De manera y forma tales que más nos vale a todos los veracruzanos (excepción hecha por supuesto de los directamente involucrados) dedicar nuestros pensamientos, esfuerzos y cuidados al empleo que nos proporciona al menos el alimento diario para nuestras familias, y a cubrir las necesidades de casa, servicios, escuela y demás… Piense con calma, qué le dejará una agria discusión con su familia o algún miembro de ella, con sus amigos, conocidos, etc; sobre cualesquier de los adictos al poder y al dinero de los ciudadanos, a las canonjías, adulaciones y demás absurdos que conlleva el poder. Que finalmente termina en el vacío más grande “los amigos, empleados leales y hasta familiares sin descontar algunas conquistas” dan media vuelta y si te vi no me acuerdo. La soledad en palacio y el retiro de caravanas, regalos, invitaciones y el cúmulo de falsedades de todo tipo que son inherentes al poder, de tajo, terminan.
 
La pareja toma su propio camino, aunque durante algún tiempo trate de guardar las formas matrimoniales, cobra el abandono hacia ella y los hijos, sin tomar en consideración que también disfrutó de las mieles del poder. Y, todos conocemos o sabemos al menos de un caso.
 
La contienda que vive Veracruz, es un simulacro más de la política nacional. Titireteada no tan en la obscuridad por: Carlos Salinas de Gortari y visiblemente por el sempiterno Sr. Beltrones, alias “ su señoría ejecutiva o ejecutoria” como a usted le parezca mejor.

 
La pelea está pactada de antemano. Al soltar los gallos ya los premios están etiquetados. Eso sí, si alguno falla en el juego le va alto el precio. Y usted no haga corajes, ni Cuitláhuac, con todo y padrino, posgrados académicos y demás, ni Héctor Yunes con su mal gastronómico sobre él y sus bandazos en pro y en contra de Duarte, que hoy te quiero, ayer no, pero mañana quién sabe, ni el resto de la nutrida gama de aspirosos, que llevan y llevarán su buena “pachocha” serán los ungidos. Recuerde sus experiencias. No son nuestros votos los que deciden, las decisiones ya se tomaron donde se toman.
 
De manera tal que no se haga enemigo de su familia, de sus amigos, ni de nadie, viva al margen de estos rollos de tradición mugrienta y descaradamente pactada.