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Columnas y artículos de opinión
Metrópoli
Voto, elección, ambiente y candidatos
Francisco L. Carranco
7 de marzo de 2016
alcalorpolitico.com
Los días se acortan y el ambiente político sigue calentándose, lleno de especulaciones, expectativas y anhelos de los ciudadanos en el proceso democrático que se avecina para tener un nuevo Gobernador, en Veracruz, que logre sacar al estado de la crisis política, económica y social por la que atraviesa y que no hay visos de recuperación al corto plazo.
 
Seguramente, las convocatorias de todos los Institutos Políticos que están con registro de participación, a partir de la semana que entra, estarán anunciando la fecha para el registro de los candidatos; el fin de las precampañas hacia el interior de los partidos, en un acto político-civil, determinará a los que habrán de contender para la gubernatura y diputaciones.
 
Los ciudadanos también esperan la confirmación de quiénes serán los candidatos, para decidir a quién le darán el voto, también, esperan entender toda la problemática política que encierra la elección para tratar de coadyuvar a la salvación del estado, es decir, la participación ciudadana debe legitimar a aquel que garantice un momento de contención contra la mala administración, la corrupción, impunidad, falta de seguridad, violencia y deterioro económico que sufre actualmente la población.
 

Este panorama, generalmente, abruma al ciudadano que está desesperado, decepcionado y harto de la política y los políticos, que no cree en sus gobernantes y que, aparte de no creer, ha sufrido continuamente, el embate de la mala administración pública que está asfixiando a los veracruzanos con actos autocráticos del estado, por la falta de pago y nulo desarrollo, y que, en un acto incivilizado, decide no votar, esto es una irresponsabilidad social y una auto vulneración al derecho inalienable de emitir el sufragio, lo que puede traer en consecuencia que otros decidan por ti.
 
El otro escenario latente es aquel en que la población, producto de ese hartazgo, salga a cumplir con su obligación de emitir su voto a favor de quien su simpatía o esperanza cumpla con las expectativas del estado, de su desarrollo y progreso, que logre mantener la planta laboral, el salario, que garantice que no se pierdan servicios básicos que el estado brinda, por ejemplo salud, seguridad y empleo, de la misma forma, que garantice la mejoría de la supervivencia de un estado desquebrajado, o simplemente salga a votar como un acto de venganza.
 
El voto será para aquel candidato que logre transmitir, al ciudadano, que ya no será lastimado, ultrajado, burlado, robado y ofendido, que será gestor y garante de sus derechos humanos, que no se atente contra la universidad, ni contra los pensionados, ni trabajadores, ni empresarios y comerciantes, mucho menos, contra el sueldo ganado en años de servicio y que la SEFIPLAN pretende reducir a los empleados estatales para pagar otros adeudos inmediatos.
 

El reloj hacia la contienda electoral camina, sin embargo, se acaba de saber que el OPLE, se le deben varios millones de pesos y que empieza hacerle crisis la organización de la elección, porque no tiene dinero para la producción de material electoral, lo que pone en una nueva tensión las elecciones y la actual administración estatal.
 
Mientras los precandidatos caminan entre los militantes de sus partidos con las ganas de ser, primero, el candidato que representará al partido y luego que logre ganar la elección para cubrirse de gloria y devolverles la confianza a los ciudadanos.
 
Cabe aclarar que, el candidato que gane, sólo tendrá un periodo de dos años para estabilizar, principalmente, las finanzas públicas y detener la caída del estado, ese nuevo gobernador, realmente, tendrá que esforzarse para que la federación declare “zona de desastre” al estado y transfiera recursos para apuntalar el mini gobierno que será el reflejo para el siguiente proceso electoral.
 

Por eso es importante que los partidos, y sus virtuales candidatos, tengan la capacidad para garantizar al ciudadano la recomposición política, financiera y social que el estado requiere, es necesario, porque, la promesa de fincar responsabilidades por la mala administración, corrupción y peculado, no será suficiente.
 
El estado necesita una inyección de más administración y ayuda, para que la vorágine de la quiebra de las finanzas públicas no arrastre a la nueva administración a ese boquete, profundo y negro, donde estarán todos lo que causaron la crisis que pende, tan sólo, de un hilo que no tarda en reventar.
 
Suburbio 1
 

Que la empresa Autotraffic se robaba la luz y a los ciudadanos en cinco estados.
 
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