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Columnas y artículos de opinión
La tauromaquia
Guillermo H. Zúñiga Martínez
19 de julio de 2014
alcalorpolitico.com
La familia De la Peña tenía la gentileza de invitarme a comer los domingos allá en su departamento ubicado en la Colonia del Valle, cerca de la Monumental Plaza “México”. Al terminar de ingerir los alimentos, les agradecía de manera efusiva las atenciones que habían tenido conmigo. Antes de dejarme ir me decían: “Lo invitamos a que nos acompañe a la corrida de toros”. La realidad es que el único ruedo que yo había conocido es aquél que se encuentra y funciona en Xico, ese extraordinario pueblo mágico que pertenece a Veracruz.
 
En la ciudad de México, en el año 1972, no podía negarme y acompañé a la señora De la Peña y a su esposo a la Plaza México. La verdad que vi algunas corridas muy agradables e impactantes y la que no puedo olvidar es la del torero Francisco Rivera Agüero –Curro Rivera-, quien indultó a un toro de nombre “Payaso”, porque la maestría con que él manejó la capa y los signos de embestida del torete fueron extraordinarios. Así pude apreciar varios detalles de los actos taurinos que se organizaban y, lo que es obvio, observé a mucha gente, pude presenciar cómo utilizaban la bota de cuero para tomar vino; además, me di cuenta que ingerían cerveza y también algo de tequila, fui testigo de la llegada de artistas, políticos importantes, mujeres realmente hermosas y lo que sí me convenció plenamente fue que, cada ocho días en la temporada taurina, eran fiestas muy agradables. Estos actos son importantes porque generan trabajo, negocios, el gasto de ingreso a la plaza, explayamientos, bitácoras internas de alegría, gritos sumamente atractivos, y el disfrute de acciones valientes de toreros elegantes que presumen su vestuario y el ornato que tienen; además, se capta la pericia de los picadores y la violencia de esos animales que ha quedado demostrada en la fiesta taurina.
 
Como usted sabe, “el arte de lidiar toros” nació en España en el siglo XII, porque la nobleza abandonó el toreo a caballo y la plebe lo empezó a practicar a pie para mostrar su valor y destreza. Es impresionante enterarse de que algunos países crean más de 300 mil fuentes de empleo cuando realizan actos de tauromaquia en virtud de que fomentan el turismo, la hostelería, la música, el transporte y las artesanías, entre otras actividades importantes.
 

Esta fiesta que se realiza en México tiene que ver con la muerte de seis bovinos, a veces menos cuando algunos, por la forma en que han embestido, son perdonados y los regresan como sementales, para no perder sus características.
 
Esa entrega de muchos fanáticos me hizo poner atención en algunos datos, porque existen personas que desean que se cierren los cosos y en aras de la defensa de los animales y resultado de que hacen periodismo de los orígenes, notas, entrevistas, pero hasta estos momentos han escondido datos que existen en Veracruz y los han añorado en los rastros municipales donde verbigracia en Alvarado acaban diariamente con 700 bovinos y porcinos, en Córdoba con igual número, en Orizaba le quitan la vida a 1,500, en Pánuco 700, en Tierra Blanca 720, en esta ciudad capital, Xalapa, 1,750 al día, y todos los que están en contra de la muerte de los vacunos en las fiestas taurinas los extraño en los rastros porque no han defendido la vida en lo que se hace diariamente sacrificando 17,500 bovinos para surtir las negociaciones y asegurar la comida y alimentación de miles de familias. También en Martínez de la Torre la cantidad es sorprendente porque llega a 7,200 en forma diaria.
 
En toda la entidad existen más cifras y hay otros datos crueles porque cuando existe carencia de lluvias, las reses se mueren de hambre y no hay defensa de ellas en ninguna parte.
 

En la actualidad la tauromaquia sigue con gran éxito en diversos países porque se considera una obra de arte y se admiran los trajes de luces utilizados por novilleros y matadores, que son elaborados por sastres muy brillantes, lo que nos hace aceptar aquella expresión del poeta Camilo José Cela cuando decía: “El toreo es un arte misterioso, mitad vicio y mitad ballet”. Hay ciudadanos que protestan por la muerte de los toros en la fiesta brava, pero no lo hacen cuando van a los restaurantes y saborean los sabrosos filetes de res para fortalecer su vigor físico. También se extraña a los que no manifiestan su desagrado cuando los seres humanos le quitan la vida a pollos, borregos, cabritos, totoles y otros animales que merecen respeto porque sirven también para alimentar a los paisanos.
 
Estas actividades han dado origen a la función de rastros, establecimientos TIF, y asociaciones ganaderas que se preocupan por comercializar la salud de los animales con el propósito de que lleguen a las mesas de cada familia y satisfagan el apetito de los mexicanos.
 
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