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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Y si el jefe supremo de las fuerzas armadas no fuera el Presidente
Francisco L. Carranco
19 de septiembre de 2016
alcalorpolitico.com
Cerca de 25 mil elementos del Ejército Mexicano, la Marina Armada de México, Policía Federal y la escuela militar del aire, considerados en su conjunto, como la fortaleza élite de las fuerzas armadas desfilaron en conmemoración del 206 aniversario del inicio de la Independencia de México, que por supuesto, generó esta reflexión.
 
Este desfile temático rindió un homenaje a los 100 años de la Industria Militar y al Plan DN III que cumplió 50 años de su creación, dos instrumentos muy importantes por lo que representan y desarrollan. 
 
Sin duda el Plan DN III, es el programa más importante del Ejército Mexicano, dicho Plan, se trata de un instrumento operativo militar que establece los lineamientos generales a los organismos del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos, para atender y apoyar a las personas afectadas por cualquier tipo de contingencia. El Plan DN III se utilizado, por primera vez, en Veracruz en 1966 con el desbordamiento del Rio Panuco en apoyo a la población civil.
 

El Plan contempla y establece puentes aéreos, terrestres y pluviales para el transporte de civiles, tropas y abastecimientos; traslada a la zona de desastre unidades de sanidad, intendencia y transmisiones; activa tropas para patrullaje, seguridad y rescate, además de ingenieros con maquinaria pesada y herramienta.
 
Mención aparte merece la Industria Militar Nacional, que confecciona el abastecimiento de zapatos, uniformes, botas, chalecos blindados, balas, municiones especiales y diferentes calibres, mobiliario, granadas, fusiles, equipos especiales y ahora, aviones, carros blindados y todo el equipamiento requerido para el combate.
 
El Ejército mexicano es considerado el segundo más importante de Latinoamérica, según el Global Firepower Index, por la fuerza y equipamiento instalado, pertenece al Ejército de paz de la ONU y demostró que es un Ejército preparado y que está listo para atender la Defensa Nacional, es decir de ir a combate.
 

Paso a paso vimos pasar todos los contingentes de los diferentes agrupamientos militares, impecablemente armados rendían un mirada al jefe supremo de las fuerzas armadas mexicanas esperando la gran orden, esa que espera, también, el pueblo mexicano para acabar con la inseguridad en este país.
 
El desfile del 16 de septiembre demostró que los únicos que pueden enfrentar al crimen organizado es el Ejercito Mexicano, pues nos enseñaron una muestra con 23 mil efectivos que, según los conductores militares del evento, están perfectamente capacitados para ir al combate en cualquiera que sea la situación y área geográfica
 
La población ya no quiere un Ejército de paz que siempre llega tarde a los eventos delictivos, que acordona la escena del crimen, que disparan sólo en caso de ser atacados, ya no. La población exige y quiere que el Ejército que, con todo el aparato demostrado en el desfile, deje los cuarteles y deje la pasividad para salir a perseguir y combatir a los criminales que están matando a la población civil sin ningún miramiento.
 

Para que se quiere un Ejército de lujo si está sometido a las órdenes del jefe supremo de las fuerzas armadas, que es el Presidente de la República, que es un civil y está muy ocupado atendiendo todos los demás problemas que le quitan mucha visión sobre la toma de decisiones con respecto a la defensa nacional de los ciudadanos, tanto que parece que hay permisibilidad con el crimen, para ordenar la participación de las fuerzas armadas.
 
Generales, coroneles, militares de mandos supremos deben de participar más con sus estrategias, inteligencia y sugerir al jefe máximo que están listos para devolver la paz a México, ya no se quiere un Ejército con apariencia ornamental, se quiere un Ejército comprometido con el país que salvaguarde la vida de la sociedad, la población urgentemente espera recordar a nuestros soldados y marinos como los recordamos cada vez que hay una tragedia natural donde el Ejército y Marina salvan vidas, queremos recordarlos como héroes que, por lo menos, pretenden acabar con el crimen.
 
De esa misma forma queremos que nuestros soldados y marinos nos defiendan y terminen con las amenazas de la delincuencia que cada vez aprieta y mata más a los ciudadanos, necesitamos paz para crecer como nación y ésta, claro está, solo nos la pueden brindar las instituciones militares.
 

La política es para los políticos y el combate contra los enemigos de la población le corresponde constitucionalmente a las fuerzas militares, que deben de actuar en contra de las organizaciones que ponen en peligro la integridad física de los mexicanos, en México se vive bajo una amenaza constante.
 
La política de la defensa nacional en manos de civiles, como el jefe supremo, tiene una óptica muy diferente de quienes ostentan los mandos militares, desde hace tiempo se acusa, que los estrategas militares están más politizados, pendientes en los ascensos y la obtención de beneficios para la clase militar que la erradicación de los peligros a través de estrategia integral de defensa.
 
México, necesita un mando unificado en el cual el Presidente de la República, comandante supremo de las fuerzas armadas, delegue la política de guerra en contra de las actividades del narcotráfico y lo que esa industria ilícita provoca, a un militar comprometido con la patria.
 

Mientras no existe esa figura operativa que comande la fuerza de combate, los generales, coroneles y toda esa clase política militar seguirán haciendo la chamba administrativa de tener un Ejército mexicano, como el que vimos en el desfile, sólo para eso, para lucirlo en homenajes y el día de la patria, mientras la vida de los mexicanos se sigue perdiendo, mientras los militares marchan.
 
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