tiempo, un marco adecuado de libertades para competir por el poder.
 

El Instituto Nacional Electoral (INE) se estrena como juez imparcial que cuidará la elección del próximo 7 de junio, en donde las campañas deberán ser una competencia real entre los diferentes partidos y candidatos bajo los principios de legalidad, equidad y buenas prácticas de campaña.
 
En ellas la competencia derivará en la búsqueda del interés público determinado por las fórmulas más apropiadas para convencer a la ciudadanía de que tal o cual candidato velarán por la representación democrática y efectiva del elector en el congreso.
 
Las campañas, por venir, deberán enfatizar la importancia de la permanencia de la democracia y el actor de sufragar por un partido o candidato, sin embargo, en este momento los partidos políticos y los políticos que aparecen entre las instituciones y personalidades del mismo sistema, son los personajes en los que menos confía la sociedad, es decir, el electorado, los individuos que conforma la opinión pública.
 

Los ciudadanos perciben a los políticos y partidos como entidades poco confiables, que son apoyadas por el poder de una elite limitada y excluyente, que no le rinde cuentas a sus miembros ni simpatizantes, que después de la votación se construye la barrera de la exclusión y el arribo de la arrogancia e intolerancia.
 
Los políticos han dejado de ser personalidades respetadas, actualmente, se les percibe como manipuladores que no merecen confianza y que se involucran en la política para satisfacer sólo sus propios intereses.
 
En fin este es el panorama, las campañas llevan a los candidatos que representan la imagen obsoleta de lo que fue una estructura de servicio para los ciudadanos, ahora se trabaja para perpetuar el poder por el poder mismo.
 

Suburbio 1
 
Los medios y las redes sociales estarán mediando el clima donde se disputará la atracción del voto ciudadano, esperamos que todos los actores políticos que intervendrán en las campañas hagan su mejor esfuerza para lograr la verdadera atención que representan los públicos que inclinarán, insisto, la balanza para votar por el candidato que sea menos peor.
 
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