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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Los indecisos ¿votar o no votar?
Francisco L. Carranco
23 de mayo de 2016
alcalorpolitico.com
Poca atención se le ha prestado al contingente de los indecisos, ese grupo de electores que participan en las votaciones, pero que, durante el proceso electoral no manifiestan su verdadera intención del voto por diferentes razones y esperan hasta el día de la elección para emitir su sufragio.
 
En todas las encuestas aparecen y aparecen con un alto porcentaje, que sacando un balance de las encuestas publicadas y presentadas por los candidatos en campaña, se puede determinar que para este proceso electoral del próximo 5J, existe a la fecha, por lo menos, un 35% de electores que aún no han decidido por quién votar y que, OJO, no han querido contestar en las encuestas a quién le van a dar su voto.
 
Las encuestas durante los últimos procesos electorales realizados en la entidad han tenido una diferencia significativa con el resultado final de la elección, evidenciando discrepancias con las predicciones levantadas en los sondeos durante la campaña, esto no se debe a que las encuestas hayan fallado en la recolección de datos, sino que el día de la votación el contingente de indecisos participa e inclina, en ocasiones estrepitosamente, la balanza hacia los candidatos o partidos que no figuraron el día que se levantó la encuesta.
 

En la metodología de las encuestas electorales, se reportan resultados bajo el concepto del voto efectivo, esto quiere decir que en los resultados solo consideran a las personas que sí contestaron el cuestionario y, en consecuencia, el reporte ya no es significativo, ya que al quitar a los indecisos, los que no votarán y los que no contestaron, el universo cambia.
 
Verá usted, si una muestra representativa para sacar una tendencia del voto es de 1,500 encuestados y el 35% por ciento lo integran los indecisos (525 entrevistados) el universo se reduce a sólo 975 personas que si manifestaron la intención del voto, el porcentaje para cada partido, por ejemplo, numéricamente hablando es 1) partido X 30% (292 entrevistados), 2) partido Y 26% (256 entrevistados) y partido 3) partido Z 23% (224 entrevistados), 4) partido R 18% (175 entrevistados) y el resto de los partidos chiquitos el 3% (29 entrevistados), saque usted mismo sus conclusiones contra cualquier resultado emitido durante el proceso electoral, los indecisos mantienen la superioridad y el día de la elección el voto indeciso cambia drásticamente el resultado.  
 
Otra de las razones que el voto de los indecisos tiene que ver con el optimismo o pesimismo con la valoración que los votantes hacen sobre la gestión respecto a la situación social, política, económica y de la propia seguridad llevada a cabo por la administración que gobierna, por los propios opositores y aspirantes al nuevo gobierno.
 

Eventos violentos como los sucedidos en el centro de la ciudad y en la avenida Lázaro Cárdenas, la noche de anoche donde hubo víctimas fatales, el homicidio de un estudiante, cuatro personas asesinadas y heridos graves, tendrán repercusión en el proceso electoral y será, en el grupo de los indecisos, que en estos días aumente el porcentaje de personas que cambiarán su preferencia electoral hacia el candidato que pudiera resolver urgentemente el conflicto de violencia e inseguridad en la que, en el caso de la Xalapa, parece vuelve a salirse de control.
 
Las campañas electorales para elegir gobernador se encuentran inmersas en un proceso denominado de “guerra sucia” que ha provocado el Voto Vergonzante en los electores, éste concepto agrupa, dentro de los indecisos, a todos aquellos que siente vergüenza por el partido o candidato por el que han decidido votar pero que no lo dicen públicamente, bajo el parámetro de que el voto es secreto, sin embargo, este tipo de elector ya tiene decidido por quien lo va hacer, pero, también es susceptible a cambiarlo por los acontecimientos que agobian a la ciudad y que, cuando el gran conglomerado social se pone en contra, éste cambia su voto por una mejoría relativa que cualquier candidato le represente, aunque no sea el que previamente había elegido.
 
Por eso la situación social de la entidad y sus principales ciudades, polarizarán el voto, ya que los ciudadanos no aguantan más la inseguridad y hechos violentos que se suscitan a diario a lo largo y ancho del estado rebasando a las autoridades y deteriorando el tejido social.
 

Los electores no han decidido por quien votar, porque los candidatos en lugar de proponer las medidas urgentes para solucionar los casos de peligro en la sociedad, se han dedicado a lanzarse chisme, dimes y diretes, enseñando su poca capacidad política para derrotar a sus contrincantes con propuestas realistas y con una urgente aplicación de compromisos para acaban con la impunidad.
 
Al contrario de esto sabemos más de la vida privada de los contendientes punteros, que de lo que harán por resolver los graves problemas del estado. Por quién votar y si vale la pena votar, es ahora la disyuntiva de los electores que están confundidos por que la elección puede representar pan con lo mismo o volverse peor aún.
 
De los dos candidatos punteros que pueden cachar la mayoría de votos, sólo uno se inclinaría a “resolver” si el sistema se lo permite, por lo menos, enderezar un poquito la balanza favor de los ciudadanos, sin embargo, no ha sido contundente para convencer al ciudadano para que salga a las urnas el 5J y vote por él.
 

El otro representa” alguna continuidad” porque el sistema durante años ha dicho que “perro no como perro y no se barre pa´tras” por lo tanto, mientras no haya deslinde y se actué con una propuesta independiente para corregir las cosas que urgen de soluciones, la gente está inmersa en el pozo de escepticismo con los dos punteros.
 
Dos semanas y la gente nerviosa, escéptica, temerosa, incrédula, confundida no sabe si va o no a votar.
 
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