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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
México rinde honores a la patria
Francisco L. Carranco
15 de septiembre de 2014
alcalorpolitico.com
En todos los lugares del país, incluso los mas recónditos y aquellos que sufren los embates de la violencia y la inseguridad, se toman unas horas para celebrar con fiestas al movimiento de Independencia y a los héroes que dieron patria, al México actual, y que los mexicanos hemos debido construir y aprender a vivir con excesos y limitaciones, todo depende de que lado de la moneda estemos observando o ubicados, para bien o para mal.
 
El sentimiento patrio que ostentan los ciudadanos y pobladores de este país se contrapone radicalmente, por una parte están aquellos que creen que le deben todo lo que tienen a la patria y aquellos que creen que todo lo que sufren también se lo deben a la patria.
 
La lucha enconada por la independencia siempre estuvo sujeta en dos bandos los que ostentaban todos los privilegios que el poder otorga, y en la contraparte, el resto de la población, que era súbdito de los excesos del “mal gobierno” bajo la anuencia de la corona española y que dividía a la población en los que tenían privilegios y los que nada tenían.
 

Sin embargo, el patriotismo de cada uno de nosotros se ve desde el punto de vista de logros y esperanzas que, como nación, obtenemos para la perdurabilidad de nuestros hijos, nuestras familias, el desarrollo social, político y cultural para tener una mejor calidad de vida.
 
Trescientos años de dominación tuvieron que pasar para que los mexicanos encauzaran una guerra contra la urgente necesidad de moderar la opulencia y la desigualdad, así como la necesidad de transmitir la soberanía al pueblo; el sentimiento de libertad, más que patriotismo, representaba ansias de venganza de la población ante la continua ofensa y represión contra los criollos, mestizas e indígenas.  
 
Hidalgo y Morelos iniciaron esa guerra que se consumó 11 años después, con tratados, compromisos, acuerdos y hasta una constitución que nunca entró en vigor; desde el 24 de agosto de 1821 México es independiente de España y cualquier otro país. Los mexicanos, sin duda, ganaron la independencia, se abolió la esclavitud, sin embargo, el poder, la propiedad y la riqueza no se repartió equitativamente, la consumación de la independencia aseguró la libertad y la pobreza para los independientes, pero el poder y los privilegios para la clase gobernante.
 

En la época reciente, desde hace muchos años, dejamos de sostener aquel espíritu de “Mexicanos la grito de Guerra” hemos sido testigos de las instituciones, el presidencialismo, la alternancia del poder político, la ambición y la debacle de los valores cívico, sociales y patrios, ahora mismo, se debate la desaparición de los diputados y senadores plurinominales como un acto heroico de legitimar al estado.
 
Mientras al interior de la nación los millones de mexicanos que hoy festejarán la independencia como republica con la siempre negada esperanza de mejorar las condiciones de vida ya que no tienen trabajo, sufren hambre, no poseen un pedazo de suelo, mucho menos un lugar para vivir por la precaria miseria, pero, por una horas, se unirán al grito popular de viva México agradeciendo a los héroes muertos la llama que mantiene esa esperanza que luego de, casi 200 años, no acaba de llegar para disfrutar de la emancipación política de una nación libre.
 
La comida mexicana, la pirotecnia, los juegos de colores del papel picado, las artesanías, los bigotes y sombreros, los zarapes, jorongo, los dulces, tamales, atoles, silbatos, matracas, espanta suegras, el tequila y el mezcal y los chorros de voz con los mariachis y soneros, sin faltar el tributo de los gobiernos con pan y circo para el pueblo, que, con ello, se taparán las historias independentistas de aquellos iniciadores de la independencia que motivaron la emancipación del yugo español de los criollos y mestizos, de los ricos con el esfuerzo y la sangre de los indígenas de los pobres y de aquellos que tuvieron la esperanza de una república libre.
 

Desterrados y aniquilados los ricos españoles surgieron los ricos mexicanos, los burgueses y se acabaron los esclavos; surgieron los pobres y proletarios, ambos vencedores unos detentan la dirección de los pueblos y el dinero, los otros, la miseria, obedecen y siguen pagando tributos viviendo en una libertad que flagela al individuo que con una noche de fiesta se olvida el verdadero sentido de la Independencia.
 
Suburbio 1
 
Muchos mexicanos se toman 15 y 16 de septiembre como días de pachanga oficial, y todos bebemos con fascinación. La verdadera fiesta nacional está en la cena y la bohemia de esos días; en el puente que permite descansar; en los ríos de anuncios, vítores que alejan a los mexicanos de su verdadera condición.
 

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