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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
La madre de las encuestas
Francisco L. Carranco
30 de mayo de 2016
alcalorpolitico.com
Sólo quedan siete días para la gran encuesta, esa que no necesita de los muestreos estratificados y representativos de la sociedad y que, en la mayoría de los casos, inclinan las preferencias electorales, por las cuentas alegres, pero de quienes las mandan a realizar para favorecer la supuesta tendencia de los votos hacia un candidato, tratando de confundir al ciudadano.
 
Efectivamente el día 5 de junio en la elección 2016, es donde se verán las caras todos los conglomerados, que según las encuestas, los que ya decidieron por quién votar y el gran porcentaje de los indecisos coincidirán en las urnas a depositar su voto en el gran día electoral.
 
De ahí, de ese derecho que tutela la Constitución, y es obligación de las autoridades cuidar y verificar que se lleven a cabo con absoluto respeto, paz y seguridad, saldrá el nuevo gobernante que intentará recomponer el grave daño que agobia a todo el pueblo veracruzano por la mala administración actual y que, por fin se acaba, gane quien gane.
 

El elector pondrá en su voto la esperanza para que según su propia apreciación de lo que ha visto durante las campañas, elija a aquel personaje que, insisto, desde su propia apreciación le ofrezca una garantía de que podrá hacer mejor las cosas, para restituir el tejido social, que la actual administración que se va.
 
Son siete candidatos, dos punteros que sobresalen porque son políticos polémicos que se enfrascaron en una lucha con agravios personales que exhibieron la esencia de su trayectoria partidista, ambos, Héctor Yunes y Miguel Ángel Yunes militan y militaron en el PRI, sin embargo, enseñan de lo que son capaces de hacer para ganar el poder de gobernar, aún a costa de la fractura familiar.
 
Los dos contendientes más fuertes pueden representar una alternativa de buen gobierno, porque si no se olvidan los agravios, se puede reconstruir un estado con el coraje que mostraron en las campañas, más en lo personal que en lo político; evidencia de que los dos pueden romper con el pasado y dedicarse a servir desde la nueva posición, gane quien gane, y que se entregue con esa pasión a resolver las necesidades de todos los veracruzanos que en este momento están sufriendo de más.
 

El resto de los candidatos Juan Bueno, Armando Méndez políticos interesantes que han propuesto alguna alternativa y aunque no dudo en la buena fe de ambos, considero que Veracruz no necesita políticos sino un ganador agresivo para enfrentar el pasado que hunde a Veracruz y más agresividad para no dejar que el estado se acabe de sumergir en la banca rota total y hazmerreir del mundo en el futuro.
 
Los otros candidatos bastante alejados de las “encuestas” a excepción de Cuitláhuac García, que merece reconocimiento por ser un fenómeno electoral que, mediáticamente, está cimbrando las estructuras de los partidos lideres contrarios y que, si Veracruz no fuera territorialmente tan grande, estoy seguro que podría sorprender al mundo, incluso, si logrará obtener todo el apoyo de los electores que el mismo pregona.
 
El camino partidista derecha, izquierda y el PRI como institutos políticos internamente y, a medida que se acaban los días de campaña, sufren escepticismo, optimismo y pesimismo de lo que han obtenido o dejado de lograr, en los tres hay buena y mala imagen, reitero que el comentario es sobre los partidos, sin candidatos y que, pudieran ser “ajenos” al pasado de los individuos, por ejemplo del PRI.
 

Este partido, el PRI, tiene una estructura firme, con un voto duro de muchos años y que a lo largo de las convocatorias en los procesos electorales asiste y saca el voto para sus candidatos. Pero, en esta elección, la militancia, tiene la mala imagen de las autoridades emanadas del PRI, con funcionarios y políticos que se olvidaron de la política, de todo tipo de valor partidista, que exageraron en prácticas desordenadas, deshonestas y mala administración de recursos y transparencia y, ahora, es visto como un partido corrupto que olvidó a la militancia y cuyo candidato no quiso deslindarse absolutamente del gobierno, un estigma duro de quitar.  
 
El PAN trae pugnas internas entre los militantes y simpatizantes porque consideran que el candidato no es el mejor para representar un partido conservador, mocho y que su militantes siempre han gozado de una relativa fama pública de honestos y que, con la campaña sucia en contra de su representante, divide la opinión y apoyo dentro de Acción Nacional, sin embargo, es evidente que la población está de acuerdo en votar por el candidato azul, en primera, porque ha logrado votaciones espectaculares en los últimos comicios y su discurso de venganza en nombre de los ciudadanos agraviados puede prender la mecha para una votación grande para el PAN. En segunda los ciudadanos veracruzanos han sido saqueados, agraviados, lastimados y abandonados, si se equivocan ya no tienen más que lamentar.
 
Y Morena, el partido de izquierda, que sin nada que perder, con la campaña de su líder nacional ha hecho medio brillar al candidato a gobernador, el apoyo de las izquierdas veracruzanas pueden caer ahí, o el voto de repudio como pasó en la última elección donde, casi todos los indecisos que históricamente has sido opositores al sistema, votaron a favor de Morena y por él mismo que hoy pretende ser el ganador de la elección a gobernador sin muchos méritos que convenzan, pero que cojera muchos votos, los del hartazgo.
 

Los candidatos saben que están en las manos de los electores, y que según lo que exhibieron y han exhibido en su vida política, será el resultado de la votación, los electores saldrán a cumplir con su derecho y obligación ciudadana, votarán por lo que representa cada candidato, no el partido, y quién les dé un poco de confianza para que dentro de lo rescatable que dijeron en las campañas lo cumplan y salven al estado del boquete en que está cayendo, ese será el que obtenga el voto; los dimes y diretes, la guerra sucia y el juego de las contras se acaba el miércoles y de ahí el domingo a votar para decidir.  
 
Se estima que participe el 60% del padrón electoral en el estado, lo que representa, más o menos, que un punto, de esos que dicen las encuestas, sea igual a 34,000 votos. Ojo, por eso de los que dicen que ganarán por 5 puntos o más, nos vemos en las casillas el domingo 5J.
 
Suburbio 1.
 

Que en una casa de campaña, ya pusieron a la venta unos teléfonos satelitales de paquete, nunca se abrieron y nunca se ocuparon, ¡baras...! ah raza.
 
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