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Columnas y artículos de opinión
La ladrona de libros
Guillermo H. Zúñiga Martínez
26 de julio de 2014
alcalorpolitico.com
El Lic. Francisco Arturo Palacios Rodríguez me insistió en que dedicara un espacio para ver y disfrutar la película titulada La Ladrona de Libros. El nombre de esta producción cinematográfica me pobló de ideas y traté de asimilar el mensaje que se quiso plasmar en escenas de la segunda guerra mundial; la realidad es que la protagonista, una niña de hermosos ojos e inteligencia admirable, me hizo estar atento a su comportamiento. Liesel Meminger llegó a Molching, pueblo cercano a Múnich, que es donde se desarrolla el film, a vivir con padres adoptivos; un día se presentó al aula a escuchar las enseñanzas de la maestra de una escuela unitaria; cuando la mentora la vio entrar y tomar asiento la invitó a que pasara al pizarrón a escribir su nombre; el impacto que recibí fue brutal porque la alumna empezó a dibujar equis, lo que significa que no sabía escribir.
 
Al regresar a su casa, empezó a convivir con su papá, quien frecuentaba el sótano del humilde hogar. Aquí comienza el extraordinario aprendizaje de una adolescente que quiere demostrar que puede adquirir por sí misma el conocimiento que nadie le ha transmitido. Con la ayuda de su protector principia a conocer letras, sílabas, palabras y frases, de manera que poco a poco fue dominando la lectura a grado tal que se atreve a decirle que le permita dibujar en la pared y al darle la autorización los muros le sirven como pizarrones improvisados; el método que utiliza es el onomatopéyico porque trabaja con vocales, consonantes y palabras. Todos los días, en su casa, además de coadyuvar con el aseo y otras tareas propias de una adolescente, cuando tenía algún periodo para gozarlo por sí misma, bajaba al subterráneo a fin de estudiar los primeros números y letras.
 
Posteriormente requería libros y no los tenía, pero había conocido la casa del alcalde, que contaba con una biblioteca amplísima lo que la inspiró a brincar la ventana, entrar y tomar prestados los textos; los fue leyendo de manera muy especial por lo cual su aprendizaje ocurrió dinámico, ilustrativo y ejemplar. Así, se convirtió en una persona culta, el estudio era su principal actividad en los ratos de ocio.
 

Poco después, a la casa que habitaba llegó un judío perseguido por tropas alemanas, los esposos lo esconden. El fugitivo, de 17 años, posee una cultura impresionante por lo que empieza a intercambiar conocimientos con Liesel. Ella leía todas las tardes con este huésped que arriesgaba su vida por cualquier revisión de las tropas alemanas. Uno de los primeros registros se da y lo ocultan de manera magistral, cubriéndolo con una bandera hitleriana hasta que el militar responsable deja el hogar e invita al papá a sumarse al ejército para luchar por Alemania. Esta acción fue suficiente para que el joven se atreviera a abandonar el lugar; con una pequeña maleta y un abrigo modesto se va del pueblo y para que usted lo sepa bien: con vida plena y salud extraordinaria, retornó después de 1945, terminada la segunda guerra mundial, y se presenta al establecimiento donde trabajaba su amiga Liesel, encontrándola convertida en una señorita que de inmediato deja brotar sus sentimientos, el cariño y el amor sinceros que le inspiraba la conducta del muchacho. Coincidían en el fondo, porque ella también, junto con su amigo -el pequeño que lamentablemente murió en un ataque bárbaro de tropas enemigas de Alemania-,
iban a la orilla del río y con voz estentórea gritaban estupenda y libremente: “¡Muera Hitler! ¡Abajo Hitler! ¡Odiamos a Hitler!” frases que allí se quedaron, porque el führer ya había dado muerte a millones de israelitas, ansioso de poder, de gloria y de ser el más importante líder político en el mundo de aquellos tiempos.
 
La cinta tiene momentos tristes. Aparece la imagen indescriptible de dos muertos -los padres adoptivos de la niña- y, muy lastimado, se ve su compañero de escuela que siempre le había pedido un beso; cuando lo ve y trata de hablar con él, los ojos del niño se cierran e inspiran falta de vida; en ese momento crucial para los dos, ella le da el ósculo rogado, con tristeza se retira para reencontrarse a sí misma y vivir sola y apesadumbrada.
 
El hombre o la mujer que quieren saber, pueden y deben estudiar por sí mismos.

 
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