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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Protestas: El retroceso a la barbarie
Francisco L. Carranco
26 de mayo de 2014
alcalorpolitico.com
Se habla de que tres operadores de una línea de autotransportes pararon la ciudad y causaron daños a pasajeros, que perdieron sus corridas, y perjuicios a la sociedad con un acto de incivilidad, al tomar las instalaciones de la Central Camionera conocida como Caxa, recientemente, que provocó, por enésima, vez un caos citadino con resultados nefastos para todos.
 
Desde las siete de la mañana los trabajadores de una empresa privada de transporte foráneo se constituyeron como grupo manifestante y tomaron las instalaciones de la central camionera, cerrando el acceso a pasajeros, bloqueando entradas y salidas de autobuses al sitio provocando, con su protesta, daños, perjuicios y sentimientos de ira de los ciudadanos que fueron afectados, nuevamente, por este tipo de recurrentes protestas que, en pro de exigir un derecho, violentando la paz pública para obtener “logros” a intereses particulares.
 
En esta ocasión, los empleados de la empresa privada, insisto, dijeron protestar por una disminución de salarios y condiciones laborales. Lo peligroso de la cuestión es que se trata de un conflicto entre particulares que entran en conflicto por un asunto laboral y que debiera dirimirse en los tribunales con las leyes estatal y federal del trabajo, sin afectar a la población.
 

La toma arbitraria de las instalaciones de autotransporte, además, en zona federal, constituye un delito equiparable al sabotaje o terrorismo, eso es lo peligroso; pone en riesgo la civilidad y La capacidad de respuesta de las autoridades.
 
La protesta ya no fue contra una dependencia del estado, fue directamente contra una empresa privada y, la tolerancia exhibida, pone en riesgo la capacidad de respuesta de las autoridades y deteriora el estado de derecho al permitirse un asunto privado este por encima de los derechos ciudadanos que una democracia y Constitución tutela en bien del resto de los ciudadanos.
 
Este acto considerado de “barbarie” no se tiene que confundir con la ausencia de normas, sino con la práctica negativa de la depreciación institucional, la subversión y la violación de normas, la cotidianeidad de la presión ejercida por los grupos empoderados por el incumplimiento institucional de compromisos, no permiten al estado intervenir a restablecer la paz pública, por ello, recurre a un dialogo débil ya bastante desgastado en donde hay que pactar y ceder, en lugar, de coercionar el respeto a la ley y a los derechos de los demás.
 

Este conflicto de los choferes del autotransporte público federal, pone a prueba la gobernabilidad de la ciudad, ya que se considera un colofón a una serie de protestas, en los últimos meses, en las que, nuevamente, la víctima es la ciudadanía.
 
Según estadísticas, reconocidas oficialmente al 14 de abril, publicadas en algunos medios suman 83 protestas en la plaza Lerdo y parque Juárez, independientemente de las dos últimas más severas y consecuencias: la primera en la que una joven atropelló a unos manifestantes en el Arco Sur, causando lesiones, y esta última en 20 de noviembre y Lázaro Cárdenas, por ser un conflicto privado provocando caos en la ciudad.
 
Los actos barbaros son la grave debilitación de la integridad moral de individuos y grupos que anteponen interés políticos, económico e, incluso, sociales que atentan contra la paz civil, la motivación a la acción violenta surge como un aspecto negativo de los actores que se eximen de un deber existente para justificar o explicar sus acciones: por ejemplo, apelan a una ley de la selva, es decir, contraria a la ley para legitimar las agresiones a la sociedad, como lo fue el caso de los Chóferes del AU o las agresiones sufridas a las válvulas de agua de la Presa Yuribia, que dejó varios días sin agua a Coatzacoalcos.
 

Otros casos en la toma de dependencias públicas, en donde se ha amagado al personal con palos y machetes en un intento de ejercer la violencia destructivas para presionar la intervención del estado que, bajo amenaza de agresiones, deberá cumplir el compromiso forzado para beneficios de unos “listos” que aprovechan la tolerancia del “dialogo”.
 
Sin embargo, ante la barbarie, ya no se justifica la omisión de las autoridades ante la agresión a la ciudadanía, la falta de respeto a la sociedad, la tolerancia indiferente a privilegiar solo las peticiones de un lado esta generando sentimientos de enojo de la población.
 
La población se siente ofendida con tantas protestas y manifestaciones que atentan contra la civilidad y tanta tolerancia que ha erosionando la organización social, exponiendo a la vida civil a una respuesta también bárbara, es decir, un paso que se gesta ante la ausencia del respeto al orden social civil.
 

Suburbio 1
 
Que el Alcalde anuncia acciones contundentes contra empleados encargados de la limpia publica, si no cumplen y resuelven se irán cesados por incompetentes, toso el apoyo para el munícipe.
 
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