La desesperación se apodera más de los habitantes de Covarrubias y la cabecera Hueyapan de Ocampo; la ayuda sigue siendo insuficiente, las labores de limpieza entre las familias son interminables, el ambiente es tenso, pues en cualquier esquina hay reclamo por despensas, por alimentos.
Las autoridades estatales y federales, ahí están brindando apoyo, aunque se han visto rebasados por la magnitud de la desgracia y por el número de damnificados; todos piden calma, pero ante la necesidad, los gritos son mayores. De acuerdo a lo que reveló Silvia Domínguez López, secretaria de Protección Civil del estado, se estima que el 99% de las viviendas en Covarrubias fueron dañadas por las inundaciones.
Hay llantos, como el de los vecinos de la colonia Dante, en donde la ayuda aseguran, de plano no ha llegado, a no ser de que viven en un improvisado albergue, y hasta ahí han llegado hermanos de Iglesias o de otros grupos a brindarle los alimentos.
“Hemos recibido ayuda de los Mangos, Sabaneta, de Acayucan la alcaldesa nos mandó despensas, porque aquí no nos han dado ni agua, yo lo perdí todo”, explica entre llantos José Lara, quien no pudo salvar absolutamente nada de su vivienda ubicada en la citada colonia.
El panorama es similar en la comunidad de Covarrubias, ahí ha llegado la ayuda de los gobiernos, la Marina mantiene un gran comedor en el conjunto habitacional Aarón Sáenz, en donde atiende una población de 500 personas en cada comida (desayuno, comida y cena); sin embargo hay más necesidad.
Sobre la calle principal de Covarrubias, desfilan autos, camionetas llenas de voluntarios, que llevan consigo alimentos, hay tamalitos de frijol (cabecitas de perro, como le dicen) de Catemaco; pollo con arroz, traído de Acayucan; ropa nueva que regalan los mismos habitantes de Hueyapan que no fueron afectados; hay agua que llega de Acayucan; comidas calientes de Adventistas de Catemaco; la solidaridad es tanta, sin embargo no es suficiente. Ahí vimos activos al padre Aarón, al padre Cristín, al padre Jorge; quienes no paran con sus voluntarios de ir de una comunidad a otra a entregar ayudar; los fieles de la Iglesia La Lupita de Acayucan, son otros que se han solidarizado con los damnificados.
EL PELO EN LA SOPA:
Los voluntarios llegan a Covarrubias, van con el ánimo de ayudar, el espíritu de la solidaridad los ha movido, no tratan de quedar bien con nadie, les vale llenarse de lodos los modestos o caros zapatos que portan, los más prevenidos optan por portar algunas botas, para poder ayudar a las zonas más afectadas, van sin cubrebocas, sin guantes, van de todo corazón. Ahí está Zita y Silvia, sin ninguna protección extra que sus enlodadas botas.
En medio de esto, sobresale un gesto por demás indignante y que reprocharon los habitantes de Covarrubias; y esto es a la hora de que llegaron los voluntarios del Icatver, llevan cubre bocas, como si llegaran a un lugar lleno de leprosos, de quienes padecen alguna peste; para los pobladores lejos agradecer el gesto solidario, es de una expresión de, ¡no somos leprosos, para que vengan así!. Actos como estos duelen, pues lejos de avivar en los afectados las esperanzas, se sienten peor, pues llegan a sentirse menos; la ayuda debe de darse de corazón, sino para qué, es la expresión de don Emilio, quien desde la entrada de Covarruvias, observa dicha acción.
EMPIEZA LA LIMPIEZA:
En las calles del conjunto habitacional, la población, se da a la tarea de sacar sus sillones enlodados, la pantalla de plasma totalmente echada a perder, el auto seminuevo de la cochera que ya no funcionará más que para chatarra.
Entre la gente se pierden Zita Pazzi Maza y Silvia Domínguez López; ex – directora del DIF estatal y Secretaria de Protección Civil, quienes han dejado sus puestos de oficina, y se han hecho no solo solidarios con los damnificados, sino que se han a la tarea de coordinar y trabajar hombro, con hombro con los damnificados. Pazzi, asegura que ha habido desinformación, pues algunos han expresado que Domínguez, solo ha llegado a pasearse en helicópteros y no ha ayudado en nada; pero Pazzi, expresa: “amigo si supiera que las idas y las vueltas en helicópteros es que Silvia andaba sacando a gente enferma, a mujeres con trabajo de parto, ese es el trabajo, pero eso no lo ven”.
La gente rodea en cada esquina a Domínguez, le entregan recados de líderes de colonias, o de algún amigo político, y que expresan: “ayuda a esta gente, la necesita”, en ocasiones hay respuesta positiva, hay veces que duramente se tiene que decir no se puede, y esa es la realidad, hay algunos apoyos que han acabado sobre todo aquellos relacionados con trabajo de limpieza.
SÍ HAY MUERTOS:
La gente expresa que tras las inundaciones sí hubieron muertos, y los hay como el de don Raulito, ahí cerca del conjunto habitacional, como el de los Buenos Aires; sin embargo oficialmente no se puede responder por la vida de estos, es decir brindar ayuda, pues los familiares en medio de la desgracia, han pasado por alto avisar a las autoridades de los decesos, por ello no podrá aplicarse la ayuda, la invitación que se hace es que lleven sus denuncias ante el MP de Hueyapan.
LALO, GESTIONA AYUDA EN XALAPA:
El Alcalde Eulalio Ríos, pudo llegar a Xalapa solo de aventón, así lo afirmó a medios estatales, pues viajó en tráiler para poder ir a Xalapa y allá solicitar al gobernador y a las autoridades federales, que la ayuda llegue a su comunidad.
La gente pregunta por el Alcalde, algunos se desesperan, pero bueno lo mejor está por llegar, pues la ayuda sigue fluyendo, al menos ya circularon varios tráiler con ayuda para el municipio de Hueyapan.
AGRADECEN APOYO DE ACAYUCAN:
Los pobladores de Hueyapan de Ocampo, si algo no olvidarán en esta contingencia, es que la labor de Regina y Fabiola Vázquez, la Alcaldesa y Alcaldesa electa de Acayucan, respectivamente ha sido titánica, pues en la comunidad acayuqueña de Corral Nuevo, les han abierto las puertas de sus hogares, para que ahí viven temporalmente, algunos dejan los albergues en el día para ir a ver la situación en sus hogares y por la noche regresan al albergue.
La población de Hueyapan y Covarrubias, pese a que está devastada, no se rinde, tiene la esperanza que este doloroso momento pasará y por tanto, podrán recuperarse de este trago amargo.
Lo que si piden es que la gente no los olvide, pues hoy Hueyapan, Covarrubias y sus comunidades; necesitan de los veracruzanos.