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Columnas y artículos de opinión
Cabos Sueltos
Silvia Sigüenza
28 de junio de 2016
alcalorpolitico.com
En la alameda me dijo un loco si tú no me quieres ni yo tampoco.
 
A la manera de Viruta y Capulina.
 
Y como decía la mamá de mi mamá, todo iba bien, hasta que empezó a ir mal. Lo cual es un decir del lugar ese que no está en la mancha y de cuyo nombre sí me acuerdo pero mejor lo omito.
 

A los hechos: una mañana de hace unas semanas en este lugar de referencia al que se ha conocido de años atrás como tierra de nadie debido a que cada jefe o cuate al frente ha hecho lo que la gana y el cerebro le dan, y pues ahí más o menos las cosas caminaban y eso gracias a los empleados que gustan de hacer su labor de comunicación a los ciudadanos.
 
Bien pues regresando a los hechos, sucedió que de pronto hace unos veinte días se aparecen dos señores de horca y cuchillo que hacen la pareja idéntica a los cómicos del cine nacional: uno bueno y sonriente, de voz aterciopelada casi de galán de pueblo, el otro chaparrito con todas las características de estos hombres, lo que no crecen hacia arriba se les retuerce cual tirabuzón hacia adentro, convirtiéndose en verdaderos demonios contra la humanidad o contra cualquiera que sea dos centímetros más alto que él.
 
Y este par jugaron, según ellos, muy bien sus cartas. La encomienda era poner sobre la mesa de los trabajadores de años atrás un truqueado panorama laboral. El alto Viruta, con sus modales suaves y voz de entre las sábanas, avisó a los ahí presentes que por tatatata y la razones que se le ocurrieron en ese inspirado momento, una parte de la fuente de trabajo quedaría clausurada por xxxx tiempo y la nueva fuente, otra frecuencia del mismo rollo, iría acomodando todo.
 

Y sí que lo acomodó, por partes para no hacer changos fueron enviando a los productores de radio UV. AM, que por no existir carga de trabajo para ellos en la nueva frecuencia quedaban a disposición de personal.
 
Ahí comenzó la historia de andar de Herodes a Pilatos; algunos, al menos uno ha demostrado estar listo con un proyecto acorde a lo que Viruta y Capulina sueñan descubriendo la radiocomunicación, pero no ha sido tomado en cuenta. Han tratado de acomodar a los despedidos en otros centros de trabajo donde los directores se ponen los hartos moños y no reciben a nadie que no tenga doctorado, jijijiji se les olvida a estos genios del título que no del saber que a ellos los formaron en principio los hoy vituperados licenciados.
 
Y otra de las partes ininteligibles para las víctimas de estas decisiones arbitrarias a todas luces, es el que la decisión de sacar al personal de radio de su lugar de trabajo la tomaron la primera autoridad universitaria y sus dos alfiles ya muy señalados, pero para reacomodar a los desaforados de su trabajo tienen la primacía los señores y señoras directores del lugar a donde se les quieran enviar estos trabajadores. Y uno se pregunta: ¿Dónde y quién es la autoridad que toma estas decisiones?
 

El colmo de Viruta y Capulina. Enviaron una espía a la Radio. Espía que salió más canija que bonita.
 
Así las cosas pues ese ve difícil y largo el camino para la reelección de la titularidad. Y más aún cuando a casi tres años de ejercer el poder mantiene una piel muy suave. Esa que al no resistir suele romperse.
 
En fin esta historia apenas empieza. Y debo agregar que la táctica de divide y vencerás no es precisamente la adecuada.