¿Y si no fuera cierto? ¿Y si Miguel Ángel Yunes Márquez hubiera comprado su casa con fondos legítimos? ¿Y si las acusaciones de enriquecimiento inexplicable fueran una mentira del gobierno para desacreditar a la familia del alcalde de Boca del Río? ¿Y si la Fiscalía no lograra probar (porque quien acusa tiene la obligación de probar, algo que al parecer ignora el diputado José Ramón Gutiérrez de Velasco) que la propiedad se compró con dinero mal habido?
 
Quienes promueven las acusaciones contra el alcalde de Boca del Río, ¿habrán pensado en las consecuencias políticas del escándalo? ¿Habrán calculado el tamaño del ridículo en potencia? ¿Habrán confirmado los datos que les permitieron hacer una acusación tan rotunda?
 
Quienes investigan los señalamientos contra Yunes Márquez, ¿podrán integrar un caso sólido, a prueba de todo? ¿Lograrán hacer una investigación profunda, completa, que resista la prueba de la incredulidad popular? ¿Sabrán resistir la tentación política de embellecer el expediente para agradar a los de arriba?
 

Quienes van a determinar si hay lugar al desafuero del alcalde boqueño, ¿tienen la autoridad moral para juzgarlo? ¿Tienen tiempo para este tipo de actividades? ¿Saben que el rezago legislativo es de más de cincuenta por ciento? ¿Están dispuestos a exigir que se llame a cuentas a funcionarios y exfuncionarios del gobierno del estado?
 
Lo que hemos visto en los últimos días, de cerca y de lejos, es el triste espectáculo de diputados federales y estatales más ocupados en hacer frente a los adversarios políticos del gobernador que en atender los asuntos para los que fueron elegidos. Y eso no se vale.
 
Pero a fin de cuentas parecería que en la administración estatal hay quienes están haciendo lo que pueden para que el Partido Revolucionario Institucional pierda las elecciones que vienen. Y eso, en el sistema o fuera del sistema, tampoco se vale.
 

Otras acusaciones
 
Los representantes de las Cámaras de Comercio de prácticamente todo el estado advirtieron esta semana a los señores diputados que no están dispuestos a financiar la reestructuración de la deuda que mantiene y alienta el gobierno de Veracruz, porque ellos no son los culpables de la quiebra financiera de la entidad.
 
Ni más ni menos. Los comerciantes aseguran que se han tomado malas decisiones administrativas, y que incrementar un impuesto para remediar las finanzas estatales significaría "una ruptura" entre el sector y el gobernador. No entre los comerciantes y el gobierno sino entre las Cámaras de Comercio y Javier Duarte.
 

Y fueron más allá. Como saben de números y de negocios, explicaron que el incremento al impuesto a la nómina "busca cambiar el sentido y la filosofía al destino del recurso, el cual fue creado para obras de infraestructura" y "se quiere modificar para pago de pasivos y reestructuración, así como respaldar nuevas solicitudes de crédito a partir de otra bursatilización".
 
Como informa Notiver, los comerciantes advirtieron que si suben los impuestos cerrarán sus negocios, buscarán el amparo de la justicia federal y dejarán de darle fiado al gobierno de Veracruz. Zas. Así andamos ahora...