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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Adelantarse o no adelantarse ahí está el dilema
Francisco L. Carranco
31 de marzo de 2014
alcalorpolitico.com
Estas últimas semanas, en el ambiente político veracruzano, han surgido temas de interés sobre asuntos sucesorios y de contienda política que afloran públicamente, dando la oportunidad para que los actores, directos e indirectos, manifiesten sus aspiraciones para contender, opinar, criticar, bloquear, desprestigiar, desautorizar y otros conceptos (acciones) que emergen cuando a alguien se le ocurre decir: “Yo quiero”.
 
Obviamente, nos referimos en esa frase al contexto político dentro de la democracia que tanto ha costado mantener como la base para legitimar cualquier proceso electoral que incluya las pretensiones de personas vinculadas con el deber público, es decir, aquellas que mantienen una trayectoria como políticos de carrera, que ya han enfrentado elecciones y mantienen una digna aspiración para ocupar el máximo puesto de elección popular en el estado.
 
También hay otros, los llamados forasteros, que han llegado a probar las mieles del poder político por las bondades que este otorga: dinero, fama (aunque efímera) y otros intereses personales o de grupo que los catapultan por la simple vía del amiguismo, compadrazgo o el parentesco familiar que hereda el poder político a través de puestos públicos, y se convierten en promotores del fuego amigo para cualquier candidato fuera de esos grupos o que representen oposición a ellos.   
 

Los resignados, aquellos poseedores de la convicción partidista, con la experiencia y conocedores del servicio público, pero, ahora relegados y obsoletos, que realizan la talacha y sólo observan la nueva forma de comportarse y hablar de los neo políticos que hacen, precisamente, la política desde sus muy particulares puntos de vista o creencia.
 
Todo esto se circunscribe al mensaje que lanza la presidenta del Comité Directivo Estatal del PRI, Elizabeth Morales García, para intentar detener a los ansiosos, a todos aquellos que se andan moviendo y que manifiestan un interés público por ostentar la candidatura por la gubernatura del estado, incluso antes de los candidatos a diputados federales.
 
Morales García, evidencia que en la cúpula del partido hay nerviosismo y advierte que cualquier pretensión fuera del proyecto del Gobernador, el partido y las elecciones extraordinarias esta fuera de lugar, “aun no son los tiempos”, dijo, y los adelantados no fortalecen al partido con sus aspiraciones.
 

La presidenta del CEN del PRI, no dio nombres, pero todos sabemos que se refiere, principalmente a Héctor Yunes Landa y a José Yunes Zorrila, ambos ya precandidatos no oficiales del Revolucionario Institucional que pretenden ser los elegidos para ocupar la candidatura a Gobernador en el 2016.
 
Los dos son suspirantes legítimos y que se han medido, abanderados por PRI, en elecciones tanto internas para ser candidatos como externas en las contiendas para alcalde, diputados y senadores. Ambos han competido, han perdido y, quizás, sean los candidatos naturales para ocupar la candidatura, pero sólo uno de ellos será, si la lógica lo permite, eso está bien.
 
Pero, al parecer, la democracia veracruzana, todavía, exige los patrones monolíticos, de freno, que impiden que cada aspirante manifieste su interés, según las palabras de la Presidenta del PRI, éstos deben esperar los tiempos ¿cuáles, los que ella diga?
 

O quizás, el tiempo necesario para eliminar ilusiones, pretensiones e intenciones, de todos aquellos que aspiran legítimamente a ocupar un puesto de elección popular por tener numerosos méritos: los Yunes Landa y Zorrilla, o de plano esperar otros tiempos para aquellos que apuestan al dedazo, o la presión amiguista de los encumbrados en el altiplano o la venia del ejecutivo para participar, ya palomeado.
 
Todas esas posibilidades planteadas en el discurso dado por Elizabeth Morales, “alto a los adelantados”, enreda el conflicto entre las añejas practicas partidistas de mantener en silencio las aspiraciones, moverse en lo oscurito, negar las pretensiones, ir tejiendo las decisiones y acatar las leyes no escritas del sistema contra la corriente de la nuevas practicas políticas que exigen que el candidato esté cerca del otro gran elector para consolidar su postulación y que es el CIUDADANO.
 
En efecto, en este momento, la nueva política partidista obliga a los candidatos a estar cerca de la gente, no nada mas en tiempos electorales o de campaña, sino siempre para ser aceptado y quizás votado, luego de que las cúpulas partidistas decidan quien será el elegido para enfrentar a los votantes con un proyecto político que represente a la sociedad.
 

Suburbio 1
 
La cercanía del partido, los gobiernos municipales y estatales, el trabajo limpio de los funcionarios, las buenas acciones de los mandatarios y un buen candidato es la clave para que los partidos ganen las elecciones si son adelantados o no, que el pueblo lo demande no los partidos ni los gobernantes.
 
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