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Más sobre reliquias
Benjamín Garcimarrero
29 de agosto de 2011
alcalorpolitico.com
El fenómeno de las reliquias fue una planificación de la Iglesia a partir de que el papa Constantino el Grande, en Roma, decidió consolidar su imperio con ayuda de su santa madre, Helena; aquello que se inició como una medida política, trascendió al éxito económico y sobrevive hasta nuestros días.
 
La máscara del fenómeno de las reliquias fue la de que fomentaba devociones, cultos y en resumen, obtener feligreses, veces llegando hasta el absurdo lógico; como ejemplo he aquí una lista de las reliquias más originales del mundo de que se tiene noticia, locación y documento.
 
Comencemos con el anillo nupcial de Santamaría virgen que es propiedad de los herederos de un difunto primado de España, arzobispo de Toledo y que se halla en la provincia de Albacete. Otro idéntico pertenece a los herederos británicos del duque de Berry.
 
Existe una Oreja de San Pedro, propiedad del abad de Cleriac y de San Leonardo en Porto Mauricio.
 
Un brazo perteneciente a Santa María virgen, recogido juntamente con su hígado, en las habitaciones de San José de Calasanz, en San Pablo Pantaleone, Roma.
 
Existe una sandalia de Jesucristo, que actualmente resguarda el Vaticano.
 
Y el tan mítico grial, el cáliz de la ultima cena, que se venera en la catedral de Valencia y los incomprensiblemente también auténticos griales, que se encuentran en "El Santo Catino" en Génova, "Il. volto santo" en Lucca, otro en el convento de Lyon y por último el de la catedral de Reims.
 
Curiosa es la reliquia de la campana, en cuya fundición se utilizó el cobre de una de las treinta monedas que cobró Judas, y que se conserva en Velilla del Ebro, España.
 
Pasamos ahora a los cabellos de tres personajes del entorno inmediato de Jesús. Uno es el pelo de María Santísima y también el de la Magdalena, venerados en Sangüensa, España, y el de Juan, el discípulo predilecto y que en extraña combinación cubre el cráneo de Santa Agüere, en Italia.
 
Más inverosímiles resultan las siguientes reliquias: la cola del asno que llevó en sus lomos a Jesús, hubo dos; una ha desaparecido y otra se conserva en Ministerio de Prehistoria Contemporánea de Roma. Son varios los clavos de la crucifixión que se conservan: existen tres en Santa María Práxedes, dos en San Pietro, uno en Santa Cruz de Jerusalén y muchísimos más en colecciones particulares.
 
 
Como reliquia curiosa tenemos la de la columna sobre la que cantó el gallo de San Pedro que se encuentra en San Marcelo de Roma. Otra más curiosa y cruenta, es el corazón de la Virgen María y también su lengua, todo en el mismo relicario de san Pantaleone en Roma.     
 
Aunque la cantidad de dedos venerados es inmensa, es curioso el caso de Juan el Bautista: sólo de él se cuentan sesenta dedos además, en iglesias y conventos.
 
Otra reliquia excepcional es el cuchillo con que se circuncidó a Jesucristo. Hubo más de uno y el que se conserva esta M.P.C. en Roma. Más voluminosa es la reliquia de los veintiocho escalones que pertenecieron a la casa de Poncio Pilatos por los que subió Jesús; se encuentran venerados en un palacio adyacente al Laterano, Roma.
 
Existen dos cañas especiales como reliquias. Una es la que se dice sujetó la esponja de vinagre en la crucifixión, que está en la Sancta Sanctorum en Roma, y la otra es la que Pilatos entregó a Jesucristo y se conserva en la cámara Santa de la catedral de Oviedo.
 
La leche de Santa María Virgen se conserva en varios lugares, siendo las más celebres la de la catedral de Oviedo y la que se venera en los agustinos de Santa María de Popolo en Roma. También existen lágrimas de Santamaría veneradas en Vendome. Pero si hay alguna reliquia inverosímil es la de trece lentejas de la última cena.
 
Hay ejemplares en el Sancta Sanctórum y en el M.P.C. de Roma, conjuntamente con pan sobrante de la misma.
 
Se encuentra en la catedral de Valencia la toalla, con la que Jesús secó los pies de los apóstoles.
 
Las únicas cartas que escribió María se conservan como reliquias, una en Burdeos y otras en Mesina. No podía faltar el mantel de la Ultima Cena, que se muestra una vez al año en la iglesia de la ciudad de Coria, España. Y si se tiene el mantel, no podía faltar la mesa en la que se realizó la cena, que se venera en una basílica romana, pero el desconcierto llega al encontrarse con otra mesa de la Ultima Cena en la catedral de Sevilla. Dicho sea de paso, la costumbre judía de la cena no se hacía en mesas, sino recostados en el piso; de donde proviene la necesidad del aseo de los pies que ahora se ritualizó como lavatorio. Leonardo Da Vinci pintó una mesa alterando la costumbre original.
 
Más difícil es la reliquia de una barca de piedra sobre la que navegó la Virgen y que se venera en el santuario de Muxía. Hay también dos mantos de Jesús, uno que se venera en la basílica valenciana y el otro en Santa María de Arriaga en Valladolid.
 
