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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
La culpa la tuvo el Tri…?
Francisco L. Carranco
30 de junio de 2014
alcalorpolitico.com
Que difícil resulta justificar una derrota cunado sabes, de antemano, que se fue tejiendo gradualmente ante la imposibilidad de saber como se mantiene un triunfo rumbo a la cima de la gloria; no sabemos qué pasó pero el equipo tricolor representativo de este México, perdió el juego que le daría el pase a los cuartos de final en el minuto 90 +4, dos antes del pitazo final.
 
Durante 86 minutos de juego los mexicanos tuvieron al equipo de Holanda sin saber que hacer, un primer tiempo movido y con posesión del balón tenía aturdido al equipo europeo; mientras el equipo nacional atacaba hasta lograr el ansiado gol con presión, buen juego y ganas de ganar.
 
El marcador se sostuvo durante 86 minutos que empezaron hacerse eternos luego de cambio de estrategia de Holanda que al ir perdiendo y el poco tiempo que quedaba se fue al ataque arriesgando todo para lograr empatar y tener otra oportunidad durante los tiempos extras.
 

Los millones de mexicanos, los merolicos de los medios y los fans mexicanos, varios miles por cierto, en la tribuna, no cabían de gozo, vitoreaban cualquier movimiento de los nuestros en la cancha como si fueran hazañas y sobrevaluando la actuación del tri.
 
El mal planeamiento del manejo de los últimos minutos del juego hizo que los Holandeses se vinieran encima contra la portería mexicana, Memo Ochoa, logró defender y atajar dos tiros a gol mientras la presión contraria hacia sus llegadas mas intensas y continuas.
 
Los mexicanos incrédulos de como la fortuna empezaba a cambiar a favor del equipo contrario entonaron el Cielito Lindo, rezaron a las divinidades para detener a los holandeses, y le dejaron la chamba al Divino para que los mexicanos pudieran mantener el uno a cero.
 

Disparos de media distancia, descolgadas y tiros de esquina obligaron a los mexicanos a no salir mas allá del área grande de su propia cancha, incluso la incorporación de Aquino y el Chicharito Hernández, quedaron borradas en el juego porque, ellos, tuvieron que bajar por balones a la media cancha y defender la portería de Ochoa bajo la presión de la Máquina Naranja que, finalmente concretó, en pase de tiro de esquina casi al finalizar el minuto 88, dos antes del silbatazo final del juego y Wesley Snejder anota para el empate.
 
Los holandeses arrebatan a los jugadores mexicanos las esperanzas, sueños, ilusiones y gloria de pasar a la ronda de cuartos de finales, apenas a dos minutos de terminar el juego y haber cumplido con las expectativas del partido y del técnico.
 
Pero ahí, en ese mismo escenario el equipo nacional no pudo manejar el tiempo con la posesión del balón para mantener el marcador y el subsecuente triunfo, la balanza estaba del lado de los mexicanos, pero, la presión y las ganas con los contrarios echaron atrás a los nuestros, con el empate se aceptó la derrota y entregaron el partido.
 

Luego la desesperación y la confianza de llegar a los tiempos extras, que ya era un hecho, se provoca el error, el Capi Rafa Márquez, el hombre con más experiencia de futbol dentro de la cancha que, engatusado por un clavado de un delantero holandés, obliga al arbitro a marcar un penalti, en el minuto 90 +4 del tiempo de compensación; la ejecución impecable de Klaas Jan Huntelaar define el marcador Holanda 2 México 1, el Piojo, la afición nacional en la tribuna y muchísimos millones de mexicanos en el mundo reciben la derrota por no saber que hacer cuando tienes al gloria en tus manos, cuando estaba a dos minutos de ganar en esos dos minutos pierdes todo.
 
Acto seguido, los mexicanos lloran, culpan a Márquez, culpan al arbitro, a la FIFA, el error fue del Piojo Herrera por sacar a los dos hombres que estaban desestabilizando a la defensa holandesa: Giovanni Dos Santos y Oribe Peralta, pero lo mas grave del error, fue no creer que podía vencer a los holandeses, todo pasó por ausencia de mentalidad ganadora y al final se perdió, como siempre.
 
Suburbio 1
Cantara el maestro Serrat “… vuelve el pobre a su pobreza, vuelve el rico a su riqueza y el avaro a sus divisas”.

 
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