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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
La generación joven y el amigo de mi amiga
Miguel Molina
25 de agosto de 2016
alcalorpolitico.com
Me cuentan amigos bien informados que lo más probable es que el gobernador de Veracruz pida licencia antes de que termine el jueves. Como puede que sí puede que no. Lo importante es que se resuelva el problema de Veracruz antes de que pase mucho tiempo.
 
Algunos de estos amigos y colegas señalan que el silencio de Miguel Ángel Yunes Linares, el gobernador electo, podría indicar que el gobierno federal está listo para entrar en acción y presionar la salida de Javier Duarte de Ochoa, representante de la generación joven que promovieron como solución al desempleo, a la violencia, al desarreglo financiero, a las prácticas políticas corruptas.
 
La vaina no funcionó. Muchos de los jóvenes políticos resultaron jóvenes pero no políticos. Cuando mucho fueron aprendices de brujos que no supieron qué hacer cuando se les apareció el diablo, pero aprendieron pronto a cobrar diezmos y favores. Muchos terminaron con casa y cosas que no podrán justificar con los salarios que ganan o ganaban.
 

Así termina el mito de los jóvenes políticos. Ojalá investiguen todas esas fortunas inexplicables y alguien haga algo. Tal vez nadie haga nada, y en algún lugar de Los Pinos piensen que el escándalo acabará con la renuncia – licencia, si ustedes quieren – de Duarte de Ochoa. Pero no. Quién sabe en qué van a terminar otros mitos más y menos escandalosos.
 
El amigo de mi amiga
 
La semana pasada se publicó en esta columna el hecho de que monseñor Hipólito Reyes Larios viola la ley cada vez que critica las leyes de este país e incita a sus fieles a protestar porque la legislación nacional no acata los dogmas de su iglesia, y una amiga republicó mis comentarios en su muro de facebook.
 

Un amigo de esa amiga comentó: "Con todo respeto yo no veo en qué momento se está violentando la ley, es más solo por citar el caso de las uniones de personas del mismo sexo aún no es ley, es una iniciativa. En ningún momento he escuchado al obispo Hipólito ir contra instituciones del Estado".
 
Parece que el amigo de mi amiga no fue a misa el domingo antepasado, cuando Reyes Larios declaró "ante la mirada sorprendida de adolescentes y jóvenes congregados en el Seminario Mayor de Xalapa", como narra la crónica de Rafael Meléndez Terán en alcalorpolítico.com, que "Peña Nieto sí quiere que dos personas del mismo sexo se unan en matrimonio. Él está promoviendo esa reforma. ¿Qué les parece?"
 
Al amigo de mi amiga le "apena mucho que a estas alturas un periodista no distinga la importancia de un evento como el efectuado el pasado fin de semana en donde no hubo acarreados sino cientos de jóvenes que se unen para escuchar a su pastor y aprender de él", aunque lo ilegal no haya sido el evento, sino lo que se dijo desde el púlpito esa vez.
 

El sermón del amigo de mi amiga termina pidiendo que uno haga el trabajo de las autoridades: "Señor periodista si usted considera que el obispo Hipólito ha faltado a la ley, denúncielo ante las autoridades competentes".
 
Tampoco. Las autoridades, en este caso las federales, tienen la obligación de actuar de oficio. Es de extrañar que Gobernación, que en teoría tiene ojos y oídos en todo el territorio nacional, no se haya enterado de estas y otras transgresiones del clero en la vida política de México.
 
Parece que hay muchas personas que confunden la libertad de expresión que otorga la ley a los mexicanos con los derechos limitados que tienen quienes han jurado lealtad al Estado Vaticano. No se puede ser leal a dos amos...
 

Lo triste es que hay muchos como el amigo de mi amiga que piensan que la religión está por encima del Estado en este país que desde hace mucho tiempo decidió ser laico. Y que no se dan cuenta de que quienes juzgan pueden ser juzgados con la misma vara de intolerancia y odio que usan ellos.
 
Y más triste todavía es que el gobernador haya festejado con la jerarquía eclesiástica la promulgación de una ley inútil y sesgada, aunque sea lo último que haga desde la cumbre del poder. Del pinche poder.
 
Y basta. Ya no está uno para agostos. Yo me voy a Creta. A ver dónde se van otros.