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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
A manera de un réquiem para Alondra
Francisco L. Carranco
9 de junio de 2014
alcalorpolitico.com
Como un lamentable suceso se catalogó el accidente en la que una menor, estudiante de secundaria de 14 años, perdiera la vida en una escuela técnica bajo circunstancias un poco difíciles de explicar ante tantas suspicacias que encierra el trágico caso de su fallecimiento.
 
Siempre la pérdida de un ser querido o una amistad deja un profundo sentimiento en la vida de quienes la rodean, pero cuando muere un joven, junto con él, muere también la esperanza de un futuro, una vida que apenas empieza y que pudo ser beneficiosa para la ciudad o el país, ya nunca lo sabremos.
 
Sin embargo, Alondra fue víctima de un trágico suceso no lamentable como dijeron ciertas autoridades. Fue trágico por lo que representa la vida joven perdida, porque hizo que todas las autoridades responsables trataran de explicar la indolencia y falta de responsabilidad para mantener un edificio escolar con las mínimas medidas de seguridad.
 

Con la presteza con que llegaron todas las autoridades, así era la enorme culpa que cargaron las instituciones escolares, municipales y estatales en lo que se explicó el trágico evento; así con esa presteza deberían de hacerlo antes de empezar cualquier periodo escolar, el accidente se produjo por cuestiones naturales, quizás, tanta lluvia ha reblandecido los suelos en todo el estado, vemos en las noticias que en Veracruz, Boca del Rio, Misantla, otras ciudades y localidades están siendo afectadas por tanta lluvia y el peligro de deslaves es constante.
 
La tierra es incapaz de absorber la cantidad de agua que ha llovido, el suelo está saturado, y por ello surgen inundaciones y riesgos provocados por los torrentes de agua, que sí se ha notado han caído excesivamente en el estado, esta situación puede explicar que la tierra blanda no pudo sostener las raíces que mantiene el anclaje del árbol a la tierra, puede ser.
 
Los fenómenos naturales, hay que mencionarlo, son cada vez más severos y esto se debe principalmente a que las condiciones meteorológicas se han alterado por la propia naturaleza y por las acciones derivadas del comportamiento humano.
 

Los terremotos cada vez son con mayor intensidad, los huracanes más grandes y con más fuerza en los vientos y la cantidad de agua, las precipitaciones pluviales son atípicas, sobretodo, como se han dado esta primavera que realmente no ha existido como tal.
 
Sirvan estos comentarios para advertir que los accidentes provocados por los fenómenos naturales serán cada vez más cercanos y más peligrosos al impactar las infraestructuras urbanas, por ello, paralelamente se debe de exigir mayor prevención y ser más rigurosos con los permisos de construcción y analizar los impactos ambientales que estos pudieran causar.
 
Es decir, las autoridades ambientales, protección civil, el ayuntamiento, las dependencias estatales como educación, salud, espacios educativos, infraestructura y obras públicas, el agua y otros organismos públicos y privados, deben intensificar la supervisión, prevención y adaptación de las políticas públicas que garanticen la seguridad y los derechos a la vida de los ciudadanos.
 

La propia ciudadanía que observa los accidentes causado por los fenómenos naturales como situaciones muy lejanas a su entorno, deberán cambiar su perspectiva, obviamente, con la orientación de las autoridades municipales, estatales y nacionales para PREVENIR los desastres ocasionados por la naturaleza, ya no queremos más víctimas que lamentar.
 
EL caso de la joven Alondra, activó todo el sistema de prevención y protección civil y, ojalá, la tragedia sirva para despabilar a éstos organismos y su personal, para que se apliquen en las estrategias preventivas para revisar, obviamente, todos los planteles educativos, hospitalarios e incluso las dependencias que albergan a miles de empleados, asimismo la infraestructura urbana.
 
Los asentamientos en las ciudades que están construidos en márgenes de ríos, laderas y otros sitios no propios para hacer casas, que al no respetar los lineamientos de construcción se vuelven, bombas de tiempo, peligrosos para habitar.
 

En fin la autoridad tiene una gran responsabilidad para prevenir y proteger, pero la ciudadanía también tiene la gran responsabilidad de protegerse y debe de cambiar un poco su apreciación y coadyuvar con las dependencias y por lo menos, aplicar nuevos hábitos para mantener desazolvados calles, arroyos, ríos y cauces para dar paso a los torrentes de agua que están cayendo. La tarea es de todos.
 
Un réquiem respetuoso para Alondra.
 
Suburbio 1
 

La temporada de huracanes en el atlántico aún no empieza, redoblemos las medidas preventivas ante las contingencias climáticas que se avecinan.
 
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