Mussolini afirmaba que para ser un real fascista había que vivir peligrosamente. Luis Eduardo Aute, en “Hoy, ahora, ya” -canción del disco
Alevosía- retomó la frase para dar cuenta de cómo ascendía la espiral racista e intolerante y los skin heads golpeaban a los inmigrantes latinoamericanos, asiáticos, árabes, africanos… llegados a Europa. Se vivía ya, cantaba El Aute, peligrosamente. Eso era a mediados de los noventa; el huevo de la serpiente incubaba y la movilización de los demócratas de variado cuño, para fortuna de todos, echó abajo la emergencia de aquellos que se aproximaban sigilosos en manadas camufladas. Y creímos entonces, ilusos somos y en los campus andamos, que el ángel de la historia volteaba para verlos quedarse, a los fascistas, en el basurero de la citada historia.
Para el caso de México, y de nuestra Universidad Veracruzana en específico, aquellos que vimos entre los años sesentas y los ochentas llegar a los porros del CEFUV y/o de Vanguardia Universitaria a golpear estudiantes, destruir exposiciones, agredir actores y actrices en obras de teatro, tomar instalaciones para cambiar su entrega por dinero, comida o borrachera; que nos dimos de frente con los tubos, las cadenas, los palos, los cuchillos y las pistolas de esos huérfanos neuronales al servicio de funcionarios de la UV y del Gobierno del Estado; que pugnamos por acabar con las mesas directivas; que creímos en el diálogo que signa al debate como la vía para dirimir las diferencias; que apostamos por la palabra como lo elementalmente humano; que… aquellos, pues, nosotros los muchos, quienes para bien nuestro ya no somos los mismos, creímos que el ejercicio de la democracia universitaria había mandado al basurero a los porros porque, diríamos parafraseando al clásico, los tiempos sí habían cambiado.
No fue así, y tan
no lo fue que ahí están todavía: los vimos recorrer enmascarados, “en manadas camufladas”, el campus de nuestra Universidad Veracruzana el viernes, en una agresión más de las varias que se incrementaron a partir de que la Honorable Junta de Gobierno de nuestra UV designó a los tres candidatos y dos candidatas para ocupar la Rectoría durante los próximos cuatro años, y que incluyen una campaña en contra del doctor José Sarukhán Kermez y del doctor Porfirio Carrillo Castilla, integrante el primero de la Junta de Gobierno y el segundo nuestro actual Secretario Académico; ambos académicos destacados, docentes y científicos vueltos referentes en sus áreas de conocimiento, de quienes podríamos decir mucho a favor como ya lo hicieron mis compañeros universitarios Marco Tulio Aguilera Garramuño y Edgar González Gaudiano en la prensa para el caso del Dr. Carrillo Castilla.
Ante el embate de los enmascarados y sus titiriteros es obligado, por lo menos para quien estas cuartillas pergeña, rechazar las agresiones de los sin razón a nuestra casa de estudios y a nuestro Consejo Universitario, a nuestra Junta de Gobierno, solidarizarnos con los vituperados, quitarles la careta a los rupestres agresores y darles un curso de sintaxis básica a quienes les escribieron su<pliego petitorio>. Asimismo ir en pos del rastro que seguramente nos conducirá al nido donde se incubaron los polluelos de halcón que nos agredieron a todos los universitarios el viernes 23 de agosto de este 2013. Nada más, pero nada menos.
Arturo E. García Niño
Académico de Tiempo Completo de la Universidad Veracruzana