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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Estado ineficaz que no fallido
Francisco L. Carranco
1 de diciembre de 2014
alcalorpolitico.com
Sobre el tema de México como estado fallido y las medidas que el presidente, Enrique Peña Nieto, ha planteado como respuesta, es la única alternativa para intentar demostrar al mundo que nuestra nación atraviesa por un mal momento, una gran crisis política y un grave deterioro social, que llegó al máximo con el asunto de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos, pero, que, aún hay tiempo para reorientar un rumbo.
 
Y no hablamos de un rumbo equivocado sino de un rumbo que no había sido planteado desde que se intentó un nuevo, discreto y suave régimen político con la transición presidencial de Felipe Calderón Hinojosa, proyectado en un gran pacto nacional por la seguridad que, lacónico y débil, no fue respaldado por todos los involucrados, principalmente, los gobernadores de ese tiempo que, prácticamente, volvieron autónomas a sus entidades con poca o nula relación con el presidente panista.
 
Quizás la parte más difícil de entender es la gestión de Calderón Hinojosa, donde mantiene la figura presidencial pero con un estado nación débil, es decir, que todas las acciones que esperaba con su pacto por la seguridad, no fueron impulsadas por los otros niveles de gobierno ni, incluso, por la misma sociedad que observaba la inclusión del Ejército y la Marina para sustituir a la policía en tareas de seguridad pública, pero, ningún avance en seguridad.
 

Eso permitió la consolidación de otros grupos políticos y delincuenciales que expandieron otras formas de dominación, desde la cúpula del poder de las instituciones del Estado con prácticas neoliberalistas, desarrollistas con la sociedad y corporativistas con algunos grupos y sectores políticos, económico, delincuencial, clientelar y populista, heredadas de sexenios pasados y a trasiego de la investidura presidencial panista.
 
El presidente Peña Nieto, logró en dos años una serie de reformas y planteó un proyecto de estado nacional “nuevo”, pero, no observó que los cimientos del país están estructurados con las bases que debilitaron al presidente Calderón y que las políticas públicas, la normalización y la reimposición del orden y el Estado de derecho están cooptadas por la impunidad y la corrupción.
 
Dos enfermedades que se han convertido en un estilo de vida cómodo para todos los que participan de ella, en este país no hay nada que no se pueda arreglar con una mordida, una recomendación, tráfico de influencias, compadrazgos, negocios, arreglos en los oscurito, nepotismo, burocracia autoritaria y todo lo que esos dos conceptos, corrupción e impunidad, encierran como valor nacionalista.
 

El presidente, Peña Nieto, con el nuevo pacto por la seguridad se está jugando la credibilidad y la permanencia del estado “democrático” ante los fracasos de gobernabilidad realizados en el pasado para detener la violencia e inseguridad; la persistencia de manifestaciones por la justicia y la seguridad en todo el país. La permanencia de redes criminales y, ahora, la represión doméstica y el descontrol político, exige acciones contundentes planeadas, con el irrestricto apego a derecho, el respeto a los derechos humanos y el compromiso del cumplimiento de proteger y servir a la ciudadanía, de dirigir a las instituciones policiacas y militares a acabar con la violencia en este país.
 
El reto o la oportunidad de legitimar un gobierno con políticas públicas encaminadas a terminar con la corrupción e impunidad serán siempre bienvenidas, pero, que no sean ajenos al contexto nacional, la cultura y la historia, porque si no seguirán siendo simulación.
 
Las estadísticas sobre la violencia, inseguridad, corrupción e impunidad, si no se erradican, harán que sobre México permanezca la imagen de un estado ineficaz que no puede hacer cumplir sus leyes uniformemente debido a los altos índices de criminalidad, corrupción extrema en todos los sectores, un extenso mercado informal sin control, ineficiencia judicial, burocracia impenetrable a causa de sindicatos corporativistas, grupos de poder fácticos que imponen sus decisiones sobre la aplicación de la ley, la ley misma y el interés general.
 

México es un Estado ineficaz no un estado fallido, pero a cuatro años de serlo.
 
Suburbio 1
 
Se acabaron los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, felicidades a todos los participantes, ahora viene el momento de hacer el balance, las cuentas y programar el pago de adeudos que dicen por ahí son bastantes, para poder decir en paz la Comisión, que encabeza Harry Grappa, cumplió.
 

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