Los pañales de Jesucristo se veneran como gran reliquia y son custodiados por los servitas de San Marcello, Roma.
 
Reliquias increíbles son las plumas de las alas de los Ángeles Gabriel y Miguel que se veneran en Liria. También existe, la pluma que utilizó el evangelista Marcos para escribir su evangelio.
 
De entre las innumerables piedras que se conservan como reliquias, la más destacada es la piedra donde cayó el Santo prepucio del niño Jesús, que se veneraba en San Giacomo del Burgo en Roma hasta que fue robada.
 
De las reliquias más populares es nada menos la del Santo prepucio de Jesucristo, se llegaron a venerar hasta 14. Hoy solo se rinde culto a la de Amberes, Calcata, Santiago de Compostela y Hildesheim.
 
Una de las reliquias más poéticas es la de los rayos de la estrella de los magos y que tiene en su colección El M.P.C. de Roma. La sangre de Cristo también es una de las reliquias más apreciadas y se venera en Venecia.
 
Las espinas de la corona de Cristo se veneran en varios lugares. Así tenemos la de Petilla. Dos más en Santa Croce de Jerusalén, en Roma, Otras cinco en la catedral de Oviedo y cuatro más en la de Sevilla.
 
Otro tipo de espinas y escamas tuvieron también veneración y son la de las raspas de los peces multiplicados por Jesús.
 
Se conserva como reliquia un estornudo del Espíritu Santo que, encerrado en una botella, se veneraba en la Iglesia de san Frontino y hoy se halla en el Sancta Sanctorum en el Vaticano.
 
No podía faltar una paja del portal de Belén, venerada en Roma, en Santa María la Mayor y que es propiedad de los Reyes de España.
 
La Sabana Santa... La más nombrada es la de Turín, la otra se venera en Sangüesa y la tercera, aunque sólo del rostro, en la catedral de Oviedo.
 
También existe un suspiro de San José, recogido en una botella y depositado por un ángel en una iglesia cercana a Blois. Ahora se conserva en el Sancta Sanctórum del Vaticano.
 
Otra reliquia es la del ombligo santo o santo cordón umbilical de nuestro Señor Jesucristo. Se le rinde culto en iglesia de Santamaría de Popolo en Roma.
 
Existe otro en San Martino y existió otro en Chalons; de lo que se concluye que Jesús tuvo tres ombligos...
 
De la Virgen María existe también como reliquia, el velo de su cabeza, que se venera en Sangüesa. Existe otro en San Pietro de Roma y otro más en la catedral de Jaén.      
 
Pero probablemente la más original de todas las reliquias veneradas es la de las "posaderas" de nuestro Señor Jesucristo, que quedaron marcadas sobre la piedra en que se sentó y que se venera en Reims.
 
También se conserva y veneran la huella de sus pies, que se guardan en el museo del Capitolio. Juntamente a esas huellas de pies, tenemos la de la Virgen María en la antigua iglesia de Lexetia.
 
Como reliquia fantasiosa está el vestido púrpura que dicen, Herodes regaló a Jesucristo y que se venera en la catedral de Valencia.
 
El "Sancta Sanctórum" es una capilla situada en la cima de los "santos escalones", adyacentes al Laterano y bastante inaccesible. En el altar de la misma sólo puede decir misa el Papa. Las reliquias que había en esa capilla se aglomeraron tanto que fueron sacadas en el año de 1905 y llevadas al Vaticano.
 
Y por añadir algo más sobre lo que son las reliquias, debes saber que para la Santa Iglesia de Roma, hay varios tipos de reliquias, que reciben distintos nombres según de que se trate: "residuo" si era parte de un todo; "ex-carne", "ex-ossibus" y "ex-pilis" si son partes del cuerpo de un santo: "ex-vestibus" si es parte de una prenda; "a-contactu", "ex-capsa" o "extrema ratio" si fue algo tocado por el santo.
 
La emisión pública de Santas reliquias o su autentificación competen a autoridad eclesiástica no inferior al grado de obispo, que a su vez adquiere tales derechos de la "Sacra Congregatio pro Sacramentis et culto divino".       
 
El certificado de autenticidad que debe siempre acompañar a la reliquia es signado por la autoridad eclesial, el uso de sello expreso, colocado sobre el lacre del relicario o sobre sus certificados, debe corresponder igualmente a esta.
 
El Código de Derecho Canónico vigente y reformado por el Beato Juan Pablo II en enero de 1983, dispone sobre la cuestión en su Canon 1186 dice: "La Iglesia promueve el culto verdadero y auténtico de los santos, con cuyo ejemplo se edifican los fieles y con cuya intercesión son protegidos.
 
Y en el Canon 1237, en su § 2, se manda: "Debe observarse la antigua tradición de colocar bajo el altar fijo reliquias de Mártires o de otros Santos, según las normas litúrgicas". El Canon 1190 prohíbe taxativamente enajenar o trasladar de manera permanente reliquias o imágenes de gran devoción popular.
 
Todo esto ilustra la presencia de las reliquias de Juan Pablo II que estarán en México hasta fin de año.